La privilegiada meteorología de la ciudad ofreció ayer una jornada de clima estupendo para disfrutar al aire libre de una de las tradiciones de Ceuta, la del Día de la Mochila, que llamó la atención por una apreciable reducción de participantes con respecto a ediciones anteriores.
La evolución de la sociedad y la querencia de las nuevas generaciones por otro tipo de costumbres o celebraciones no es algo reprochable, pero las instituciones deben intentar que los jóvenes conozcan como mínimo, al menos respeten y si es posible compartan los rasgos esenciales de la sociedad caballa.
La de La Mochila siempre ha sido una invitación al encuentro familiar y en lo que no debe convertirse es en una excusa para alimentar formas de ocio no sanas o contrarias a los principios básicos de civismo y respeto al Medio Ambiente.
Hizo bien, por tanto, ayer, la Ciudad, en aprovechar la presencia de más población de lo habitual en los montes de Ceuta para intentar concienciar y sensibilizar sobre la importancia de no dejar residuos en el campo y contribuir al mantenimiento en buen estado de las zonas de esparcimiento ubicadas en el litoral, el monte Hacho o García Aldave.
También son oportunas y convenientes las múltiples actividades que durante los últimos días se han organizado en la práctica totalidad de los colegios de la ciudad para transmitir a los más pequeños los valores de La Mochila, que no deben ser incompatibles con conmemorar también Halloween o Todos los Santos.