Una nueva orden de desahucio ha hecho saltar las alarmas de nuevo en González de la Vega número 4. Las ocho familias que allí residen no tienen respuesta ni alternativa por parte de la Ciudad desde que comenzaran los trámites judiciales para desalojarlos hace más de año y medio. Sus procesos judiciales siguen adelante, pero esta orden de desahucio, junto con lo que está sucediendo en Serrano Orive, ha traído de nuevo los miedos a este bloque de vecinos.
Según narra uno de estos vecinos, en la mañana de ayer llegó la Policía Local junto con una cuadrilla de Parque Móvil con la intención de desalojar una de las casas que hace meses fue okupada, después de que fuera tapiada tras la marcha de su inquilina original. Sin embargo, llegaron pese a que esta inquilina dejo el piso hace meses, según los vecinos, “cansada de todo lo que le decían”.
Esta situación no ha hecho más que acrecentar los temores de que terminen por desalojarlos sin darles otra alternativa. “Esto significa que siguen con lo nuestro para adelante”, explicaba este vecino des, mientras asegura que no se va a marchar de su casa con su familia.
Y es que sus casos siguen en los tribunales, concretamente en el Supremo, después de recurrir la sentencia no favorable que obtuvieron en Ceuta. Siguen reivindicando que la Ciudad los ubicó allí a la espera de una VPO, pero que ya son cinco las promociones que han salido sin que le hayan adjudicado ninguna de estas casas. Aseguran que lo peor es la incertidumbre y no saber qué va a ser de ellos, además de la impotencia de ver cómo se echan la pelota unos a otros.
Hasta en cinco ocasiones paró Juan José, vecino de este edificio, a Juan Vivas para explicarle en persona esta situación. “Me dijo que pidiera cita con su secretaria”, pero después de meses, ese encuentro nunca se produjo y le remitió a Emvicesa que, a su vez, le dijo que era asunto de la Ciudad. “Yo ya, con 50 años, una pelota de tenis como que no. Se pasan la pelota unos a otros y no dan soluciones ninguna”, lamentó.
Ahora que está sucediendo un proceso similar con las casas de Serrano Orive, temen que vuelvan a intentar lo que ya se inició en 2012 y que se tuvo que paralizar: la venta de ambos edificios.
Por el momento estas familias aseguran que no se van a marchar hasta que la Ciudad no les dé una situación en firme, que para ellos no es otra que una casa y no alternativas como el alquiler social. Insisten en recalcar que no son okupas y recuerdan que si están en esta situación es porque la ciudad los reubicó en estas casas como algo temporal que, finalmente, se ha extendido por décadas.
Les prometieron una vivienda y ahora que no hay, temen que los desahucien. Confiesan que se sienten ciudadanos de segunda y que desde la Ciudad están haciendo todo lo posible para que se aburran y sean ellos los que abandonen voluntariamente sus casas, algo que ni se plantean.
De`spués de los años que llevan viviendo por la cara, ya va siendo hora de que se busquen la vida.
Que algunos llevamos años pagando hipotecas
Alucinante la cara que tienen!
morro para dar y regalar.