Hay muchos que claman a la justicia y a la levedad de los jueces porque uno de ellos, creen que ha caído. Uno, que se levantaba para causas perdidas y que internacionalmente tenía prestigio.
Dicen muchos de gargantas profundas que se ha hecho justicia cuando un juez es condenado, por instruir escuchas a presuntos maleantes, a rampones de capa y espada que suministraban fondos y que aún no han calentado el banquillo de un juzgado.
Los que tenemos que vivir con un sueldo, los que tenemos que calcular para llegar a fin de mes , no creemos que se haya hecho justicia, como no creemos que tengamos nada que ver con quien nos interpreta lo justo e injusto, porque nos hacen esperar lo indecible para explicarnos, nos condenan a ver a nuestros hijos morir por nada y se ríen sin mostrar la risa , con sentencias como la de Marta del Castillo o mejor dicho la de su cucada majestad, que se desmelena cuando le viene en gana. No tiene culpa la ley del menor, que no se aplica , ni tienen culpa las escuchas ilegales que le hicieron al Cuco, hablando con su abogado, que , me puedo equivocar, pero creo que no llevaron a su juez instructor , ni a sentarse en el banquillo , ni a dar explicaciones. Tampoco creo que el coscorroncillo que se le ha dado al Juez Castro por las filtraciones de la instrucción del sumario Urdangarín sea otra cosa que parafernalia y aires nuevos , que llevan a cambiar al Fiscal general como si fuera una pieza más del tetris. No debería la justicia estar influenciada por aires políticos, no debería la educación estar regulada por políticos y no deberían jugar con nosotros, los ciudadanos , que los tenemos que aguantar a todos, encima que les pagamos con nuestros impuestos y que solo les exigimos lo normal, lo que debería existir siempre por ser éste un Estado de Derecho,justicia e igualdad para todos.
Hay muchos que no creemos ya en la justica , no cuando vemos por ahí tantos pajaritos volando y vemos a “cabeza de cerdo”, el mayor dirigente rumano, prostituidor y traficante de todo, sentarse en el banquillo, alegremente, porque sus delitos han prescrito y porque la chica que le acusa, como en ese sonado caso de prostitución en donde al fin las victimas iban a retirar los cargos de la mano de los mafiosos , seguramente se quedará en nada y vuelta a prostituir y a traficar, que para eso lo que vamos a estar aquí son dos días. Si fuéramos policías e hiciéramos el excelente trabajo que están haciendo, si fuéramos entregados ciudadanos seguidores de normas morales y sensatas, nos arrancaríamos los cabellos a manojos, porque éste es un país de Forges, sacado de sus viñetas , donde se roba tanto que las pancartas de “no tenemos pan , para tantos chorizos”, ya son un clásico, en toda manifestación que se precie.
Los políticos nos avergüenzan, pero no se avergüenzan a ellos mismos que dimiten cuando ya no les puede , no la evidencia, sino la traca final o la voluntad de votos del partido correspondiente , que es el que les pone freno, no por honradez o por vergüenza torera, sino por afán electoralista.
Estábamos al borde del precipicio y no hemos dado un paso al frente, sino que nos hemos puesto a bailar batuka, con los pies amarrados y la suela de los zapatos llena de aceite.
Tenemos el rostro verde de la congestión, el cabreo y la mala hostia que se nos queda y ya casi -nos da la vejatoria sensación- de que solo nos toca- como con las hemorroides- aguantar en silencio, la nefasta racha.