He de reconocer que lo ocurrido en Venezuela en cuanto al desarrollo y resultado de las elecciones legislativas, me ha sorprendido alegremente, pero no lo esperaba.
Después de ver por aquí a Lilian Tintori esposa del líder opositor venezolano Raúl López encarcelado por el mero hecho de ser eso, opositor al régimen nazista bolivariano, con mucha ilusión pero pocas expectativas, pensé que habría pocas oportunidades de ganar los comicios legislativos del 6D .Entonces me entregué a la lectura de los principales periódicos caraqueños, como El Universal, el Nacional y Últimas Noticias, preferentemente. El último, decididamente a favor de la revolución chavista, era el que indicaba con mayor claridad que además de ser imposible que ganasen los opositores encuadrados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), si ganaban, iba a haber un fraude monumental porque el Presidente Maduro no lo iba a consentir, como tampoco lo consentiría el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Al parecer no estaban dispuestos a dejar la Presidencia de la Asamblea a cualquier precio, por lo que hubo una reunión secreta, según fuentes estadounidenses, en la que se calibró la magnitud de la derrota y tanto Maduro como Cabello, eran partidarios del fraude electoral al que se opuso el Ministro de Defensa Vladimir Padrino López, quien señaló que las fuerzas armadas respaldarían lo que saliese de las urnas y no se haría responsable de los incidentes sangrientos que pudieran ocurrir. Padrino ya disponía de encuestas dentro de las Fuerzas Armadas que daban una ventaja de 35 puntos a la oposición, por lo que sería imposible contar con el Ejército, a pesar de estar en juego “el futuro de la revolución”, eso ha impedido una “matazón” en Venezuela. Maduro, a pesar de todo, retrasó el anuncio de las elecciones en cuanto a los últimos estados. Por fin, la victoria de la oposición liderada por Henrique Capriles, Gobernador de Miranda, MUD (7.707.422 votos equivalente al 56,2% y 112 curules) sobre el PSUV (5.599.025 votos equivalente al 43,8% y 55 curules) ha sido espectacular y grandiosa porque significa el comienzo del fin del chavismo.
El desastre ha pillado más que desprevenido a Maduro y cuando ha podido reaccionar, en su último programa semanal “En contacto con Maduro” dijo que: ”He pedido al Consejo de Ministros que pongan sus cargos a la orden para hacer un proceso de reconstrucción, renovación e impulso profundo de todo el Gobierno Nacional, de todas las áreas del Gobierno”. Y es que la ocupación de los 112 escaños por la oposición, lo que significa las 2 terceras partes, la capacita para tomar la iniciativa de convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, aprobar leyes orgánicas, designar Rectores del Consejo Nacional Electoral, remover Magistrados del Tribunal Supremo etc. Por ello, Maduro se revuelve, no se sabe a día de hoy si el actual Ministro de Defensa, el que se le ha enfrentado, seguirá siéndolo, aunque presumo que con las Fuerzas Armadas no se indispondrá. De todas formas, el citado Ministro, para guardar las formas ha dicho: ”Han querido generar ruido sobre presión de la Autoridad militar para el reconocimiento de los resultados y eso es irrespeto”.
La oposición ahora y rápidamente se dispone a la aprobación de al menos diez leyes, entre las que se encuentran: la Ley de Amnistía, con el fin de liberar a todos los presos políticos, la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, para anular la anterior de Chávez de 2012, la Ley de Precios Justos para eliminar la actual, la Ley del Banco Central de Venezuela que se había convertido en “una máquina de imprimir dinero inorgánico”, la Ley de Tierras, para garantizar la “seguridad jurídica de los agricultores”, la Ley de Misiones para “que nadie se sienta amenazado”, la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, la ley de Presupuestos Generales para 2016, aunque ya hay una aprobada pero solamente votada por 6 curules de la oposición, por lo que hay que reformarla (A la CAF española, por ahora, el amigo Maduro le deja una deuda de 177 millones de euros por impago de trenes )
Pero ya Maduro y sus mandarines comienzan a revolverse. Así, el Superintendente Nacional de Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE), César Ferrer Dupuy, dice que si se deroga la Ley de Precios Justos. 5.000 venezolanos de la SUNDDE quedarán sin empleo por lo que “daremos la lucha desde cualquier trinchera para defensa de los derechos socioeconómicos del pueblo venezolano” y Maduro ya respira por la herida cuando dice “a Macri le va a ir mal en Argentina”, aunque “quizás tengamos que pasar esta prueba para ver si regresan tiempos que ya pasaron”, y enseguida saca ese chavismo que lleva dentro , el pelo de la dehesa,y manifiesta que “No aceptaré ninguna Ley de Amnistía porque los asesinos de un pueblo ya dejaron huérfanos y viudas y no vamos a dejar que salgan de la cárcel” ¿De qué asesinos habla? Los presos políticos no mataron a nadie. En España, Felipe González ha sido el único representante sobresaliente que ha pedido a Maduro que libere a los presos políticos, su compañero Zapatero que sí ha estado allí, como siempre en las nubes, pero en “business”.
La confrontación institucional está servida. Los sindicatos no le van a dar tregua a la oposición y el Gobierno puede hacer mucho daño gobernando mediante decretos, no olvidemos que todavía hay más de cinco millones y medio de votantes chavistas. El dictador acaba de nombrar a 12 Magistrados del Tribunal Supremo y amenaza con quitar su vivienda a quienes no le votaron. ¿Seguirá el Ejército respetando la legalidad institucional? Todavía tendremos que soportar al dictador Maduro y su populismo, claro que, espero, cada vez menos. ¿Pasará igual con su sucursal española? Si la siguen exhibiendo en todos los medios un día sí y otro también y en las emisoras de televisión a todas horas con tal de quitar votos al PSOE, creo que tardará algo más aunque desde hace tiempo ya no tenga ninguna credibilidad. España es así.