Hace cuatro décadas un nutrido grupo de militares constituían la Unión Militar Democrática (UMD). Y con ello crear una organización clandestina con el objetivo de apoyar, desde el interior de las Fuerzas Armadas, el cambio político que era necesario en España.
Cuando la dictadura estaba dando sus últimos coletazos, estos oficiales, contrarios y animados por la reciente experiencia portuguesa del mes de abril, decidieron reunirse en Barcelona, el 31 de agosto y 1 de septiembre de 1974.
Por pertenecer a ella, varios de sus integrantes fueron condenados y trasladados a Ceuta. El más destacado fue el comandante Julio Busquets, que desde febrero de 1975, cumplió una condena de seis meses en la fortaleza del Hacho. Durante esta detención, se entrevistó con el comandante General de Ceuta, Gutiérrez Mellado en el despacho de este en la Plaza de África. En la que le exhorta a que los generales liberales encabecen las reformas con los oficiales demócratas –incluso le proporcionó algunos nombres como el coronel de Aviación Jiménez Benamú o los generales de Tierra Luis Pinilla, Sabino Fernández Campos o Sintes Obrador – para evitar que lo hicieran directamente los oficiales más jóvenes, años después explicó que Gutiérrez Mellado estuvo receptivo a este planteamiento. Todos estos datos lo conocemos gracias al libro “Los militares olvidados por la Democracia”, escrito por el historiador Fidel Gómez Rosa, un magnífico e imprescindible trabajo de investigación sobre la situación militar en esa época.
El primero en llegar a la prisión militar del Hacho fue el comandante Julio Busquets, condenado a seis meses de prisión. Ello le libró de ser arrestado el 28 de julio de 1975 junto con otros destacados miembros de la UMD, que serían posteriormente apartados del servicio activo por sentencia de un Consejo de Guerra. El destierro de Busquets en el Hacho, facilitó la creación de un grupo en la ciudad de la UMD, con jóvenes oficiales, liderado por el teniente coronel de Artillería Pedro Rodríguez. También fueron trasladados a la fortaleza del Hacho, el comandante Luis Otero Fernández y los capitanes Fermín Ibarra, José Fortes, Manuel Fernández y Restituto Valero, en diferentes fechas.
En 1977, la UMD fue disuelta, y Busquets, Comandante de Ingenieros, dejó el ejército para dedicarse a la docencia y presentarse a las elecciones generales como independiente en la candidatura de “Socialistes de Catalunya”, obteniendo un escaño por la provincia de Barcelona. Busquets rompió la disciplina de voto al votar en contra de la Ley de Amnistía, al no considerar aquella a los militares de la UMD.
El escritor y periodista Isabelo Herreros, ha escrito, que tal y como es conocido, por quienes recuerden los comunicados y documentos, difundidos entonces por emisoras como la BBC, Radio París o Radio España Independiente, y publicados en prensa europea como Le Monde, la finalidad de esta organización militar no era otra que la de contribuir al restablecimiento de la democracia en España, mediante la convocatoria de unas elecciones, la promulgación de una amnistía, la modernización del ejército y el alineamiento de nuestro país con las democracias occidentales, sin que se decantara o mostrase simpatía, la UMD, por ninguno de los partidos políticos de la oposición.
Aunque la actividad de la UMD era aún muy embrionaria a mediados de 1975, ya se habían producido importantes reuniones en ciudades como Madrid o Barcelona. En la mayoría de los acuartelamientos importantes hubo profesionales que, o militaron en la organización o fueron simpatizantes, incluida la Academia Militar toledana. Fue precisamente en Toledo donde dos años antes habían tenido lugar unos hechos de gravedad para el régimen, pero que entonces fueron silenciados, para que no se conociera que dentro del ejército había el menor atisbo de disonancia o rebeldía.
En el mes de julio de 1973, cuatro alféreces alumnos de la Academia de Infantería fueron expulsados por motivos políticos, tras ser sometidos a un Consejo disciplinario, al haber sido denunciados por otros alumnos integristas, con la acusación de tener ideología peligrosa. Habían tenido el atrevimiento de ofrecerse a dar clases a los soldados analfabetos, y también habían pedido que la asistencia a la misa fuese voluntaria.
A estos antecedentes se le añadieron como pruebas de cargo, las publicaciones y libros encontrados en sus taquillas: Triunfo y Cuadernos para el diálogo, y libros de autores como Aranguren o Tierno Galván. Estos fueron en resumen los antecedentes de una corriente de opinión moderna y democrática en el seno del ejército, y que sería conocida dos años más tarde, escribió Isabelo Herreros.
Otra fecha importante para la UMD, fue julio de 1975, fueron detenidos varios capitanes y un comandante del ejército, acusados de conspiración y de haber constituido una “entidad subversiva”. Un posterior Consejo de Guerra declararía probado el delito de "conspiración para la rebelión militar". Hasta aquí todo acorde con las leyes de una dictadura como la que padecíamos en aquellos tiempos, si bien hay que añadir que el juicio contra los capitanes demócratas tuvo lugar en marzo de 1976, precisamente cuando empezaban a salir de las cárceles los presos políticos y a regresar del exilio muchos antifranquistas.
Condecorados los miembros de la UMD
Muchas penalidades pasaron los militares integrantes de la Unión Militar Democrática (UMD), desde su creación en 1974, hace unos años el Ministerio de Defensa condecoró a varios de sus miembros. La Ministra Chacón destacó en aquel acto, que estos militares contribuyeron a que las Fuerzas Armadas sean hoy una institución básica en el modelo de convivencia democrática. Fueron condecorados con las Cruces del Mérito Militar y Aeronáutico a los 14 antiguos miembros de la Unión Militar Democrática (UMD), que colaboraron decididamente en el proceso de transición hacia la instauración de la democracia en España. Luis Otero Fernández, coronel de Ingenieros (retirado). Enrique López Amor Ayensa, coronel de Artillería (retirado). Restituto Valero Ramos, coronel de Infantería (retirado). Jesús Martín-Consuegra y López de la Nieta, coronel de Infantería (retirado). José Fortes Bouzan, coronel de Infantería (retirado). Manuel Fernández Lago, coronel de Caballería (retirado). Arturo Luis Gurriarán Granados, coronel de Caballería (retirado). Juan Diego García, teniente coronel de Infantería (retirado). José Fernando Reinlein García-Miranda, teniente coronel de Infantería (reserva). Fermín Ibarra Renes, teniente coronel de Artillería (a título póstumo). Antonio García Márquez, teniente coronel de Artillería (a título póstumo). Antonio Herreros Robles, teniente coronel de Ingenieros (a título póstumo). Asimismo, han sido condecorados con la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco: José Ignacio Domínguez Martín-Sánchez, teniente coronel de Aviación (reserva). Abel Jesús Ruiz Cillero, capitán de Aviación (retirado).
El sargento Díaz Barbero, condenado en 1980 por escribir en El Faro sobre la UMD
El sargento de Infantería Andrés Díaz Barbero, escribió el artículo “Comentario a la U.M.D.”, el 21 de agosto de 1980, en el diario el Faro de Ceuta, bajo el pseudónimo de Adibar, eran unas reflexiones en torno a unos artículos publicados en el diario El País por el comandante Lastres, unos días antes. Como secuela de este artículo y dado el ambiente ultra imperante en los cuarteles de la época, fue condena a seis meses de prisión por injurias a los Ejércitos.
En el artículo “Ejército, democracia y UMD”, de Alejandro Lastres Lens, contrapone con fundamento la actividad pacífica de los miembros de la UMD en su reclamación de la democracia, con los inmediatos planes violentos de los golpistas de la operación “Galaxia” y rebate los argumentos esgrimidos para negar la reincorporación al servicio activo de los oficiales expulsados. Tal y como lo detalla, Fidel Gómez Rosa, en su magistral libro “Los militares olvidados por la Democracia” y de donde entresacamos todos los datos de este reportaje.
Los miembros de la UMD, contactaron con los grupos de oposición democrática, hizo públicos algunos primeros documentos –un ideario con los objetivos políticos y militares y un manifiesto sobre la situación política general e inició un periodo de crecimiento interno. Poco a poco se fue extendiendo en tres focos fundamentales: Barcelona, Madrid y Galicia. Llegó a estar presente en quince provincias peninsulares, las Islas Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla.
El capitán José Ignacio Domínguez extendió la organización al Ejército del Aire. La presencia de la Armada se cifró en algunos oficiales, sobre todo de la Infantería de Marina y de los Cuerpos Jurídico y de Intervención. Unos cuantos oficiales de la Guardia Civil y de la Policía Armada se sumaron también a la UMD. La idea de constituir una organización militar disidente es de un pequeño grupo de oficiales entusiastas: el acuerdo entre los comandantes de Ingenieros del Ejército de Tierra Julio Busquets (Barcelona) y Luis Otero (Madrid), amigos y compañeros de promoción, resulta a estos efectos decisivo.
Pero la UMD no es el producto de unas voluntades individuales, sino que llega a ser posible por la previa existencia de un conjunto de condiciones, hechos y circunstancias que van configurando la mentalidad colectiva crítica de una minoría de jóvenes oficiales. Estos militares conectan con los círculos opositores mayoritarios de su generación.
Conforme se fue desarrollando la labor de captación de nuevos afiliados, se fueron creando nuevos grupos; el criterio seguido en Madrid y Barcelona, únicos lugares donde se planteó realmente esta cuestión, fue que cada grupo no superara los cinco o seis miembros. Los representantes de los distintos grupos se reunían entre sí para preparar las asambleas e impulsar la actividad. El sistema de organización era el clásico de células autónomas y clandestinas, instruidas y coordinadas por una dirección común, que funcionan como compartimentos estancos para evitar que la caída de un grupo afectara al resto. Cada grupo –se evitó siempre conscientemente la denominación de “célula” por la resonancia comunista del término– desconocía la composición de los demás.
Los grupos se formaron por diferentes criterios de orden práctico: la pertenencia a un mismo Ejército, caso de los grupos de Aviación y de Marina en Madrid o de la Infantería de Marina en Canarias; a una misma arma, caso de los artilleros e ingenieros de Barcelona o de los infantes de Toledo; la residencia en una misma Ciudad, caso de Madrid o de otras ciudades como Ceuta, Melilla, Gerona o Cartagena; la pertenencia a una misma categoría militar, caso del grupo de suboficiales del Ejército del Aire en Madrid; o la coincidencia en un destino determinado, caso de los grupos del Ejército de Tierra en la Escuela de Estado Mayor en Madrid y en el Acuartelamiento de San Clemente de Sansebas en Gerona, o del grupo de Aviación en la Base Aérea de Matacán en Salamanca. Todos estos detalles se pueden leer en el libro de Fidel Gómez Rosa: “Los militares olvidados de la democracia”.
Fidel Gómez Rosa
Sobre el autor del imprescindible libro “Los militares olvidados de la democracia”, Fidel Gómez Rosa, destacaremos que es doctor en Ciencias Políticas, militar del Ejército del Aire en activo y miembro de la Asociación Española de Historia Militar (ASEHISMI). Sus líneas de investigación académica son el poder militar en la transición política española a la Democracia, las relaciones civiles-militares y el asociacionismo militar. Desde octubre de 2013 forma parte del Comité de Dirección (Board) de la Organización Europea de Asociaciones Militares (EUROMIL). El autor dejó escrito sobre el papel jugado por la UMD: “Nunca reconocida adecuadamente por las instituciones democráticas, al proceso de la transición política en España. Nos da la oportunidad de la recuperación de la memoria democrática militar española”.
Libro obligatorio para entender el papel del ejército durante el franquismo, su instrumentalización por el régimen, y como se vivió la transición a la democracia desde los cuarteles. El libro es el resultado de una tesis doctoral, que analiza el fenómeno de los militares demócratas en las Fuerzas Armadas del franquismo y su significada contribución.
El libro de Fidel Gómez Rosa, supone una gran aportación académica a la historia de una organización militar, cuya importancia ha querido ser minimizada, pero que, a luz de los datos y conclusiones del autor, supuso una contribución muy relevante para la consecución de los derechos y libertades de todos los españoles. En su corta vida la UMD no llegó a tener más de doscientos miembros, si bien era representativa de un sector de demócratas nada despreciable en el seno del ejército.
Una de las aportaciones del libro es también la constatación de la errática política de defensa del Partido Socialista, que si bien puede decirse que consiguió desactivar al Ejército como factor desestabilizador, lo cierto es que no tuvo preocupación alguna por democratizar y modernizar las Fuerzas Armadas, manteniendo en la jerarquía a los representantes de la continuidad franquista, al tiempo que militares con formación superior y convicciones progresistas eran y son relegados. El arresto el año pasado del presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles, Jorge Bravo, por criticar los recortes del gobierno en las Fuerzas Armadas y la supresión de la paga de navidad, es un dato que pone en evidencia las resistencias que existen en la cúpula militar a la hora de asumir las pautas de una sociedad democrática.