La familia de Lubna, la última joven ceutí que se sospecha que partió a Siria o Irak, siente alivio porque habla con su hija por teléfono a menudo pero ella nunca desvela cuál es su paradero ni figura prefijo en la llamada.
La madre de Lubna M., la última joven ceutí que se sospecha que partió a la yihad en Siria o Irak, vive pendiente del teléfono. “Llama de vez en cuando y nos dice que está bien, pero nada más. Ni dónde está, ni en qué parte, ni lo que come ni lo que bebe. Lo único que dice es que está bien”, manifestó ayer esta vecina del Polígono-Morro quien, a duras penas, se conforma con las pocas palabras que le dedica su hija de 21 años aunque se siente más tranquila cuando la escucha al otro lado del aparato.
Al conocer la noticia del golpe a una supuesta red de captación de mujeres que actuaba en España y Marruecos, la madre de esta técnico de Infantil en el CEIP ‘Juan Morejón’ expresó su satisfacción y apoyo a la labor policial. “Claro que me parece bien que les hayan detenido”, aseguró esta mujer, quien desconoce si el paradero de su hija se debe al grupo que, el Ministerio del Interior, comunicó que fue desarticulado ayer.
“Ella me pregunta cómo está la familia... Me saca más noticias sobre qué ha pasado en la casa que yo a ella. No me dice nada”, reconoció sujeta al único medio material que las mantiene unidas ya que Lubna siempre está presente en sus pensamientos y su corazón.
Hay temporadas en las que llama a diario, en otras tardan días en hablar. La última vez que la familia estuvo algún tiempo sin saber de ella fue el fin de semana pasado. “Desde el viernes no llamó hasta hoy martes –por ayer–”, confesó aliviada. Para los padres de Lubna tampoco es sencillo dar con la localización de su hija porque “tampoco sale el prefijo de dónde está, me sale privado”.
En cualquier caso, su madre siempre le pregunta por su ubicación para que su padre “vaya a buscarla, pero nunca dice el lugar”. En su última conversación, en la mañana de ayer, “me dijo lo mismo”, sentenció.
No es la única familia que sufre esta ausencia. El entorno de Nawal D., la menor ceutí que fue interceptada en agosto en Melilla cuando pretendía dirigirse a Irak, también espera que su pequeña regresa a casa. Sin embargo, ellos sí conocen la situación de la joven de 14 años: un centro de menores en Madrid donde intentan desprogramarla, según las últimas informaciones de las que se tienen constancia.
La lista de las mujeres enroladas en la conocida como yihad femenina incorporó, entre abril y agosto, tres casos. El traslado de ceutíes a Siria se reavivó con la marcha de una joven del Príncipe que perdió a un hermano en ese mismo país y decidió seguir sus pasos quedando embarazada mientras se encontraba allí. No eran otros que Kokito Castillejos, el sanguinario muyahidín que ganó popularidad por las decapitaciones que luego difundía por las redes sociales, y su mujer Asia Ahmed Mohamed.
Un segundo caso fue el de una vecina de Los Rosales que, junto a su hijo de poco más de un año, partió para unirse a su marido, un marroquí de Castillejos de 25 que había ido con anterioridad. A ésta, habría que sumar a otra vecina del Príncipe.
Asimismo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado abortaron la salida a zonas de conflicto de otras dos mujeres radicalizadas residentes en El Príncipe.
Sin embargo, la marcha de mujeres desde Ceuta nada tienen que ver con la auténtica sangría que se está produciendo en Marruecos. Desde la zona norte han partido muchas mujeres, captadas todas ellas por la misma red especializadas que pudo haber caído ayer.
Cronología
Operación duna
Dos años de prisión hasta quedar absueltos en 2012
En diciembre de 2006, fueron detenidos nueve ceutíes acusados de pertenencia a una trama terrorista. Permanecieron dos años en prisión preventiva hasta dictarse los autores de libertad provisional previo pago de las fianzas oportunas. En abril de 2012, quedaron absueltos de pertenencia a organización terrorista. A la Operación Duna le pasó lo que a la Tigris. Los detenidos en una y otra, todos ellos relacionados con prácticas terroristas, terminaron por quedar absueltos, desbaratándose las acusaciones policiales que se habían llevado a cabo en su contra. La sentencia desbarata las tesis y exculpó a todos los detenidos de cualquier posible vinculación con una célula islamista cuya misión era la de planear atentados para liberar las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y convertir de nuevo España en Al-Ándalus bajo dominio musulmán.
Operación Cesto
Ocho detenidos, algunos de ellos implicados en la Duna
Ocho presuntos terroristas fueron detenidos en junio de 2013 por reclutar a combatientes para ir a Siria en una operación conjunta entre Guardia Civil y Policía Nacional. Algunos de ellos también fueron arrestados en la Duna. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró entonces que la red desarticulada se editaba a reclutar islamistas y que pudo enviar 50 yihadistas a Siria para integrar dos filiales de Al Qaeda que operan en esa zona en conflicto y cometer atentados, alguno de ellos suicida. La red desmantelada, aseguró, tenía dos bases de actuación, una en Ceuta –desde la que salieron una decena de yihadistas, entre ellos un menor– y otra en Marruecos. Continúan en prisión provisional.
Detención pistu
Continúa en la cárcel desde septiembre de 2013
La Audiencia Nacional también envió a prisión a Yassin Ahmed Laarbi, alias Pistu, presunto integrante de la red desmantelada unos meses antes para la captación y envío de yihadistas a Siria. Fue detenido en la ciudad autónoma en septiembre de 2013.
Detención stifo
También por integración de la red del Príncipe
Agentes de la Policía Federal de Bruselas detuvieron al ciudadano español, de origen marroquí, Ismail Abdelatif Al Lal en Bélgica), en cumplimiento de una Orden Internacional de Detención