Sorprendido nos hemos quedado en la izquierda cuando hace unos días se ha comenzado a aplicar la ley del Sí es Sí.
Diseñar una ley debe atar todos los cabos: Gobierno, congreso, Senado, expertos, otros ministerios, jueces, fiscales, psicólogos, sociólogos, Consejo de Estado, Tribunal Supremo, abogados y los 68 asesores que debe tener el Ministerio de Igualdad.
O la ministra se ha hecho la sorda o el ejecutivo ha sido víctima del “trágala” por aquello de la coalición que pone la soga en el cuello al camaleónico Pedro Sánchez.
Delincuentes con sentencias firmes se verán beneficiados de esta ley que pretende agravar las penas de los condenados por delitos sexuales.
Lo que nos ha dejado patidifusos no es lo sucedido sino el empeño de la ministra y del Ejecutivo de no reconocer el error.
“De sabios es rectificar”. Y, ahí va otra frase: “No hay más cera de la que arde”.
El cañonazo de las doce recordará que los políticos, políticas y polítiques pueden dimitir, aunque en nuestro país la palabra Dimitir suene a nombre ruso.