La entidad plantea a las autoridades su incorporación debido a su “efectividad” y a que los dispositivos actuales “no funcionan”
La asociación pondrá a disposición de las autonomías participantes una base de datos de escoltas
José Antonio Carbonell Buzzian, vicepresidente de la Asociación Marea Negra por la Seguridad Privada, dio ayer a conocer su ponencia sobre ‘La violencia de género y la figura del escolta’. El representante de la entidad propuso que sean escoltas quienes se ocupen de la protección de las víctimas de la violencia de género.
La organización plantea a las comunidades y ciudades autónomas que cuenten con una partida presupuestaria “para estos menesteres e incluyan la contratación de estos profesionales para el día a día de estas mujeres maltratadas”. En la actualidad, los dispositivos existentes frente a la violencia de género son las pulseras telemáticas o antimaltrato; el 016 –teléfono de atención contra la violencia de género– y las órdenes de alejamiento. Sin embargo, lamentó Carbonell, “no funcionan” por las razones que detalla en su ponencia.
En el caso de las pulseras, “los aparatos fallan y las alarmas se disparan sin motivo”, esgrimió. En el 016 percibe una efectividad “muy baja porque, al no existir un protocolo inmediato de actuación, las víctimas en la mayoría de los casos no se atreven a llamar ni a denunciar en comisaría, ya que se sienten desprotegidas”. Por último, la Policía detendrá a la persona que incumpla la orden de alejamiento “pero, mientras llega la Policía, ¿qué hace la víctima?”, se preguntó este portavoz.
En la actualidad, destacó Carbonell, las dos únicas ciudades españolas donde este colectivo profesional cumple con esta función son Pamplona y Vizcaya, “donde hay unas 150 mujeres protegidas y lo están haciendo los escoltas, con una efectividad del cien por cien, es decir, que no ha habido ninguna agresión o contratiempo”.
Marea Negra, anunció su vicepresidente, pondrá a disposición de la comunidad autónoma que participe en este proyecto una base de datos de escoltas, tanto hombres como mujeres, compuesta por profesionales capacitados, preparados y con formación.
El escolta cuenta con una “ineludible ventaja” en cuanto a la protección de mujeres maltratadas se refiere que es el “conocimiento del agresor, tanto físico como de su perfil criminológico”, suponiendo que tal información se le haya hecho llegar por los servicios competentes, apuntaron desde la asociación que formula la propuesta.
Basándose en ese conocimiento, el escolta podrá “prever las reacciones de aquel, anticipándose y estableciendo un método de trabajo eficaz lo que, sin embargo, no eliminará por completo la amenaza, ya que pueden producirse situaciones en las que el agresor cuente, para llevar a cabo sus propósitos, con auxilio de otras personas no conocidas por el servicio de seguridad o la víctima”.
Para evitar esta situación en lo posible, el escolta deberá mostrar un “perfil bajo, no marcando excesivamente su presencia en torno a la protegida y desarrollando, por el contrario, habilidades de observación periférica tendentes a identificar la presencia del agresor en el entorno de la víctima”.
Cobran especial importancia aquí las contravigilancias en los alrededores del domicilio, resaltó el autor de la ponencia, lugar de trabajo u otros frecuentados habitualmente por su protegida.
En otras palabras, el escolta tratará de “ver antes de ser visto”, poniendo inmediatamente en conocimiento de la Policía la presencia del maltratador en las cercanías e informando, si ese es el caso, de que han sido quebrantadas las medidas de alejamiento.
“No es adecuado buscar un efecto intimidatorio sobre personas que, en un estado a veces próximo a la locura, pueden reaccionar optando por la agresión, incluso con desprecio de la propia vida, lo que les convierte en delincuentes peligrosísimos”, sopesó Marea Negra. De hecho, recordó, muchos de estos individuos se suicidan una vez cometidas las agresiones.
Esta entidad dedicada al sector de la seguridad privada apostó por implementar el dispositivo de protección estática que pase por dos puntos: el domicilio de la víctima y su lugar de trabajo. Asimismo, añadió el establecimiento de un protocolo de seguridad alrededor del protegido que le deje libre de la posible amenaza. “A medida que estos servicios vayan implantándose en el mercado y mediante el análisis de datos, situaciones y la experiencia de errores cometidos en las intervenciones, podrán establecerse cuáles son los mejores procedimientos para ejecutar estos operativos con la eficacia que requieran”, valoró Carbonell.
La figuraMiles de parados y las promesas incumplidas El cese de ETA se produjo en octubre del 2011 y el Gobierno vasco finiquitó los últimos contratos que le unían con las empresas privadas amparando así a los amenazados. Con el fin de esta banda armada, son muchos los escoltas que se quedan en situación de desempleo. Profesionales que recibieron por parte del delegado del Gobierno de Euskadi, Carlos Urquijo, en representación del Partido Popular, una declaración de intenciones que decía que serían recolocados tanto en consulados, en protección de mujeres víctimas de violencia de género y en prisiones, quedando en una mera promesa incumplida. Estos miles de profesionales que ahora carecen de empleo, pueden ser una herramienta muy válida en la lucha contra la violencia de género.
Países nórdicosIdentifican la agresión y denuncian con más seguridad Las cifras de violencia machista en los países nórdicos duplican las de España. Dinamarca, Finlandia y Suecia tienen las cifras más altas de violencia machista en Europa. Expertos aseguran que no es que se den más casos, sino que las condiciones sociales, políticas y culturales de estos países permiten que las víctimas identifiquen la agresión y denuncian con más seguridad. El Convenio de Estambul constituye una herramienta muy valiosa para avanzar en la elaboración de una estrategia europea de lucha contra la violencia de género. Se prevé que contribuirá a la armonización de las legislaciones y políticas de sus Estados. El día 11 de mayo de 2011, informó Marea Negra el plenipotenciario de España firmó el referéndum.