Opinión

La memoria viva de Ifni-Sahara

Sobre la guerra de Ifni-Sáhara se ha escrito infinidad de artículos, libros, revistas, etc., así como reportajes televisivos. Por los artículos de El Faro de Ceuta viene a conocer a quien hoy es mi gran amigo el teniente coronel-médico y doctor en Medicina Ricardo Navarro Suay, el cual me solicitó artículos y de mi archivo copias, fotos, documentos, etc., que necesitaba para una tesis sobre la sanidad militar en la campaña. Ante quien es un gran señor, gustosamente le facilité todo lo me pedía, y me ofrecí a su entera disposición.
Me asombró el esfuerzo y la dedicación para recopilar documentos y testimonios de los que allí combatieron. Estamos hablando de alguien que ha recorrido toda España, las Baleares, Canarias, Ceuta, Melilla y localidades de Marruecos, Sidi Ifni, El Aaiún y Villa Cisneros, en busca de lo que precisa para su tesis. Bien es cierto que todo ese esfuerzo viene a conocer aquella famosa cita: “detrás de un buen hombre hay siempre una gran mujer”; en este caso su esposa Edurne, también comandante médico-cardióloga.
Hospitales en zona de operaciones. Superior izq-Hospital de Ifni, superior der-Hospital de El Aaiún, inferior izq-Hospital de Villacisneros, inferior der-Hospital de Villabens.

Un brillante historial militar y académico

Ricardo Navarro Suay nació en Valencia, aunque sus raíces paternas provienen de Cuenca, tierra donde su gente son laboriosos, sobrios y sobre todo honrados; cuna de hombres celebres, como Fray Luis de León, Hervás y Panduro, Fermín Caballero, Severo Catalina, Magdalena Fuentes y Palencia Gallardo, entre otros.
Es licenciado en Medicina y cirugía por la Universidad de Valencia con calificación de 8.34. Es médico anestesista y doctor por la Universidad Autónoma de Madrid y alumno de Doctorado por la UNED. Cuenta con un Máster en Medicina y Gestión Clínica y es médico interno residente en el Hospital Universitario de la Princesa y médico del Instituto de Investigación de la Defensa.
En su faceta como médico militar ha participado en misiones internacionales en la Jefatura de Órdenes de la 41ª Escuadrilla de Escoltas en la Base Naval de Rota, también en la Jefatura de Apoyo sanitario de la Bahía de Cádiz, en la Academia General del Aire, en la Escuela de Sanidad Militar, en Haití con la Infantería de Marina y en el Hospital Central de la Defensa, y el Hospital 12 de Octubre. También ha participado en diversas operaciones como Chapapote, Libertad Duradera en el Océano Índico (OTAN), STANAVFORLANT en el Océano Atlántico (OTAN), Active Endevour (OTAN), ALTHEA (EUMM), FINUL en el Líbano (UN), ISAF en Afganistán (OTAN) y Balmis. También ha ejercido como médico anestesiólogo integrado en el Royal Center for Defense Medicine Role 4 británico, en el 67th Foward Surgical Team Airborne, y en el 909th Foward Surgical Team, ambos de Estados Unidos, además de en el Equipo Quirúrgico embarcado en Buque de Asalto Anfibio L-51 Galicia en la Operación Atalanta y en el Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano.
Ricardo Navarro Suay domina el inglés hablado y escrito, ya que ha asistido en Killkenny (Irlanda) y ha trabajado en el Hospital Queen Elizabeth en Birmingham (Reino Unido). Además, está en posesión de nada menos que diez premios sobre Medicina y ha sido profesor en seis centros nacionales de Medicina. También está en posesión de varias condecoraciones militares. Por todo esto, yo me pregunto si en cualquier ejército de países, como EE. UU, Alemania, Francia o Inglaterra, con todo ese palmarés Ricardo seria mucho más que teniente coronel.

Más de cien entrevistas a excombatientes de Ifni-Sáhara

Sino fuera porque en mi poder obran los datos que dan crédito al brillante currículo de Ricardo Navarro Suay sería difícil creer que este brillante soldado haya recorrido España entera, las Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, terminando en Sidi Ifni, El Aaiún y Villa Cisneros entrevistando a más de un centenar de quienes allí, en aquellas inhóspitas tierras, dejaron sangre, sudor y lágrimas, pero tiene su razón tal y como así lo afirmó este intelectual: “el más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa”, Johan Wolfang Goethe.
Para esa magnifica tesis doctoral que está realizando este teniente coronel-médico sobre la sanidad militar en la Campaña de Ifni-Sáhara, entre 2017 y 2020 visitó los archivos del Ejército del Aire, de la Cruz Roja, los militares de Ávila, de Baleares de Canarias, de Ceuta, de Melilla y de Valencia, así como el Museo Naval de las Palmas, el Naval de Madrid, el de la Brigada Paracaidista, el de Santa Cruz de la Palma, el de Lanzarote, el de Tarfaya (Marruecos) y las subdelegaciones de Defensa de Albacete, Algeciras, Alicante, Cuenca, Granada, Guadalajara, Jaén, Las Palmas de Gran Canaria, Palma de Mallorca, Pamplona, Pontevedra, Santander y Valencia. También visitó la Base Aérea de Gando, la Comandancia Naval de Málaga, el Palacio Real de Madrid y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, así como contactó con el Regimiento de Infantería Canarias 50 y el Grupo de Regulares Ceuta 54. También asistió a un congreso del conflicto Ifni-Sáhara celebrado en Barcelona. Todo ello lleva a calificar la tarea de Ricardo Navarro Suay como una propia de titanes. Esto lo avala que, desde el 2 de octubre de 2017 al 27 de octubre de 2020, con la última entrevista realizada al artillero José María Pérez Clavijo suman un total de nada menos que 101 entrevistas personales a distintos soldados y mandos que participaron en aquella Campaña de Ifni-Sáhara.
Página del tercer documento que finaliza con 101 entrevistas a excombatientes de Ifni-Sáhara.
El día que vea la luz esa tesis doctoral sobre la sanidad militar en la Campaña de Ifni-Sáhara 1957/58 a buen seguro que si encuentra alguna editorial que se ofrezca a publicarla en un libro será una verdadera obra de nuestra historia militar reciente.
Pocos historiadores han sido capaces de estudiar esta historia militar en la que participaron miles de soldados de reemplazo, la gran mayoría voluntarios que, con su esfuerzo, disciplina y sacrificio escribieron una de las páginas más brillantes de nuestra historia. Allí dejaron 184 muertos, 500 heridos y 54 desaparecidos. En algún caso hay soldados cuyos restos fueron exhumados de los cementerios del África Occidental Española, y que hoy en día se ignora donde reposan.
Convendría tener presente sobre nuestra historia la cita de este intelectual: “pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte”, Marcelino Menéndez Pelayo.

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