Dos marroquíes que se encontraban durante el confinamiento en el pabellón de La Libertad fueron trasladados ayer a la nave del Tarajal para cumplir la
cuarentena. Manifestaron a los agentes que los llevaron que, en su día, consiguieron marchar a
Marruecos y ahora han vuelto a Ceuta. Dijeron que lo habían hecho a nado, pero sus ropas estaban secas y la
Guardia Civil no detectó durante la tarde ni la entrada ni el intento de incursión en la ciudad de ningún nadador por alguno de los espigones. Su presencia en Ceuta no deja de ser una incógnita.
Una vez registrada su identidad, se confirma que estuvieron en marzo en Ceuta y que fueron dados como menores de edad pero al hacerles las pruebas de determinación se pudo confirmar que no lo eran, por lo que en pleno confinamiento fueron ingresados en el pabellón deportivo de Varela que se tuvo que adaptar como albergue de inmigrantes para confinar a todos los que permanecían en las calles.
Los dos jóvenes manifestaron que aprovecharon el periodo de confinamiento para regresar a su país, como tantos otros atrapados que huyeron. Ahora, aseguran, han vuelto por mar. Fueron encontrados a la altura del pabellón Díaz Flor que se encuentra en fase de remodelación y, de allí, trasladados a la nave del Tarajal en donde tienen que cumplir la cuarentena todos los inmigrantes llegados a la ciudad para descartar cualquier posible caso de coronavirus. Lo curioso de esta historia es que sus dos protagonistas han sido nadadores de ida y vuelta, cumpliendo el trasvase de un lado a otro de la frontera durante una pandemia que ha conseguido lo impensable, alargar esa separación que comenzó, sin vuelta atrás, el pasado 13 de marzo.
La mayoría de marroquíes que sortearon las repatriaciones oficiales de esta manera nunca más ha regresado a la ciudad.