La primera vez que leí o escuché este concepto fue a propósito de la elaboración de un trabajo de investigación junto con varios colegas de la Universidad de Granada, allá por el año 2011. Se tituló “The role of the service sector in regional economic resilience”. Fue publicado en una revista científica de cierto prestigio y también se le dio difusión en la prensa y en congresos académicos. Aún hoy siguen saltando los avisos de Google Académico, cuando el artículo es citado por algún colega en alguna investigación.
Lo que entonces intentábamos verificar era si el peso relativo del sector servicios en la estructura productiva de las regiones españolas influía decisivamente en su reacción ante la crisis económica. Para verificar esta hipótesis, se utilizaron series temporales de valor añadido bruto y empleo para las 17 regiones españolas durante el período 1986-2009. La conclusión a la que se llegó fue que, tanto en la crisis económica de 1992 como en la de 2008, las regiones con sectores de servicios importantes mostraron una mayor resiliencia, definida como resistencia a la pérdida de VAB y puestos de trabajo derivado del impacto inicial de la crisis.
Es oportuno citar este estudio en el marco del trabajo de predicción sobre la evolución del desempleo en España, que venimos realizando investigadores de la Universidad de Granada y de la Universidad Complutense de Madrid, desde que comenzó el confinamiento por la pandemia del COVID 19, allá por el mes de marzo de 2020. Lo último que publicamos al respecto en las páginas de este diario, fue tras la incorporación de los datos de desempleo conocidos en el mes de octubre de 2020.
Lo que se decía entonces era que el total de desempleados registrados por los servicios públicos de empleo durante el mes de octubre de 2020 en nuestro país, nos ofrecían un panorama esperanzador, que se confirmaba también en las predicciones que surgían de los modelos estadísticos. Así, Incorporando los datos reales del desempleo registrado por el Servicio Público de Empleo Estatal en el mes de octubre de 2020, se evidenciaba que “el empleo sostenía su recuperación a pesar de la pandemia”, pese a las dificultades en las que aún nos encontrábamos debido a la segunda oleada de contagios por el COVID.
Y si atendíamos a las predicciones que salían de los modelos estadísticos, nos mostraban una tendencia general hacia una disminución sostenida del desempleo en casi todos los sectores, salvo en agricultura. De todos, destacaba el sector servicios, por ser el de mayor población. De confirmarse en la realidad de los próximos meses estas predicciones, decíamos, pronto nos situaríamos en niveles parecidos al mes de marzo, cuando comenzó el primer confinamiento por la pandemia, y el consiguiente cese de la actividad económica.
Pues bien, tras conocer los datos de desempleo del mes de noviembre se han de destacar varias cuestiones importantes. La primera es que todos los valores reales de noviembre de 2020 están dentro de las bandas de confianza de la predicción que hicimos incorporando a las series los datos de octubre. Por tanto, se trataba de un buen modelo y una predicción bastante acertada. La segunda es que las nuevas predicciones nos confirman lo que se pronosticó con anterioridad, en lo referente a los sectores de la Industria y los Servicios, cuyo nivel de paro registrado seguirá bajando en los próximos meses. La conclusión a la que llegan en los gabinetes de estudios de los principales sindicatos del país es que el empleo se sigue recuperando, pese al ligero repunte puntual del paro y de la población en ERTE.
En la actual predicción hemos dado un paso más y hemos desagregado los datos para la provincia de Granada, al tratarse de una investigación que parte de su universidad. Observando los resultados obtenidos, y comparándolos con los últimos datos de desempleo de noviembre de 2020, se observa que, en general, se prevé un descenso del desempleo para los próximos tres meses, comenzando a partir de marzo de 2021 una ligera subida, que vuelve a descender algo en los meses de mayo y junio.
Por sectores, en el de los servicios, que representa el 77,6% (73,95 en Andalucía y 74,67% en España) del total del PIB local, también se observa un descenso del desempleo en los próximos tres meses, para incrementarse ligeramente en los tres siguientes.
El sector que mantiene un claro y persistente descenso en el modelo para los próximos meses es el de la construcción, que representa el 6,48% del PIB local (6,36% en Andalucía y 6,00% en España). Le seguiría en importancia la industria, que representa el 8,15% del PIB local (12,07 en Andalucía y 16,24% en España). Por último, la agricultura, que representa el 7,77% del PIB local (7,64% en Andalucía y solo el 3,09% en España), también descenderá en los próximos dos meses, para comenzar un ascenso en los siguientes.
Enlazando ambas investigaciones, es evidente que nuestra economía está resistiendo bastante bien, pese a los problemas derivados de la segunda ola de la pandemia. Y si tenemos en cuenta que es el sector servicios el que está respondiendo razonablemente bien, nuestra conclusión no puede ser otra que la resiliencia no es solo una palabra de un artículo científico, o algo que se ha puesto de moda actualmente desde que desde el gobierno hablaron de ella. Es una realidad que nos está ayudando a abordar el futuro con esperanza.