En el Día Internacional del Migrante que hoy se conmemora, desde el PSOE reivindicamos y defendemos el respeto a la dignidad y los derechos de las personas migrantes.
La migración es una realidad tan antigua como la humanidad, inherente a su evolución y progreso. Millones de personas a través de los tiempos se han embarcado en una travesía no exenta de dificultades arriesgando, a veces, sus vidas para mejorar sus condiciones vitales y las de los suyos.
Hoy, los discursos xenófobos que promueven y alimentan el odio contra culturas, nacionalidades, o colores diferentes de piel, han sido adoptados por partidos políticos de extrema derecha y de una derecha que no disimula blanqueando o asumiendo los postulados de aquella. Frente a estos relatos sobre la migración, en el PSOE tenemos la determinación de combatirlos promoviendo los principios de solidaridad e igualdad desde la acción política firme y comprometida con la participación, y el respeto a los derechos humanos.
Según las estimaciones más recientes (2019) ofrecidas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hay 272 millones de migrantes internacionales, que representan el 3,5% de la población mundial; frente a los 174,5 millones de migrantes internacionales que había en el año 2000, cifra que equivalía al 2,8% de la población. Asimismo, en la actualidad viven en España más de 5,2 millones de extranjeros y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha 1 de enero de 2020, había más de 2,6 millones de españoles viviendo en el exterior. Factores como la pobreza extrema, el cambio climático, la inestabilidad social y/o política, las desigualdades cada vez mayores, los conflictos bélicos, las crisis demográficas, o, simplemente, las aspiraciones a una vida mejor y las necesidades no satisfechas en los mercados de trabajo nos muestran que la migración nunca dejará de existir. Además, la globalización y la mejora de las comunicaciones y el transporte han aumentado el número de personas que tienen el deseo y la oportunidad de mudarse a otros países.
Por ello, nuestros objetivos se centran en apostar por la cooperación internacional para proteger los derechos humanos de las personas migrantes, así como contribuir a la existencia de sociedades interculturales e inclusivas, implantando políticas públicas centradas en la participación mutua y en generar
la enorme riqueza cultural que supone para nuestra sociedad.
La actual crisis sanitaria, económica y social que estamos viviendo, provocada por la pandemia de la Covid-19, ha puesto de manifiesto la mayor vulnerabilidad de los migrantes, en particular, quienes sufren situaciones de precariedad, y también el importante papel que han desempeñado en la lucha contra el virus
por su trabajo en sectores esenciales.
Así se ha pronunciado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), manifestando que la crisis de la Covid-19 pone en riesgo la migración y los avances en la participación, al mismo tiempo que afirma que la migración seguirá siendo importante para el crecimiento económico y la innovación, así como para responder a los mercados laborales rápidamente cambiantes.
En el ámbito internacional, el fenómeno migratorio exige reforzar la cooperación entre países de origen, tránsito y de llegada, no solo a través del intercambio de experiencias, sino fomentando su fortaleza institucional, la seguridad y el desarrollo en origen, así como promoviendo una migración segura, regular y ordenada. Se deben centrar los esfuerzos en crear condiciones en las que la migración sea una elección y no una necesidad, tenga lugar a través de canales legales y actúe como catalizador del desarrollo. Así, acuerdos internacionales como el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, del año 2018, o la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye la protección de la dignidad y derechos de los migrantes, son fundamentales.
Promoveremos pues que el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo que ha propuesto la Comisión Europea en septiembre de 2020, articule una verdadera política migratoria común que garantice que los Estados miembros cumplan con sus compromisos de acogida y que ponga también el foco en las políticas de
participación.
Por último, aunque no por ello menos importante, no nos olvidamos de los más de 2 millones y medio de compatriotas españoles que viven actualmente fuera de España, tanto quienes emigraron hace años y sus descendientes, como quienes lo han hecho más recientemente, sobre todo miles de jóvenes. Por y para ellos reiteramos nuestras propuestas de eliminación del voto rogado o la articulación de una política integral en materia de retorno regida por la seguridad y la confianza.
España es un país solidario, lo ha sido siempre, y siendo el PSOE el partido que más se parece a ella, nuestra posición en Europa y el mundo no puede ser otra que la de liderar una política común de migración, asilo y refugio de derechos, con garantías y humanista, y en colaboración con el tercer sector.
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