H.C.O. falleció el pasado 26 de febrero en su domicilio en
la barriada del Príncipe. Este vecino de 83 años, por cosas del destino,
se convertía en la víctima número 83 desde que comenzó la pandemia en Ceuta ya que “en el certificado de defunción de su médico de cabecera rezaba como muerte
por COVID”. Nada alejado de lo normal si no fuera porque después de dos meses y medio, ni
Ingesa ni la Consejería de Sanidad lo contabilizaban en el listado de fallecidos derivados de una pandemia que ya se prolonga más de un año, que está haciendo mucho daño en nuestra ciudad, y en la que deberían figurar 112 fallecidos y no 111, como hasta este mismo miércoles lo reconocían Ciudad e Ingesa.
Desde hoy cuenta en el registro de Sanidad
Ha sido justo hoy cuando la Consejería de Sanidad computaba, después de meses, este fallecimiento por coronavirus. Sin embargo, el Ingesa sigue sin contabilizarlo en su recuento. La causa, al parecer, es que murió en su domicilio, donde estaba confinado con más miembros de su familia. Una situación llamativa y contra la que
la Consejería de Sanidad explicó a este medio que “Ingesa es la que se encarga de notificar los fallecidos por COVID-19”. Pero, lo cierto es que la consejería que lidera ahora Alberto Gaitán, según la Funeraria Al-Qadar en Ceuta, “tiene que ir a la par que Ingesa” y “tampoco lo incluye en su base de datos, pero sí lo tienen contabilizado y son conocedores de que este hombre falleció siendo positivo en COVID”. Tras estas declaraciones, y en el parte que este miércoles emitieron para informar del avance de la situación epidemiológica, ya aparecía al fin registrada esta víctima 83 de la pandemia.
Ingesa aún no ha computado su fallecimiento
Por su parte, Ingesa insistía en que “en los fallecidos en domicilio necesitamos una notificación por parte de las autoridades” para certificar la muerte por coronavirus. “A Ingesa le notifican los fallecidos y no nos han dicho nada todavía. En el hospital nosotros tenemos la competencia, pero cuando fallece alguien en domicilio necesitamos de una notificación por parte de Justicia a través del forense. Justicia es quien nos notifica los fallecidos en domicilio tanto a Ingesa como a Sanidad. Nosotros aportamos los datos que nos llegan y notificamos a Medicina Preventiva y tanto Ingesa como Sanidad da parte al Ministerio”, explicaba el servicio de prensa de Ingesa. Sin embargo, el error, según la funeraria, lo habría cometido Ingesa. “El problema viene de Ingesa que no lo reconoció como muerte por COVID, pero su médico de cabecera sí que lo pone en la historia clínica y el certificado de muerte. De hecho, estaba toda la casa y la familia confinada. Al estar confinados en su domicilio tanto él como los familiares convivientes, tiene constancia el departamento de Medicina Preventiva. Si hay 4 personas que dejan de estar confinados, Medicina Preventiva les da el alta y solamente serían 3. Por lo tanto, Ingesa y su departamento de Preventiva sabían de este grupo de personas y, como consecuencia, del fallecido”, aseguran. Desde la funeraria no entienden “por qué Ingesa no lo ha reconocido todavía porque cuando alguien fallece por muerte natural en casa no es necesario que acuda un médico de medicina legal para hacer nada”. “Esto es solamente cuando hablamos de muertes violentas como podría ser un accidente o cuando no es posible determinar las causas por no tener patología el fallecido. De hecho, los protocolos de actuación del Ministerio de Sanidad recomiendan no hacer autopsias a pacientes COVID. Ingesa está mintiendo porque todos sus hijos estaban confinados. Por eso, fue enterrado el 27 de febrero con todo el protocolo COVID y sin que sus familiares más allegados pudieran asistir porque estaban confinados porque su padre era positivo en COVID-19”.
El arma contra el COVID: cumplir las medidas sanitarias
El cumplimiento de las medidas sanitarias es el arma que existe para evitar que haya más contagios y, por tanto, para evitar que se produzcan ingresos hospitalarios y, asimismo, muertes que lamentar. La mayoría de esos fallecimientos ha tenido lugar en las propias instalaciones del HUCE al no haberse superado los cuadros y secuelas que el COVID-19 deja en estas personas, pero también se han producido algunas muertes en domicilio como esta, pero que sí fueron reconocidas y contabilizadas por Ingesa y Sanidad.