El drama de los refugiados birmanos regresa al Estrecho
La Marina Real marroquí ha interceptado a cinco birmanos de la minoría musulmana perseguida en su país, rohingya, que se dirigían a la península atravesando el Estrecho de Gibraltar, donde han sido hallados.
Han sido descubiertos a escasas millas del cabo Espartel, al oeste de Tánger, en compañía de unos veinte subsaharianos. Los birmanos han confesado que huían por la persecución étnica a la que son sometidos en su país de origen.
La historia de Iqbal
El periplo de estos cinco birmanos ha sido largo. El relato de uno de ellos, identificado como Iqbal, señala que primero escapó a Bangladesh, país fronterizo con Birmania, y posteriormente a India, donde compró un pasaporte y un visado falsos por 200 dólares. De ahí voló hasta Argelia, donde se encontró con sus compatriotas.
Juntos cruzaron la frontera terrestre con Marruecos, donde un "pasador" de origen subsahariano les cobró 1.000 euros para poder embarcar en la patera que finalmente ha sido interceptada. Iqbal ha explicado a la Policía que su familia tuvo que darle las joyas de oro que poseían para poder sufragar los gastos del viaje.
No es la primera vez que los rohingya arriban a aguas del Estrecho o incluso a Ceuta. Tres de los asiáticos que iniciaron el pasado mes de octubre una sentada en la Plaza de los Reyes procedían de Birmania, donde un millón de personas de esta minoría musulmana no reconocida por las autoridades del país sufren represión.