Hace tan sólo unos días tuve una conversación con una mujer, ya mayor, confesándome: Todo lo que digan sobre el amor es una mentira. Yo fui una mujer muy apasionada. Tuve dos novios y la verdad que me abrí a ellos desde el primer día. Una gran equivocación. Todos los hombres siempre van por una cosa. Cuando lo consiguen la verdad que te dan portazo. Sufrí muchísimo. Tanto que mi familia tuvo que tomar la decisión de buscarme ayuda médica. Me atiborraron de pastillas y durante una larga temporada estuve en un mundo de fantasías controlado por los galenos. Yo quería escapar de ello, pero mi madre estuvo siempre dedicada a mi cuidado, según me dijo todo era por mi bien. Luego los intentos de no tomar alguna de las mencionadas pastillas era imposible. Yo hoy en día creo que fue una gran equivocación. Pero claro la sociedad es muy injusta. Todos tenemos que entrar dentro de un modelo. Quien no está dentro de este estereotipo no puede circular libremente por la calle. Tienen que estar controlados. Para eso están los medicamentos. Para tenerte dentro de una cárcel que aunque no tenga barrotes es un lugar donde uno no puede salir ya que los componentes de ellos está hecho para eso.
Para más ‘inri’ debo de decir que yo seguía estando en el mundo , ya que quería estudiar y seguí. Dentro del colegio nocturno la verdad tuve muchas ocasiones de quedar con gente y pasarlo bien. Todo lo que me habían hecho pues yo lo puse en practica. Pero aunque la Universidad a Distancia existía yo me las arreglaba para ir a clase todos los días necesitaba relacionarme con la sociedad. Llegaron los treinta y la verdad tenía algo en mis adentros que me decía a voces te falta algo. Cuando pasaba un carro con un nene dentro tenía que pararme junto a él y contemplar la belleza del bebé, ese milagro de la naturaleza que sólo las mujeres podemos hacerlo realidad. Yo tenía un run run constante. ¿Por qué yo no podía tener uno propio?
Fueron muchos días pensándolo y teniendo constantes sueños donde me aparecía una niña guapísima y yo la tenía en mis brazos. Era mía sólo mía. No me corté un pelo y estuve primero hablando de esto con mi madre y luego busque ayuda médica. Tengo que darle las gracias por haberme hablado claro de todos los métodos anticonceptivos y también los que a mí me interesaban, los días fértiles de la mujer. Con todas las notas ideé un plan perfecto y lo llevé a cabo. El resultado fue mi querida, añorada, delicada y mi vida. Mi hija Carmen. Nadie sabe quién es el padre y a mí se me ha olvidado “por culpa de las pastillas” , jajaja, todo. Cuando supe que estaba embarazada fui al ginecólogo amigo y le conté todo. Desde que estaba enferma en adelante. Me recomendó que fuera quitando las pastillas paulatinamente poco a poco. Y así fui haciendo. Mi madre aunque estaba endemoniada me ayudó. La idea principal era que alguien en el futuro me ayudará. Creo que fue una gran idea aunque los hay por ahí que todavía dudaban de la veracidad de mi afirmación. Y que tenía la mente muy retorcida. Yo estoy loca con ella y ella igual conmigo.
¿Habrá sido suerte o querer es poder?