El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, intervino ayer en el Club Forbes House de Madrid con una conferencia en la que se trataba de llevar a la capital de España las posibilidades de inversión que tiene Ceuta. Y así lo hizo, expuso toda una serie de ventajas que posee una tierra que se encuentra en un ciclo de crecimiento, como demuestran los datos de empleo y actividad.
Vivas cumplió con su cometido y, al discurso para promocionar los valores de la ciudad, añadió una parte sentimental y cultural de Ceuta que es la que procede en este tipo de actos. Defendió además el compromiso permanente con “la comprensión, respeto y aprecio de la realidad multicultural de nuestra población, como base de la convivencia, como rasgo de personalidad que nos enriquece y distingue, como clave de supervivencia”.
El presidente llegó a decir que “Ceuta es mi universo”, una frase que hay que interpretar como la de un dirigente que se siente comprometido con la sociedad a la que representa. Pero también podría aplicarse para justificar otra parte de su alocución en la que, lejos de querer agradar a nadie desde el punto de vista de las afinidades políticas, reivindicó, desde el sosiego, las demandas que otras instancias tienen que realizar en la ciudad.
El presidente se refirió así a que quedan pendientes asuntos y demandas determinantes que tienen que ver con la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales; con las áreas de Defensa, Seguridad y Justicia; con el Régimen Económico y Fiscal Especial; con la financiación de la Ciudad Autónoma o con la acogida de menores migrantes, a la que se refirió en varias ocasiones.
Llevar estas exigencias a un foro como el de ayer demuestran que se pueden hacer las cosas de otra forma sin necesidad de levantar la voz. También evidencia que la misión de los representantes institucionales no es solamente agradar, sino que igualmente debe haber espacio para la reivindicación, sobre todo si esas reclamaciones son justas.