La conquista de Portugal en Ceuta es historia viva. Tiempo después de hacerse público el recorrido de las tropas lusas y de su recreación gráfica, el autor portugués Frederico Mendes ha reproducido de nuevo este momento histórico.
No es la primera vez que se traza de forma visual este episodio de la historia de Ceuta. Esta se trata de una segunda versión. Así lo confirma Carlos Gonzalbes, el historiador que recopiló y rescató los escritos del cronista portugués Gomes Eanes de Zurara donde se recogía la trayectoria de los soldados lusos y su entrada a la ciudad caballa. “Frederico ha aceptado mi teoría del relato y lo que ha hecho es reflejar en fotografías cómo fue el recorrido”, explica.
Gracias a los testimonios de Gomes Eanes, a día de hoy el mundo puede conocer en primera persona cómo transcurrió uno de los episodios históricos más importantes de la ciudad. La conquista del 21 de agosto de 1415 supuso el primer dominio luso en territorio norteafricano que perduró en el tiempo hasta la firma del Tratado de Lisboa entre España y Portugal en 1668, momento en el que se hizo oficial que Ceuta era territorio español.
Estas imágenes narran la historia de la entrada a la ciudad caballa. Las tropas invasoras accedieron a Ceuta por la zona de San Amaro, donde desembarcaron. Una vez atravesadas las puertas de la muralla situada en la actual zona de la iglesia de San José del Valle, fue tarea “fácil” hacerse con la ciudad, tal y como detalla Gonzalbes.
Los soldados portugueses, 45.000 hombres, dejaron atrás las costas lusas y partieron en 200 navíos con destino a Ceuta. La madrugada del 21 de agosto lograron desembarcar en la ciudad caballa. El dominio de la ciudad permitió a Portugal su expansión de ultramar y le sirvió como escuela de armas para futuras batallas.
La clave de la victoria
La clave para salir victorioso en esta acción militar fue el engaño. Los lusos dieron a entender que desembarcarían en otro lugar distinto al planeado, un guiño que les abrió las puertas de la ciudad. “Entrar por esa puerta abierta y poco defendida y que los ceutíes de aquella época creyeran que el ataque venía desde otro sitio fueron primordiales para que la conquista fuera fácil”.
La entrada de los lusos a Ceuta fue vivida por sus habitantes como un momento de pánico. La única opción que les quedó fue huir. Solo sobrevivieron los que consiguieron escapar. Gonzalbes asegura que no quedó ningún musulmán en la ciudad, solo un grupo de prisioneros cristianos. “El cambio fue radical. No quedó ni uno”. La acción militar se desarrolló desde la actual zona de la Cortadura del Valle hacia el Istmo, motivo por el que los que lograron salir indemnes de la ciudad huyeron hacia tierras marroquíes como fue el caso del propio gobernador.
El historiador advierte que tanto él como sus compañeros de gremio tienen que tener cuidado con los escritos de los cronistas porque, en algunos casos, pueden llegar a mentir por sus preferencias o para “linsonjear a los reyes”. Sin embargo, Gonzalbes asegura que el relato de Gomes Eanes es muy fiable al tratarse de una narración geográfica. “Se puede identificar con exactitud el recorrido que delimitó”. “No hay ningún interés ni ninguna ideología que podría haber contaminado el relato”. A pesar de que la conquista lusa de Ceuta es una parte de la historia bien documentada, el primer siglo de la presencia de Portugal en la ciudad es aún un misterio por descubrir. Así lo cuenta Gonzalbes, que asegura que tan solo hay escrita alguna que otra crónica con cierta información sobre este periodo. “Hay poca documentación sobre ello. Quedan muchas incógnitas y muchos años en blanco”.