El asilo se ha convertido en el gran efecto llamada. Los marroquíes aspiran a cruzar a la Península y encuentran en la petición de esa protección una de las vías para conseguirlo. Atraídos por ese ‘pasaporte’ han cruzado a Ceuta hasta mehanis. Ya se ha producido la entrada de alguno en casos que, de momento, son aislados y han tenido lugar en estos últimos días, tal y como han verificado fuentes oficiales a este periódico. Entre los intentos de entrada de ayer también hubo casos.
Cruzan a nado, igual que otros marroquíes, con el ánimo de pedir asilo para poder entrar en la Península, que es el objetivo final. Entre las personas que están llegando no figuran solo los menores o los jóvenes que dejan a sus familias en situación de extrema pobreza, sino también agentes marroquíes que ‘cuelgan’ el uniforme para entrar por vías irregulares que antes ellos mismos perseguían.
El número exacto de mehanis que ha cruzado ya no ha sido concretado pero sí confirman a este periódico varios casos y todos correspondientes con entradas a nado. El efecto llamada es clarísimo y no va a menos. Se aprecia a diario en las famosas colas de la frontera en donde se ha generado ya un negocio paralelo al haber individuos que cobran a marroquíes para guardarles el sitio y obtener así mayor facilidad para una de las escasas citas que da la Policía Nacional.
La presión migratoria no va a menos sino, al contrario, aumenta y genera ya roces entre los propios peticionarios.
Algo más de 250 inmigrantes adultos marroquíes llegados irregularmente a la ciudad entre el 17 y el 19 de mayo pasados ya han podido cruzar el Estrecho como peticionarios de protección internacional en España con solicitudes admitidas a trámite, según las fuentes policiales consultadas por este periódico.
La cifra equivale aproximadamente a una cuarta parte del total de solicitantes de asilo que llegaron tras la entrada masiva de hace dos meses y medio que se produjo con el beneplácito del país vecino, aunque una parte de esas peticiones todavía están pendientes de que se cumplimenten todos los trámites preceptivos para ser definitivamente admitidas o rechazadas por la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) del Ministerio del Interior, que como la Delegación del Gobierno se ha negado a facilitar datos sobre estos procedimientos desde hace semanas.
Si durante la avalancha se estima que accedieron a territorio español unas 12.000 personas, el volumen de retornados voluntariamente está cifrado en más de 9.000. Además, desde finales de junio las autoridades del Reino alauita aceptan la devolución de nacionales, que se concretado en la expulsión de algo más de un centenar de súbditos marroquíes, siempre según estimaciones de las Fuerzas de Seguridad.
La Sala III de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo estableció en julio del año pasado que los solicitantes de asilo desde Ceuta o Melilla, una vez que su solicitud es admitida a trámite, tienen derecho a la libre circulación por España, y que, en consecuencia, no es conforme a derecho limitar sus desplazamientos a las ciudades autónomas. Desestimó el recurso de la Abogacía del Estado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que estimó el recurso de un extranjero contra la resolución de Policía que incorporó en la documentación que justificaba su condición de solicitante de protección internacional la inscripción ‘válido solo en Ceuta’, anulando tal inscripción por ser contraria a Derecho y reconociendo el derecho del recurrente a circular libremente por territorio nacional.
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