No es normal que el Gobierno local ofrezca mensajes tan contundentes como el dado al término del Consejo de Gobierno celebrado este viernes. Mensajes que apuntan y reconocen el momento crítico en el que se encuentra esta ciudad y que ahora es reseñado sin tapujos ni excusas. Le tocó el papel al portavoz accidental, Carlos Rontomé, que puso negro sobre blanco que la situación no puede continuar por más tiempo así. ¿Así cómo? Sin un pronunciamiento claro del Gobierno de la Nación en torno a lo que está sucediendo en la frontera y las relaciones con Marruecos. Nada de lo que está pasando es casual, nada de lo que ocurre debe ser pasado por alto, todo tiene un obligado análisis y un necesario pronunciamiento. Lo que ocurre es que los únicos que hablan son precisamente los que carecen de competencias para alcanzar una solución. Quien debe hablar y todavía no lo ha hecho es la Delegación del Gobierno y, sobre todo, un Gobierno de la Nación que está dando la espalda a Ceuta ante algo tan grave como la ruptura de relaciones con el vecino país y la asfixia que supone aguantar ese bloqueo por más tiempo. Se han tomado decisiones que afectan de manera dañina a Ceuta y ante eso el Ejecutivo debe pronunciarse para buscar soluciones de inmediato, soluciones urgentes que detengan una deriva muy muy compleja.