Tal y como se esperaba que ocurriera, los inmigrantes subsaharianos que se encuentran en los montes fronterizos buscando la manera de entrar en la ciudad aprovecharon la celebración de la Pascua musulmana para intentar pasar a Ceuta. Sospechaban de la existencia de una mayor permeabilidad y buscaron, en grupo, bordear el espigón del Tarajal. Así, un grupo de unos 40 inmigrantes a la carrera intentaba, pasadas las siete de la mañana, acceder a Ceuta. Se toparon, muy a su pesar, con dos controles de la Gendarmería marroquí que tenía una alerta de que se podía producir una presión en la valla. El grupo fue detenido en su totalidad en el primero de los controles, situado poco antes de la parada de taxis, mientras en la playa quedaba un segundo control que no tuvo que intervenir, tal y como pudo comprobar ‘El Faro’, que captó imágenes de lo sucedido a esa hora.
Carmen Echarri / ceutaTal y como se esperaba que ocurriera, los inmigrantes subsaharianos que se encuentran en los montes fronterizos buscando la manera de entrar en la ciudad aprovecharon la celebración de la Pascua musulmana para intentar pasar a Ceuta. Sospechaban de la existencia de una mayor permeabilidad y buscaron, en grupo, bordear el espigón del Tarajal. Así, un grupo de unos 40 inmigrantes a la carrera intentaba, pasadas las siete de la mañana, acceder a Ceuta. Se toparon, muy a su pesar, con dos controles de la Gendarmería marroquí que tenía una alerta de que se podía producir una presión en la valla. El grupo fue detenido en su totalidad en el primero de los controles, situado poco antes de la parada de taxis, mientras en la playa quedaba un segundo control que no tuvo que intervenir, tal y como pudo comprobar ‘El Faro’, que captó imágenes de lo sucedido a esa hora.En la parte española del espigón, agentes de la Benemérita estaban atentos por si el blindaje marroquí fallaba, cosa que no ocurrió. Además de los subsaharianos detenidos a poco más de un kilómetro de la playa fronteriza con Ceuta, los agentes marroquíes también interceptaron una balsa ocupada por otros seis subsaharianos que no se acercó hasta aguas españolas.Todos los inmigrantes quedaron detenidos y trasladados a las dependencias marroquíes.
Última presión
Tuvo lugar la semana pasada con la entrada de diez inmigrantes que pudieron escapar del control marroquí. Los agentes vecinos interceptaron la entrada de 60 subsaharianos.
Campamentos
Las fuerzas de seguridad estiman que entre los dos campamentos, de Castillejos y Beliones, además de las pensiones cercanas del norte, puede haber una población inmigrante estimada de 600 a 700 personas.
Entradas
Los subsaharianos aprovechan los días de menos frío para intentar pasar. Sobre todo es así porque tienen que andar bastantes kilómetros para salir de los campamentos y llegar hasta el Tarajal, por eso aprovechan que las condiciones meteorológicas les sean favorables.
Los más fuertes
Son ellos los que consiguen pasar. La estancia en los campamentos es complicada. Pasan hambre y frío y eso hace que resulte complicado iniciar travesías en las que tienen que mostrar su fortaleza física. Primero para correr y escapar de los agentes marroquíes, segundo para defenderse de los palos que puedan recibir, y tercero para aguantar cruzar el mar a la carrera debido a las bajas temperaturas. Hay compañeros que quedan en el camino e incluso también que fallecen.
CETI
Entre las labores de control que hace Marruecos y las salidas semanales a centros de la península (CIEs), el centro del Jaral se está manteniendo en unos niveles de sobreocupación permitidos. No se dan las circunstancias que se considerarían positivas pero sí que se permite una atención digna a los residentes. Las familias siguen estando separadas del resto de los acogidos para garantizar su privacidad.