Marina Heredia ha tomado el testigo a los antiguos flamencos. La granadina condensa en su voz años de historia, vivencias y flamenquería a borbotones, clásica y desgarradora. Encarna a la nueva era que canta para decir que “el flamenco sigue vivo”.
Su camino ha sido arduo pero en la cima es comparada con la mismísima Beyoncé en su versión flamenca por su presencia escénica, su fuerza, versatilidad en la voz y espíritu racial. Incluso porque ambas tienen la facilidad de gustar a todos los públicos y de que sus singles triunfen en internet.
Sin embargo ella reivindica que “simplemente es Marina Heredia”. Y con esa esencia debutará a partir de las 22.30 horas en el entorno de las Murallas Reales.
– Es de las flamencas jóvenes con más repercusión. ¿Para las nuevas generaciones es más complicado abrirse camino en el género?
– Los principios nunca son fáciles. Te tiene que gustar mucho la música y no tirar la toalla. Tal y como está el panorama es complicado, no se venden discos y hay que luchar mucho para llegar al público.
– Ha sido la primera cantaora en llegar al Auditorio Nacional. ¿Está abriendo camino?
– Eso se verá cuando pasen los años. Hay una generación muy buena que está luchando mucho, pero los que realmente tienen todo el mérito son los que nos preceden, ellos se arriesgaron a que les criticasen y juzgasen, pero nunca cedieron en su postura y por lo que lucharon.
– ¿Le falta al flamenco marketing?
– Creo que le falta infraestructura profesional. Los flamencos somos algo bohemios y pasotas, cuando se trata de una disciplina en la que otros invierten muchísimo esfuerzo. Así que creo que en ese sentido podemos y debemos dar más, pero musicalmente no, porque el punto y a parte lo pone el artista.
– Han pasado algunos años desde su último trabajo. ¿Para cuándo algo nuevo?
– Ya estamos preparando cositas. Aunque no puedo adelantar nada porque está todavía en pañales, pero la pretensión es volver al estudio para otoño.
– En el espectáculo de esta noche por primera vez contarán (Dorantes y usted) con Farruquito. ¿Qué sensación le produce?
– Estoy emocionada, porque cuando apuestas por incorporar una colaboración a tu espectáculo esperas sorprender, y esa va a ser la clave de esta noche pero, incluso, creo que nosotros nos vamos a sentir así.
– Una curiosidad. ¿Lo de quitarse los zapatos en escena de dónde viene, lo repetirá esta noche?
– (Ríe). De algo tan simple y humano de sentir un dolor horroroso en los pies. Dicen que para presumir hay que sufrir, pero llega un punto en que te da igual y solo quieres estar cómoda. Aunque también es la forma inconsciente de poner los pies sobre la tierra.