No. No se me ha ido la pinza con el titular. Ni siquiera la multinacional francesa ‘Continente’ existe ya como tal, tras su fusión, al comienzo del actual milenio, con la también gala ‘Pryca’, proceso que dio paso a la cadena de hipermercados ‘Carrefour’, presente en Parques Ceuta.
Y esto, ahora, ¿a cuenta de qué, se preguntará el lector? Verán. La mera curiosidad, más que la necesidad de comprar, me llevó esta semana a acercarme hasta la recién implantada ‘Mercadona’, firma que ya conocía, como tantos ceutíes, en la orilla de enfrente. Otra gran tienda más que se instala en nuestra tierra respondiendo a la demanda de los ceutíes y al importante incentivo que encierra la clientela marroquí. Una inversión de siete millones y medio de euros y 700 puestos de trabajo fijos es toda una bendición en medio de la grave crisis de paro que padece esta ciudad. Bienvenida sea pues ‘Mercadona’, como bienvenidas fueron también similares firmas punteras como ‘Lidl’ y ‘Carrefour’.
Por fin Ceuta ha conseguido estar a la altura que merece en este sector comercial. Algo de lo que hace algunos años nos sentíamos huérfanos, cuando el mismo permanecía en manos de unos pocos y en sus reducidos establecimientos, con las consecuencias derivadas para el bolsillo o, en determinados casos, por las deficiencias en el suministro dada también la falta de competencia. Precisamente y en torno al aterrizaje de los hipermercados, me he permitido reproducir a continuación algunas líneas del artículo que, con el mismo título que el de arriba, publicaba yo en el Anuario de 1995 de nuestro periódico.
“La noticia de que la multinacional francesa ‘Continente’ podría invertir en Ceuta diez millones de pesetas comenzó a circular como la pólvora el último día de feria por las tertulias caseteras. Que un grupo económico de tal calibre decidiera apostar por esta tierra era un detalle muy significativo cara a nuestro futuro. Y si además creaba, como se decía, unos cuatrocientos puestos de trabajo directos más los indirectos, era para sentirnos más que satisfechos.
Se comentaba que el potencial mercado marroquí podría haber sido una de las razones que hubieran podido atraer a la multinacional. Eso y los millones de pesetas que solemos gastarnos los ceutíes en los hipermercados de la Península. Todo parecía de color de rosa (…) Incluso algún que otro destacado político no disimulaba su entusiasmo ante los micrófonos de las emisoras de radio que cubrían esa última noche de feria en directo. ‘Continente’ se había fijado en nosotros cuando estrenábamos nuestro traje autonómico y su iniciativa podría animar, efectivamente, a otras multinacionales o firmas.
Horas más tarde, una oleada de comentarios, reacciones y reflexiones se ponían en marcha y aún siguen. Sindicatos, comercio, hostelería y patronal coincidieron en señalar que el hipermercado destruiría empleo fijo y lo sustituiría por trabajo eventual, arruinando así a los supermercados, estrangulando a sus 4.000 puestos de trabajo, de los que un 60 por ciento son fijos. Los empresarios se unieron como una piña poniendo una campaña en marcha con la que pretendieron concienciar a la población de lo mucho que se juega Ceuta en este asunto”. Fin de la cita. La polémica fue a más. Aparecieron pintadas amenazantes anónimas, especialmente en las rotondas de la avenida del muelle Dato y dimitió de su cargo el presidente de la Cámara de Comercio, José María Campos, después de una década al frente de la misma, por la creación, tanto en la Cámara como en la Confederación de Empresarios, de sendas comisiones de seguimiento que se constituyeron al respecto del asunto del hipermercado.
La ciudadanía no comulgó con los argumentos que le querían vender, al tiempo que ‘Continente’, perplejo ante tan kafkiana situación con la que no se habían encontrado en ningún otro lugar, terminó poniendo sus pies en polvorosa. Habría que esperar todavía siete años más hasta la aparición de la primera gran superficie comercial en Parques Ceuta. Entretanto, los ceutíes seguían viniendo cargados con sus compras en sus coches desde la otra orilla y, en determinados casos costeándose el pasaje del vehículo entre dos o tres familias para rentabilizar la operación que les permitía, por otro lado, adquirir del mismo modo determinados artículos que aquí no encontraban o que en ocasiones escaseaban.
Quién diría todo lo anterior hoy con la presencia consolidada de esos gigantes del sector como ‘Lidl’, ‘Carrefour’, y ahora el tan deseado ‘Mercadona’, conviviendo con pequeñas firmas como ‘Covirán’, ‘Eroski’ o ‘Supersol’. Algo tan normal en tantos lugares, pero que aquí, como decíamos, constituía la excepción. De momento hay clientela para todos, no digamos de marroquíes. Con permiso, siempre en este último caso, de la frontera, por desgracia.