Ayer no pudo salir El Cañonazo. No es que faltara la pólvora, el ruido cotidiano o la crónica de las historias de nuestra ciudad. Ayer sucedió por primera vez algo que nunca había en esta columna de opinión.
Recordé dos dichos populares: “Una retirada a tiempo es una victoria” y “Quien pierde la paciencia, pierde la batalla”.
Con las prisas de siempre y dejándolo todo para última hora, le mandé a Paloma El Cañonazo diario. Antes lo había hecho a un grupo de compañeros, pues el tema versaba sobre una actividad que se estaba realizando en grupo y que repercutía a todos los miembros del equipo.
En el escrito intentaba abrir las venas del problema y someter a una autopsia a lo que estaba sucediendo, pero me hicieron ver que el cadáver no se había muerto y que había posibilidad de resurrección.
En un principio me negué indignado y endurecido interiormente por la censura preñada de miedo y temerosa de las consecuencias de la publicación; pero lo cierto es que llamé a Paloma para que retirara el artículo en una decisión de última hora.
Hoy resucitó el cadáver y conseguimos solucionar el tema; fue en un “salvados por la campana” pero “bien está lo que bien acaba”.
Madrugué dándole vueltas al tema con el paseo habitual de mi compañera canina; dos gatos se acercaron y rodearon a Abby, como si quisieran decir: “Es posible la paz, podemos vivir juntos aunque seamos distintos”; los perros y los gatos son ellos que buscan la guerra y la confrontación. El hocico de mi perra se acercaban a los bigotes felinos en un baile sigiloso pero cargado de emoción.
Sobre las 12 fui a la redacción de El Faro a recoger el ejemplar diario. Asustado y perplejo vi que El Cañonazo se había publicado. Lo firmaba M.P.A. Me senté en un banco de la Plaza de los Reyes y, escuchando las palpitaciones del corazón y con un nudo en la garganta comencé a leer: Unos y no tantas para otros.
He hablado de este Cañonazo ruidoso, pero la verdad del Cañonazo que quiero hablar y resaltar es El Cañonazo que da un GRAN colaborador de El Faro de Ceuta de lunes a viernes. Bueno es que todavía queden personas de la calidad humana del autor de ‘El Cañonazo’, es todo un lujo leer como día tras día defiende a las personas más necesitadas, animales, etc. Dice verdades como puños que pocos se atreven a escribir para no molestar a los mandamases, políticos, jefazos, etc., que mandan en Ceuta y fuera de Ceuta.
Otra cosa que me gusta mucho de sus artículos es como no tiene pelos en la lengua para decir las verdades, se ve claramente que su ideología es de izquierdas, pero si tiene que criticar cosas que hace mal la izquierda también las critica. Luego es de los pocos articulistas que hacen crítica constructiva y predica con el ejemplo.
Así que, por mi parte larga vida a ‘El Cañonazo’ que El Faro publica de lunes a viernes, y ojalá que tuviésemos muchos más Cañonazos de esos que dicen verdades y remueven conciencias, y menos de esos ruidos que lo único que hacen es joder el medio ambiente, asustar a las personas, animales y gastar pólvora".
No sé quién es el que firma de la artículo, como la cenicienta, se busca a la dueña del zapato que olvidó con las prisas de que llegara la medianoche.
Lo de hoy es una especie de Karma, alguien que te seca el sudor, que te da agua para que aguantes el cansancio, que te ayuda a levantar “el peso de la paja”, esas cosas que parecen triviales pero que caen como plomos.
Hay palabras mágicas e inesperadas, hay rosas invisibles, hay abrazos intangibles, hay besos que buscan una respuesta. Hoy sentí todo esto, como lo sintió el gato anónimo que encontró el hocico de Abby y al que bauticé con el nombre de M.P.A.
Gracias por la sorpresa. Es un regalazo, son esas cosas en las que vuelves a recuperar el sentido de la lucha.