Es una palpable realidad que sin la presencia del Ejército del Aire en la Campaña de Ifni-Sáhara las fuerzas del Ejército de Tierra poco (por no decir nada) hubiesen conseguido en las misiones que llevaron a cabo. No hace falta ser ningún estratega ni experto en temas de defensa, pues es más que conocido lo difícil que resulta la táctica de combatir en el desierto, y aún más difícil cuando el enemigo, como en este caso, es el nativo, perfecto conocedor del territorio y, sobre todo, sin restarle méritos, un buen combatiente.
Una vez que el sistema defensivo de Ifni se fue estabilizando, los estados mayores de Tierra, Mar y Aire, al mando desde Santa Cruz de Tenerife del entonces capitán general de Canarias y África Occidental Española, José María López Valencia, organizan la fase aérea para la eliminación de las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, que con anterioridad campaban a sus anchas por todo el territorio, entonces bajo soberanía española.
El 30 de enero de 1958 aterrizaban en el aeródromo de Sidi Ifni quince cazas bombarderos Hispano Aviación, HA-1, 112 MIL, conocidos vulgarmente como los ‘buchones’, que habían sido construidos por Hispano Aviación, con licencia de Messerschmitt.
Sus características se basaban en estar dotados de un motor Rolls-Royce Merlin, de 500/45 de 1.632 cv, con un peso en vacío de 2.666 kg, pudiendo desarrollar una velocidad de 543 km/hora y podían volar en un techo de 10.200 metros. Su armamento eran dos cañones Hispano Suiza de 20 mm. Podía portar ocho cohetes Oerlikon de 80 mm y había entrado en servicio en 1957.
Los ‘buchones’ habían despegado el día antes mencionado desde el aeropuerto de San Pablo (Sevilla). Estos quince ‘buchones’ iban precedidos por un avión T-3 (Douglas) del Ejército del Aire, el cual transmitía información sobre las condiciones de la ruta. Los citados ‘buchones’ del 71º Escuadrón iban al mando, que pilotaba uno de ellos, del entonces comandante (fallecido de general), Isidoro Comas Altadill, un veterano piloto que había combatido en la pasada guerra de España y que por su heroica actuación fue condecorado con la Medalla Militar Individual, según la Orden Circular de 5 de junio de 1941, publicada dicha concesión en el Boletín Oficial del Aire, según dicho texto, lo fue por relevantes méritos, actuación sobresaliente y extraordinarios servicios durante la pasada campaña.
"El 30 de enero de 1958 aterrizaban en el aeródromo de Sidi Ifni quince cazas bombarderos Hispano Aviación"
Una vez repostaron en el aeródromo de Sidi Ifni, el comandante Comas Altadill, jefe del 71º Escuadrón, y tres aviones más despegaron de este aeródromo para aterrizar aquel mismo día, 30 de enero de 1958, en el aeródromo de El Aaiún, donde iba a ser la base de dicho escuadrón. Aquella misma tarde, los otros once ‘buchones’ no pudieron despegar por haberse hecho de noche. Fue al día siguiente cuando despegaron, tomando tierra en el mismo aeródromo de El Aaiún.
En la toma de tierra de estos once ‘buchones’, tan solo hubo que lamentar el percance de uno de los aviones, el que pilotaba el entonces teniente Federico Barbadillo Gómez, el cual, en la toma de tierra, se salió de la pista, yendo a chocar con la manga indicadora del viento, capotando el avión con grandes desperfectos aunque, afortunadamente, el teniente Barbadillo salió ileso de este percance.
Los ‘buchones’ del 71º Escuadrón, una vez instalados en el aeródromo de El Aaiún, iniciaban una intensa actividad, y es a partir del 3 de febrero de 1958, según consta en los diarios de operaciones de la entonces denominada Zona Aérea de Canarias (hoy Mando Aéreo de Canarias), cuando en varios de los documentos de estos diarios de operaciones con la calificación de secretos, citan que los C4-K (Buchones) realizan un reconocimiento armado sobre Edchera, observando que en la Loma Negra, en la Saquia el Hamra, les hacen fuego de armas automáticas sobre estos aviones.
El día 9 de febrero de 1958 once aviones C4-K realizan una misión de protección de un convoy, misión cobertura de una columna del Ejército de Tierra, desde Villa Bens a Daora, y ataque a objetivos de Tafudart, realizando fuego de cañones y cohetes, comprobando, una vez finalizada la misión, que habían destruido numerosas jaimas en las que se ocultaban las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí.
Al día siguiente, 10 de febrero, los C4-K, según consta en los diarios de operaciones de la Zona Aérea de Canarias, realizan catorce salidas de apoyo al fuego y reconocimientos ofensivos en apoyo a una columna del Ejército de Tierra. Cuatro días después, el 14 de febrero, dos aviones C4-K realizan un reconocimiento ofensivo sobre los objetivos señalados, y en este mismo día, de forma urgente, tres aviones C4-K realizan una misión de apoyo al fuego. Más tarde, el 16 de febrero sería cuando dos C4-K sobrevuelan la zona norte de Gaada, atacando un rebaño de camellos ocultos de las citadas bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí.
Aunque quizás cueste creerlo, lo cierto es que en los documentos secretos del Ejército del Aire consta que en el mes de febrero dos aviones C4-K, cuando reconocían la zona de Edchera, recibieron disparos de armas automáticas del enemigo y, según estos documentos secretos, en otra misión cuatro aviones C4-K realizan sus misiones de apoyo con fuego para apoyar a una agrupación del Ejército de Tierra.
En otra misión, dos aviones C4-K apoyan con fuego de cañones y cohetes a las columnas A y B del Ejército de Tierra, consiguiendo en esta operación causar numerosas bajas al enemigo. En sucesivos días de febrero, dos aviones C4-K realizan una misión de protección a un convoy en el desembarcadero de El Aaiún.
La actividad de estos aviones del 71º Escuadrón era muy intensa, como lo avala que en el citado mes de febrero ocho C4-K atacan objetivos enemigos en la zona de Tafudart con fuego de cañones y cohetes, con buenos resultados, disparando 46 cohetes de 20 mm, 130 de 7.7 y 3.000 de máquina Breda. Todas estas operaciones las se mencionaban en la prensa: “la aviación desbarató concentraciones, cooperando brillantemente”, El Día, 2 de marzo de 1958).
El entonces comandante Isidro Comas Altadill era un experto y grandioso piloto, el cual tenía el Valor Acreditado en cientos de horas en acciones de guerra, lo que le caracterizaba como un magnífico jefe y aviador.
Sirve con delicadeza la leche. Presto y sigiloso, deja en la barra dos cafés acompañados…
La autoridad judicial ha ordenado el ingreso en prisión a la espera de juicio de…
Edith Rivas, fundadora y directora de Centro Global2, ha publicado recientemente su segundo libro, ‘El…
Vox ha terminado por estallar. Y eso que la crónica ni siquiera ha atravesado el…
Las características especiales del Tercio de Extranjeros, su forma peculiar de nutrir sus filas, admitiendo…
Tal día como hoy hace 90 años, el Faro de Ceuta, diario decano de la…