La sentencia del Tribunal Europeo sobre la doctrina Parot, no deja indiferente a nadie. El PSOE anda de puntillas para que esto pase pronto, porque todo el mundo reconoce que esta sentencia es fruto de la política de rendición preventiva de Zapatero. La líder de la UPyD – política de casta que lleva casi 40 años viviendo de olla gorda y a quien el PP y PSOE les ponen los votos en bandeja – ha cambiado de estrategia: desde sus posiciones cuando era Consejera en el País Vasco y llevó a Mingote a los tribunales por denunciar la ignominia; a sumarse ahora a la manifestación de la AVT (víctimas del terrorismo). Quién la ha visto y quién le ve.
La práctica totalidad de España anda pidiendo justicia, entendiéndola en sentido Nietzschano, como sed de venganza, sabiendo que los años en prisión de esos asesinos, violadores y otras execrables especies del bestiario humano, no nos van a devolver las víctimas, ni reparar el daño; pero si nos traerán la merecida paz interior.
Y Mariano anda dándonos una lección magistral de esquizofrenia política, acatando con una celeridad de récord en la justicia española – hay juicios en España que tardan 11 años - la excarcelación de esta repugnante escoria humana. Eso sí, él anuncia que - cuando no llueve demasiado – está en contra de esta sentencia. Incluso dice que está a favor de la manifestación del ayer domingo ¿Se manifestó Mariano contra Rajoy?
Si estamos bajo la jurisprudencia de ese tribunal, debemos acatar la sentencia. Otra cosa es la forma de ejecución, y otra y raíz principal de todo el problema es que la casta de turno no fue capaz de incluir la cadena perpetua para delitos de este tipo. No fuese a ser que el punto de mira de la ETA tornase desde guardias civiles, policías y concejales ignotos en el País Vasco, a Diputados y Senadores como al final acabó siendo pese a la bajada continuada de pantalones.
Cambiar la Constitución para asuntos económicos fue rápido, para modificar el sistema penal, cosa de otro cantar. No ha habido voluntad y no la hay. Una Constitución que se modifica en tiempo de marca para incluir el tope máximo de deuda, y que no se es capaz de modificar para obedecer a un clamor popular, la cadena perpetua ¿En qué democracia vivimos? ¿Tan cínicos somos que la única cadena perpetua que somos capaces de aprobar y garantizar es el del sufrimiento de las víctimas? ¿Qué sociedad es esta que aprueba el asesinato de los más débiles bajo el eufemismo del aborto, y sin embargo se lleva las manos a la cabeza al hablar de prisión perpetua? El fin no justifica los medios. Ni para un lado, ni para otro. Ni ETA, ni GAL, ni Faisán, ni negociación; simplemente un Estado de Derecho que se haga respetar, y no que sea noticia por un nuevo impuesto, la liberación masiva de las sabandijas, o los casos de corrupción de sus gobernantes.