Economista de formación, Carlos Díaz Domínguez (Madrid, 1959) acaba de publicar su cuarta novela titulada ‘Lágrimas sobre Gibraltar’ que, en algunos capítulos, se ambienta en Ceuta “Sobre las doce de la mañana, y después de leer un ejemplar de ‘El Faro de Ceuta’ que había en una cafetería de la avenida del Ejército Español, se dirigió hacia el puerto quedándose perplejo con lo que sus ojos le decían. En una explanada podría haber más de treinta vehículos, de diferentes tamaños, desde grandes camiones militares hasta pequeños todoterrenos. Junto a ellos, una infinidad de legionarios...”. Este es solo uno de los párrafos donde aparece nuestra ciudad que se incluyen en la novela ‘Lagrimas sobre Gibraltar’, que acaba de salir a la venta, contando una historia de espionaje e intriga a finales de los años 60. Seguro que más de uno reconoce el momento y el lugar de la trama. Su autor, Carlos Díaz Domínguez, nos da más detalles.
–‘Lágrimas sobre Gibraltar’ es su cuarta novela. ¿Cómo nace la idea de contar esta historia?
–Viendo una foto del Peñón. En ese momento pensé en qué hubiera sucedido si Franco hubiera hecho lo mismo que hizo Videla 13 años después, cuando invadió las Islas Malvinas. Ese fue el arranque. A eso le siguió año y medio de trabajo.
–Grosso modo, ¿qué cuenta su novela?
–Cuenta las relaciones humanas que se crean entre los protagonistas de un momento de máxima tensión en el Peñón: España ha decidido preparar la invasión armada de Gibraltar y para ello cierra unilateralmente la verja. ‘Lágrimas sobre Gibraltar’ se centra en las intrigas tanto de la espía española dentro de la colonia como las del espía inglés destinado en el Sur de la Península.
–¿Qué papel juega la ciudad de Ceuta en la historia? Imagino que era imposible contar un plan de Franco con la vista puesta en Gibraltar sin involucrar de alguna manera el otro lado del Estrecho, ¿verdad?
–Aunque no es una novela militarista, la trama se mueve dentro de un ámbito de conflicto armado. En el mismo, se contemplaba la entrada en acción de distintos elementos acuartelados en Ceuta. De hecho, hay algún capítulo que está ambientado en la Ciudad Autónoma.
–Aborda, aunque a través de la ficción, un tema siempre controvertido como es la reivindicación española sobre el peñón. ¿Sus personajes, máxime en la época de Franco, no barajan que la recuperación de Gibraltar puede suponer la pérdida de Ceuta y Melilla?
–‘Lágrimas sobre Gibraltar’ es una novela, ni es un libro de historia ni un ensayo sobre la viabilidad de una acción armada sobre el Peñón. Por tanto no se plantea en el argumento que Ceuta y Melilla pudieran verse afectadas en una hipotética guerra contra la colonia. Haberlo incluido habría supuesto apartar el interés del lector sobre el verdadero centro de interés de la historia, que son las evoluciones de los personajes en Gibraltar y su entorno.
–¿Cómo se documentó? Pues aunque la historia sea ficción recoge varios momentos históricos, lugares, conversaciones, sentimientos de la época… Y, más concretamente, ¿cómo se documentó sobre los capítulos que atañen a Ceuta?
–Me documenté viajando a los lugares donde sucede la novela, entrevistándome con personas que vivieron aquellos años y muchas horas de biblioteca: biografías de personajes reales, periódicos de aquellos años, libros de espionaje (tanto español como británico), libros de historia española contemporánea, enciclopedias… Para la parte de Ceuta conté con la ayuda de las personas que trabajan en el Museo de La Legión, que me ofrecieron todo tipo de apoyos y explicaciones.
–¿Con qué actitud considera que el lector debe sumirse en la lectura de su novela?
–Para mí el género “novela” es sinónimo de entretenimiento, y si la novela tiene una carga histórica, debo aprender algo del momento que se narra. Ésas son las mismas premisas que yo exijo como lector y las que intento ofrecer cuando escribo.
–La protagonista es una mujer. ¿Por qué lo eligió así? ¿Era el final de la década de los 60 el despertar de las mujeres en la sociedad española?
–Tengo fascinación por la mujer. Los personajes femeninos de mis novelas suelen ser mujeres fuertes, dotadas de una personalidad brutal y ello me sirve para llenarlas de matices y convertirlas en las auténticas protagonistas de mis historias. En concreto Isabel Vioque es una viuda (lo sabemos en el capítulo dos, no estoy desvelando ningún secreto de la novela) que no se conforma con ser una comparsa en una sociedad de hombres y quiere buscar su hueco, y lo hace con ahínco y demostrando que es capaz de satisfacer las responsabilidades más altas que le puedan encomendar.
–¿Para qué tipo de lectores está pensada esta novela?Imagino que los más mayores podrán reconocer perfectamente hechos, acontecimientos y lugares, pues el periodo escogido es relativamente cercano.
–La novela está pensada para el gran público, para todo aquel que quiera pasar un buen rato sumergiéndose en una historia de intriga y espionaje con la ventaja de acontecer en un espacio próximo y en una época relativamente cercana.
–Su formación es como economista, ¿qué le lanza al mundo de la escritura? ¿Qué le aporta?
–Desde bien pequeño me ha gustado el cine y el teatro y he tenido la fortuna de ver muchas películas y asistir a numerosas representaciones. Hace doce años escribí mi primera novela (aunque se publicara cinco años después) y me sentí muy a gusto escribiendo una historia. De una pasé a otra, y luego a otra más… y así estaré hasta que me fallen las fuerzas. Mi formación de hombre de “Ciencias” me permite concreción, me ayuda en llevar una sistemática de trabajo, en fijarme objetivos y en ser muy metódico.
–Salvando las distancias, creo que es admirador de Ken Follet, que se inspira mucho en la manera que él tiene para conseguir crear best seller. ¿Por qué?
–Espero que las distancias sólo sean en número de ventas, por ahora… No es que mi objetivo sea escribir un best-seller y le tome a él como modelo, hay otros muchos que venden infinidad de libros y que no gozan de mis inclinaciones. Me gusta Follet porque cuenta historias entretenidas, con momentos sublimes, radicalizando a los personajes y que consigue que las páginas pasen como si fueras en un tren de Alta Velocidad. Y encima siempre aprendo cosas. Ésas son mis aspiraciones y para ello intento mejorar cada día.