Cristian León Comino empezó, sin saberlo, una iniciativa en la que a día de hoy acumula más de 30 voluntarios activos con el Movimiento #Ceutasinplástico. Esta labor consiste en la limpieza de las playas y espacios naturales de la ciudad, los cuales están llenos de deshechos que van desde restos de comida hasta latas y botellas de plástico. Estas últimas son prácticamente el 85% de los residuos que encuentran y recogen.
Estos voluntarios abarcan todas las edades y llegan a juntarse varias generaciones juntas, padres e hijos, parejas jóvenes y adultos en solitario, y por supuesto, ‘Braco’, el perro y amigo de Cristian, en un día normal de limpieza en el han llegado a recoger, entre todos, hasta 75 bolsas de residuos.
Todo comenzó hace, aproximadamente, tres meses. “El primer mes y medio fue un trabajo voluntario en soledad. Es una labor satisfactoria que comparo mucho con ayudar a una persona mayor a cruzar la calle porque es un gesto sencillo que te hace sentir bien contigo mismo y sabes que has ayudado a alguien a sentirse mejor también”. Con estas palabras comenzaba Cristian a contar cómo surgió todo pero el impulsor principal es su perro ‘Braco’, quien ha sido el que le ha abierto los ojos a este joven promotor de una idea que ha terminado por abrir los ojos de otros muchos: “Yo le echo la culpa a mi perro porque gracias a él he aprendido a disfrutar de la naturaleza. Es él quien me lleva a la playa, quien me lo pide y cuando voy veo un vertedero cuando lo que tendría que ver es una playa. En otras circunstancias, quizás no lo habría visto nunca pero Braco me ha abierto los ojos”.
Cristian explica que “somos una generación a la que le han enseñado que debemos recoger lo nuestro pero no lo de los demás”. Y es que todos hemos sido testigos de la suciedad de nuestras playas, de nuestros montes y hacía mucha falta que alguien como Cristian nos creara conciencia de la situación real que se vive en estos lugares.
“La primera playa en la que estuve recogiendo basura fue La Bolera, empezando en la segunda cala. En Instagram con el hashtag #ceutasinplastico se pueden ver algunas imágenes de todo lo que se recoge desde este primer día y es algo impactante. Desde latas, botellas y brics hasta llenar una bolsa con unos 150 tapones en una playa con menos de 50 metros de superficie” sigue contando tras recordar sus primeras experiencias.
Los usuarios de la red social Instagram entran en un 83% por ocio aunque descubren nuevos productos y servicios, pero esta red social es mucho más. Con más de 500 millones de usuarios al día, Instagram es un medio indispensable en el que darse a conocer, sobretodo, a los jóvenes menores de 35 años, los cuales suponen un 71% de los usuarios de esta red social. Por esta razón, para llegar a los jóvenes se ha creado el hashtag en Instagram pero su mayor movimiento se encuentra en Facebook, donde más de 1.030 personas son seguidoras de su página de “Movimiento #ceutasinplastico” entre los cuales se encuentran los voluntarios que asisten cada semana, algunos que asisten cuando pueden permitírselo y muchos otros participantes que aportan información de interés desde puntos varios de la península y una mayoría que es fiel seguidora y difusora de toda la labor que se realiza compartiendo las publicaciones en esta red social.
Por desgracia, las redes sociales, aunque son una ventana, lo vemos todo desde la lejanía y por eso Cristian expresa que “cuando vemos en la televisión o en las redes sociales a una ballena muerta por la ingesta de grandes cantidades de plástico nos lo tomamos como algo ajeno pero es un problema que tenemos en la puerta de nuestra casa”.
Hay personas que se han interesado por este movimiento creyendo que era parte del reto creado hace unos meses en Instagram ‘Trashtag Challenge’ pero nada más lejos de la realidad. Este joven de 29 años explica que “Un reto viral es una moda y como todas las modas, es efímera. Solo dura un determinado tiempo y después todo vuelve a ser igual. Yo no quiero algo efímero, quiero que este movimiento cambie conciencias y es algo que tiene que llegar para quedarse. No imaginaba que pudiera tener tanta repercusión pero también digo que prefiero que se sume una persona a la semana pero que esa persona sepa y crea en lo que hacemos. Si se apunta mucha gente que sólo va a hacerse las fotos para las redes sociales y después tiran el aceite de la sartén por el fregadero cuando un solo litro de aceite vegetal contamina mil litros de agua, por ejemplo, no me parece”. Y es que una simple colilla tarda entre 1 y 10 años en descomponerse, el papel o el cartón tardan un año aproximadamente, el aluminio 10 años y el plástico, dependiendo de la consistencia del residuo puede tardar desde 150 hasta los 1.000 años.
Cristian cuenta que estuvo trabajando en EcoCeuta durante dos años y aprendió mucho con el funcionamiento de la planta de reciclaje separando plástico, cartón, etc. en una cinta transportadora de la planta. También se dedicó a la recogida de material reciclable en empresas, obras e incluso restos tirados por las calles. Y es que, como él dice “cuando lo vives de cerca, te conciencias más. Es gracias a eso que tengo conocimiento de causa aunque no sea un experto en el tema”.
Y de hecho, gracias a estos conocimientos y al haber trabajado en EcoCeuta, la empresa de reciclaje vio la labor en redes sociales y decidió colaborar con el Movimiento #ceutasinplástico aportando el material necesario a los voluntarios para llevar a cabo la labor. Todas las semanas reparten bolsas, guantes y demás utensilios. Además, colocan jaulas donde los voluntarios echan las bolsas recogidas y no tener, así, que llevarlas ellos mismos a la planta de reciclaje.
Antes de esta colaboración era Cristian quien se encargaba de llevar en su vehículo a la planta todas las bolsas de basura recogidas con algunos participantes que se ofrecían a ayudarle, y también de proveer y equipar a los voluntarios ya que como explica “la seguridad es lo primero porque no voy a dejar que nadie recoja latas sin guantes o vaya por un lugar poco transitable por coger dos botellas o envoltorios, no podemos jugarnos nuestra salud en la labor”.
A día de hoy, Cristian tiene la satisfacción de saber que la iniciativa ha permitido recoger más de 200 bolsas de basura en playas: “Tengo claro lo que hago, por qué lo hago y cómo me siento haciéndolo. Y además creo que he demostrado que sí que puede cambiar algo”, afirma con ilusión Cristian, a quien le gustaría poder leer un titular en un futuro próximo, en un día del Medio Ambiente que se ha incrementado la conciencia medioambiental y se ha multiplicado el reciclaje en Ceuta, estando la ciudad a la cabeza respecto al resto de España.
Este movimiento trata de predicar con el ejemplo para crear conciencia. Si desean unirse en alguna jornada al movimiento #Ceutasinplástico, no tienen más que hacerse seguidores de tan noble tarea en redes sociales, bien a travé sde instagram o Facebook, buscando Movimiento #Ceutasinplástico.
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