La Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) ha tramitado por la vía rápida la escolarización de los tres únicos menores ucranianos en edad de incorporación obligatoria a las aulas que han llegado hasta ahora a Ceuta huyendo del drama desatado por la invasión de Putin de su país. Se trata, según las fuentes consultadas por este periódico, de otros tantos niños que han sido adscritos a grupos ordinarios de Infantil, Primaria y Secundaria, respectivamente
La administración se ha regido por lo previsto en la Orden EDU/849/2010 que regula la ordenación de la educación del alumnado con necesidad de apoyo educativo y los servicios de orientación educativa. En ella se contemplan dos casuísticas aplicables a estos casos: el alumnado con integración tardía en el sistema educativo español (artículo 33) y con carencias en el uso de la lengua castellana (43).
Según explicó ayer el jefe de la Unidad de Programas Educativos (UPE) de la Dirección Provincial, Antonio Coronil, “la Orden prevé que los centros puedan escolarizar a niños con ese perfil en un curso inferior al que les corresponda por edad, así como una atención educativa para facilitarles el aprendizaje del español de acuerdo con sus características, con el nivel en el que estén escolarizados y con su competencia curricular”.
“El perfil de los niños ucranianos tiene poco que ver con el de los menores migrantes solos de Marruecos u otros países, en primer lugar porque vienen acompañados, habitualmente por sus madres, suelen traer documentación y un histórico académico reglado y organizado, la administración tenía y ha desplegado un procedimiento más organizado para su acogida como refugiados...”, comparó Coronil.
De entrada los niños ucranianos compartirán con su grupo ordinario de referencia materias como Educación Física o Plástica, que por ser “asignaturas más manipulativas” dependen menos del dominio que posean de la lengua vehicular, y recibirán apoyos específicos de enseñanza de español por parte del Claustro de sus centros, clases a las que “no se descarta” incorporar también a sus madres si se ve positivo y factible.