En este segundo viaje de peregrinación he podido disfrutar en la sana compañía de un nutrido grupo de Peregrinos y de mi amiga Virginia, una bella madrileña llena de fe y grandes sentimientos de cercanía con el Señor y con la Inmaculada Concepción. Quiero agradecer siempre y eternamente a Inma y Josip su apostolado cristiano y su enorme valentía al testimoniar sus aconteceres para beneficio de muchos y mayor gloria de nuestro Señor. Pido perdón a los hermanos de esta experiencia por mi falta de atención a algunas de las actividades, pero, en esta ocasión, en este año de gracia he sido llamado por la señora del Podbrdo en una forma diferente.
Me vi arrastrado por un intenso impulso a permanecer cerca de su manto maternal en plena naturaleza justo donde ella permanece bella y radiante pues no en vano fue coronada por el Papa Pio XII como reina de la creación (de las montañas y los mares, de los ecosistemas y de las especies, de todo el universo...); ella me quiere haciendo cosas en este ámbito, y aunque todavía, ando descifrando sus voluntades, desde mi conversión, nunca podría desoír sus llamados al corazón. Hay muchas cosas que la virgen no cuenta, pero siento desea ser comprendida de una forma más profunda, usando el don del entendimiento.
La Virgen no exige nada pero si se llena de gozo si nos acercamos a ella para venerarla y pensarla; me encanta reflexionar sobre estos hechos que no es más que una oración de alabanza a través del inmenso interés que me suscita pensar que puedo llegar a captar algo sobre la forma que tiene de actuar. Ella es la obra de arte más preciosa del Altísimo, pero es una criatura, y por lo tanto se la puede llegar a entender, aunque no siempre lo explica todo verbalmente.
Su principal cometido es salvar almas para Dios, pero nunca da puntadas sin hilo; que se aparezca siempre en lugares de paisajes naturales preciosos constituye un gran mensaje sobre la sacralidad de la naturaleza como obra suma del creador. Yerra el que piensa que la naturaleza hay que protegerla por su interés material, el enorme regalo de la Creación es sobre todo reflejo del amor que Dios derrama y fuente de elevación espiritual. María siempre está entre montañas y paisajes geológicos, con aguas corriendo en torrentes aéreos o por cauces subterráneos, bellas puestas de sol y amaneceres, le encantan los bosques, la flora y los animales, se pasea sobre los mares; hay cultos a María por todos los rincones de la cristiandad católica en lugares de paisajes sublimes. Es tan prudente y pía que no lo expresa directamente para no desviar la atención del tema más urgente: esto es, volver los ojos a Dios. Siento un gran fervor por la Virgen y es ella quien incrementa mi fe y disuelve mis dudas racionalistas con sus constantes mensajes y apariciones en Bosnia Herzegovina.
No podemos dejar de maravillarnos de la sutil forma de comunicación que tiene con cada ser humano, y seguro que con toda criatura viva también, tocando los corazones. En mi caso, lo hace de varias formas: confirmándome su agrado a través de los ojos emocionados de la joven e inocente hija del Capitán de navío Antonio Posadas cuando le contaba que dedicaría especies nuevas de corales a la Madre de Dios-así es como un naturalista científico lleva flores a María- o también, de la misma forma, siento su grata sonrisa cuando me regala inesperadamente una preciosa misa en pleno bosque. Llevaba soñando meses con participar en una ceremonia eucarística de estas características. Así se producen esas causalidades por las que me anima a seguir creando mi humilde literatura entorno a la naturaleza para mayor gloria de Dios. Incluso noto su mano al enterarme en la misa de la tarde, justo al bajar del monte de las apariciones, ese día en el que me podía haber quedado a dormir a sus pies, arriba en ese precioso bosque mediterráneo pleno de enebros y sabinas, que se celebraba su coronación como reina de todo lo creado.
Todo lo que hace y busca María, nuestra madre, es agradar a Dios sobre todas las cosas y atraer a sus hijos espirituales hacia Jesús, el amor de los amores. Nuestra Señora de la Paz realiza un trabajo incansable para esparcir sus semillas espirituales, reclutar apóstoles y establecer su escuela de la vida buena en un mundo perdido que aparenta estar sin Dios. Es imposible acercarse a lo celestial sin una mínima visión sobrenatural que es lo mismo que mirar con los ojos del corazón. No se puede captar lo sacro que encierra nuestra paradójica existencia sin desterrar el cientifismo recalcitrante y confiar en la intuición, pues cuando se está en gracia u obediencia, solemos estar guiados por el espíritu de vida según los dones que cada uno recibe.
Los cristianos que vivimos la fe con ardor, no estamos desequilibrados, todo lo contrario, nos sentimos arrebatados por percepciones sencillas y eficaces que mantienen la cercanía con Dios a través del fabuloso canal de comunicación y redención que representa María. Nuestra madre espiritual es el primer y más importante sagrario, ella prestó su sangre y ADN a Cristo-Jesús y se encuentran, por este misterioso echo, indisolublemente unidos en el amor más grande que existe. Ambos, por su enorme sacrificio, y el constante derramamiento de la misericordia de Jesús, constituyen el arma de destrucción masiva del mal más efectiva jamás creada, el mal está ya derrotado por ellos, a pesar de todo lo que sigue aconteciendo en este atribulado mundo. La batalla espiritual continua hasta el final de los tiempos, pero ella, es una excelente comandante en jefe, que no cesa de reclutar y expandir gracia. Es un foco de atracción incansable para convertir, reparar y encauzar vidas acercándonos a su hijo; realmente la mayoría de los seres humanos estamos heridos y necesitamos auxilio espiritual.
Todo el que viene al santuario de Bosnia-Herzegobina no se distingue del resto de las criaturas humanas, la diferencia está en haber atendido a la llamada del corazón.
Ella siempre se las compone para hacerlo todo bellamente y con hondo significado. En esta peregrinación, tres amigas sevillanas se han visto envueltas por la red de la Gospa (así se la conoce en Croacia a la Madre de Dios) que ha utilizado el apoyo mutuo y la bondad que han tenido entre ellas para procurarles el encuentro de voluntades. Mercedes ayudó a Carmen, Carmen agradeció a Mercedes, Laura era desde hacía mucho conocida de Mercedes y hermana de Carmen, sin conocer Mercedes este último detalle. Todas ellas, al igual que el resto, arrastramos problemas, déficits y heridas pero se encontraron finalmente viajando juntas y enredadas en un hilo tan invisible como irrompible hilado por la Reina de la Paz. Las chispas de santidad conmueven al Cielo; yo siempre me lo imagino allí arriba como un suspiro profundo de los salvos o un toque de campana celestial cada vez que un gesto de bondad y amor del bueno hace que el universo cambie a mejor. Podíamos hablar del resto de los participantes, así, una heroica y humilde argentina que sigue el fervor carismático, vence dificultades contra viento y marea y aparece radiante y agradecida con una sonrisa perpetua todo el tiempo. Loli, es una amiga ya, conocida del anterior viaje de peregrinación, que ha venido sola, arrostrando miedos para encontrarse con Nuestra Señora siguiendo la estela de su crecimiento espiritual. Peregrinas colombianas con una gran fe y conocimientos religiosos nos recuerdan la semilla de las misiones que sembramos los españoles hace siglos y vienen a sacudirnos un poco para que despertemos de nuestra narcosis de consumo y conformismo. El nuevo mundo vuelve al viejo a enseñarnos como mirar a Dios con fervor renovado, allí nunca se perdió tanto la fe como en Europa, presa fácil del materialismo y del individualismo. Una sutil y discretísima creyente chica rusa de religión ortodoxa me trasmitió la importancia del silencio y el recogimiento continuo. Un grupo de joviales cristianos del movimiento neo-catecumenal pusieron gran alegría durante estos días y en general puedo decir que disfrute enormemente con el esfuerzo de las familias que peregrinaban con sus hijos hacia la luz de Dios. Las mujeres son mayoría abrumadora en estos viajes, al menos en mis experiencias, creo que aman y sufren más, esta característica las hace más solidarias con el prójimo y aumenta su capacidad para la espiritualidad. Pienso, que ellas tienen la gran misión de atraer a los varones de sus familias (hermanos y padres) a la espiritualidad cristiana.
"La Virgen no exige nada pero si se llena de gozo si nos acercamos a ella para venerarla y pensarla"
Cuanta bondad y verdad encuentro en el contacto con mi amada naturaleza, con los mares y montañas, y cualquier rincón salvaje de este bendito planeta, estos son los escenarios donde habita el bien y donde comienza y se desarrolla el trabajo inicial de la Virgen y su escuela de virtud para la salvación. La invitación maternal de María es preciosa y por ello al producirse en lugares de dificultoso acceso, nos recuerda que para conocer algo de la belleza salvaje de la naturaleza en la que ella reina, se requiere sacrificio y sudor y por ello es una excelente metáfora del camino estrecho para llegar a la meta de la salvación del espíritu. Decía Clive Staples Lewis, el autor de las crónicas de Narnia, que a Dios no le importa mucho nuestra felicidad terrenal sino más bien nuestra maduración a través del sufrimiento y la depuración del alma. El fenómeno de Medjougorje, es muy insólito debido a los 42 años ininterrumpidos de apariciones, la iglesia debe estar estupefacta por la ayuda que la iglesia celestial está dispensando a la iglesia peregrina. Un hito único en la historia de la iglesia católica, pues tantos años de apariciones ininterrumpidas nos indica la enorme preocupación de María Santísima por el mundo y la iglesia de su hijo, no existen precedentes, y la teología tendrá que explicar bastante al respecto una vez que concluyan las apariciones. Son muchas las amenazas del mal, y la propagación del mensaje de la Virgen está promocionando un ejército de oradores, seguidores eucarísticos y entusiastas del sacramento del perdón, de la lectura de la santa palabra y los ayunos en alabanza a Dios, que bien pueden estar ayudando a contener la expansión de todo lo malo mientras se van iluminando las conciencias de muchas almas. A todo esto se debe sumar a un nutrido grupo de sacerdotes inspirados que promueven proyectos sociales y de rescate de marginados, siempre de la mano de María. Disfruto de las peregrinaciones a Medjougoje viendo a tanto sacerdote deambulando por todos lados, paseando, confesando en cualquier rincón, y a la hora que sea. Pero, por encima de todo, me conmueve enormemente verlos a todos reunidos junto al altar de Cristo, imponiendo sus manos en coro durante la consagración, y posteriormente participando en el reparto de la sagrada forma entre gentes venidas de todos los lugares del orbe.
En el monte de las apariciones el tiempo se detiene y se traspasa, de alguna forma, un umbral que permite un estado de bienestar y piedad insospechados, los silencios son atronadores y las vivencias del corazón se desparraman hacia un lugar de paz y serenidad del que no se desea regresar. Ella nos regala este lugar para sentir un atisbo de la plenitud que nos espera en la cercanía de Dios, a pesar de nuestras ataduras dentro del tiempo. Cada peregrinación es una congregación de almas en las que se van sembrando las cinco piedras de nuestra Señora de la Paz, aquí nos abandonamos a ella y le abrimos el corazón para penetrar en su reino de amor. Vivir en el tiempo es tanto un regalo como una prueba de maduración en la fe y el amor al creador y a todos los seres creados. Somos almas pequeñas y frágiles, con plena libertad y conocimiento, nacidas del corazón de Dios, que necesitamos ejercitarnos para poder alcanzarlo en plenitud y volver a él reforzados y con buena salud espiritual.
Me gustaría concluir con un pensamiento sobre la eucaristía vivida en plena naturaleza gracias al grupo de Murcia y sus sacerdotes. Cuando se celebra con la dignidad debida en marcos naturales, se alaba a Dios con mucha intensidad porque estamos ante la presencia directa y sin obra humana que medie entre nosotros y el creador, honramos más y mejor a María coronada como reina de todo lo creado y se expande la gracia derivada del milagro de la misa sobre todas la criaturas santificando lugares y animando a todos los seres a alabar al Señor. Particularmente, quiero pensar, que toda esa alegría desbordante, inocente y algo desordenada, del cachorro de perrito que participó con nosotros en la ceremonia estaba inspirada por el propio espíritu divino.