Opinión

Envejecer con plenitud

En la actualidad, España es uno de los países más envejecidos dentro de la Unión Europea: la mayor esperanza de vida se traduce en que el número de personas mayores de 65 años aumente paulatinamente, lo que contrasta con un alarmante descenso de la natalidad. Por otra parte, nunca como en estos últimos años hemos asistido a una nueva realidad: un elevado porcentaje de estas personas mayores están en condiciones de desarrollar una mayor actividad -tanto física como mental-, algo impensable en épocas pasadas para quienes consideraban que entraban ya en la última etapa de su vida.
El título de esta obra que comentamos resume a la perfección la intención de su autor, quien, en la Introducción, afirma: “He querido escribir este libro con la esperanza de que sirva para vislumbrar que, en el último capítulo de nuestras vidas, siempre quedan caminos por descubrir y recorrer”. Nada mejor que la propia vida de Jordi Querol (Barcelona, 1938), arquitecto, pianista, dibujante, pintor y escritor (residente en Barcelona pero que ha vivido por diferentes países) para garantizar la fuerza de sus reflexiones, nacidas tanto de su propia experiencia personal como de su observación constante de la realidad, lo que le permite ser consciente de la visión que la sociedad en general tiene de las personas mayores. Por supuesto, Querol sabe muy bien que las personas mayores constituyen un colectivo muy heterogéneo: la longevidad suele ir acompañada de un deterioro físico y/o mental que dificulta, incluso impide, llevar a cabo cualquier tipo de proyectos. Pero también reconoce que, en muchos casos, hay ancianos que, incluso gozando de una salud aceptable, optan por recluirse sin ninguna intención de mirar al futuro: en gran medida, el libro se dirige a estas personas para que puedan comprobar que es posible “envejecer con plenitud”, y que esto puede lograrlo cada uno - “hazlo posible”- si se lo propone.
Precedido por unas palabras sobre el autor y un prólogo, el libro consta de treinta capítulos breves, que culminan con unas conclusiones seguidas de un epílogo. Cada capítulo finaliza con una breve reflexión que resume la idea principal.
Debemos dejar patente que -según aclara el mismo autor- este libro no tiene ninguna pretensión científica: de hecho, la amenidad y el lenguaje coloquial se convierten en uno de los principales atractivos de la publicación. Cada uno de estos capítulos (salpicado de numerosas experiencias personales) desarrolla una serie de cuestiones en torno a la ancianidad: la constatación de una serie de ventajas (gozar de una mayor libertad o del privilegio de la experiencia), el ofrecimiento de algunas propuestas útiles (mantener una vida activa, continuar formándose, cultivar la amistad, disfrutar de la familia…). Pero también quiere dejar muy claro ciertos problemas que padecen los ancianos: sufren a veces rechazo (lo que se ha denominado edadismo y gerontofobia) e incluso maltrato; de ahí que reclame con firmeza la necesidad de ennoblecer a los ancianos, desarrollar más las políticas destinadas a sus cuidados y prestarles una mayor atención (en residencias o con un personal cualificado para atenderlos). Insiste en no utilizar el término “viejos” para referirse a los mayores y sustituirlo por otros como “ancianos” o “séniores” (derivado del senior latino).
No se piense que Jordi Querol es un ingenuo optimista: plenamente consciente de la irremediable proximidad de la muerte, no rehúye en ningún momento referirse a ella; es más: recomienda que se hable más de la muerte porque así -afirma- “seguramente nos tomaríamos más en serio la vida”. Y para demostrar las infinitas posibilidades que ofrece la vida, incluso a partir de cierta edad, ha decidido escribir este libro: “En este libro afloran experiencias de un senior que ha pasado por la vida aprendiendo, escuchando, observando a los demás, amando a familiares y amigos y, especialmente, trabajando para construir un mundo mejor. Un anciano que sabe muy bien que recorrer el último capítulo de nuestra existencia de manera que valga la pena no es un imposible”.

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