Los sanitarios del Hospital Universitario certificaban a las 6.45 horas de ayer la muerte del marroquí Said Abriual, de 24 años, después de recibir media docena de puñaladas, la más grave de todas ellas la que le fracturó el esternón.
Tan solo media hora antes había sido asaltado por cinco individuos que, con ánimo de robarle (según las hipótesis policiales), aprovecharon que estaba hablando por teléfono para atacarle en el Tarajal, en concreto en la parte que entronca la avenida Martínez Catena con el Príncipe.
Said recibió las puñaladas en la zona izquierda de su cuerpo: en la oreja, en la axila, en el parte superior de la pierna y la más grave de todas ellas la que le fracturó el esternón afectando al corazón. Y una clave a la hora de determinar la actuación que intento de defensa que tuvo Said: la que se le encontró en el antebrazo izquierdo, que habría recibido cuando, de acuerdo con todos los indicios, intentó zafarse de sus agresores.
La Policía Nacional y la Guardia Civil tuvieron conocimiento de lo sucedido cuando ya la agresión se había perpetrado y los participantes en la misma habían escapado del lugar. El CNP, que se ha hecho cargo de la investigación, cuenta con el testimonio de una persona que pudo ver a cinco personas huir, aunque no se ha podido especificar si se trataba de adultos o menores. Escaparon en dirección hacia el Príncipe, aunque en el entorno de la barriada no se localizó a los participantes.
El fallecido, el cuarto que se produce en este 2014 y el segundo en dos semanas, se dedicaba a la compra de mercancía en las naves del Tarajal para su posterior venta en Marruecos. Era conocido en el polígono y, de hecho, contaba con el ‘pase de favor’ que se da en la frontera a aquellas personas que son conocidas por la Policía y muestran un buen comportamiento. Asiduo de estas labores, no disponía de visado y se dedicaba al habitual porteo de las mercancías.
Said tenía familiares directos en Ceuta, en concreto su suegro y un par de cuñados residentes en La Reina, que ayer fueron los primeros en conocer su fallecimiento y en interesarse por los trámites que hay que llevar a cabo para intentar su traslado a Marruecos, en donde residía.
En torno a las 10.00 horas, los operarios de la Funeraria Musulmana recogían el cadáver del joven y lo trasladaban a la sala de autopsias del cementerio de Santa Catalina, en donde ayer fue examinado por el médico forense para analizar la ubicación de las heridas, el modo en que se llevó a cabo la agresión y el tipo de reacción que tuvo el fallecido.
En el momento del crimen, llevaba alrededor de 700 dirhams y al menos un teléfono móvil. Cuando estaba hablando fue cuando los componentes del grupo le asaltaron para arrebatarle lo que tenía, haciendo uso de arma blanca para conseguir su finalidad. Fuentes policiales señalaban ayer a El Faro que, pese a que a la investigación está en marcha, la agresión podría no haber tenido como fin directo la muerte, sino que los implicados habrían terminado por provocarla en medio de la hilera de cuchilladas.
El lugar en el que se produjo el crimen fue acordonado por la Policía Nacional a la espera de la llegada de agentes de la Científica que visionaron el escenario evitando así la contaminación de la zona. No se ha encontrado arma alguna ni, al menos al cierre de esta edición, se tenía constancia de la detención o localización de los implicados en este suceso.
La violencia con la que se llevó a cabo el ataque no llama la atención de la Policía, toda vez que desde hace unos años la delincuencia de carácter violento, con empleo de armas blancas o de fuego, ha terminado por ser una constante en la ciudad.
La investigación está en marcha a la espera de que se produzcan resultados.
El fallecido cayó desplomado al huir
Según las hipótesis que se manejan, el marroquí intentó huir después de ser agredido inicialmente un poco más arriba de la zona que aparece en la imagen, que es en donde caería desplomado. Los cinco agresores que intentaron robar al joven le habrían sorprendido poco después de las 6.00 horas camino de las naves, en una madrugada de niebla espesa. Tras atacarle, intentó alejarse del lugar pero ya herido de gravedad.
FOTOS: Reduan Ben Zakour
Una zona marcada por brutales agresiones
La zona en que se produjo el asesinato ha sido en varias ocasiones escenario de atracos y palizas. Por ello, quienes frecuentan este lugar alertan de su inseguridad y piden vigilancia para que no se vuelvan a producir episodios como el de ayer.
“En esta zona se han producido varias agresiones. Hace pocos días unos encapuchados asaltaron a dos porteadores y les golpearon en la cabeza y la cara con las culatas de las pistolas que llevaban”, comenta una persona que frecuenta este lugar. Se refiere al episodio que tuvo lugar la pasada semana en el que tres encapuchados asaltaron a dos porteadores cerca del centro de salud del Tarajal. Los atracadores intentaron, además, asaltar a un motorista, quien logró escapar. En el intento de alcanzarle, efectuaron incluso un tiro al aire. Los agredidos sufrieron heridas en la cabeza y en la cara.
A primeros de febrero se produjo otro caso con violencia en este lugar. Varios ciudadanos chinos se adentraron en la barriada del Príncipe y fueron atracados por los tres ocupantes de un coche, que hicieron uso de arma de fuego para arrebatarles lo que tenían, causando a uno de ellos lesiones en el rostro.
La zona del Tarajal fue también escenario del atraco a un cambista en el verano de 2012. El hombre, marroquí y uno de los habituales que se pone cada mañana cerca de la rotonda de la frontera para efectuar sus cambios de dinero, fue asaltado por un individuo que consiguió arrebatarle algo del dinero que portaba. La víctima fue abordada por su asaltante y, al resistirse, el ladrón cogió un gran bloque de piedra y le golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente. Además pudo hacer uso de un spray para rociarle los ojos evitando así la visibilidad. Ya en el suelo, el ladrón le arrebató buena parte del dinero que llevaba y escapó del lugar.
El spray ha sido utilizado en más ocasiones para perpetrar robos en esta zona de la ciudad. Varios intentos de atraco se produjeron en el año 2013 en el Tarajal utilizando este instrumento. En uno de ellos, los atracadores usaron además un cuchillo para amedrentar a una pareja y finalmente huyeron. Otro intento se produjo hace un año y fue evitado por un empleado de una nave. Los ladrones, que huyeron en coche, sólo portaban spray. Este suceso ‘encendió’ a los comerciantes, quienes decían que trabajaban con miedo y se sentían amenazados.
Los casos de robos se han ido haciendo más graves con el paso del tiempo hasta llegar a brutales agresiones o el asesinato que se produjo en la mañana de ayer.