Ha sido un no parar, hasta tres servicios han tenido que atender los
Bomberos en distintos puntos de Ceuta y todos ellos relacionados con la
quema de vehículos. El más grave en torno a las cinco de esta madrugada, cuando han quedado dañados hasta cinco coches que estaban estacionados en Real 90. El SEIS fue alertado de la gravedad de los hechos, acudiendo hasta el lugar para sofocar las llamas, que llegaron a afectar -con mayor o menor gravedad- a cinco vehículos que estaban estacionados en esta zona del centro de la ciudad, en donde la acción de los pirómanos ya se ha dejado notar en otras ocasiones.
Junto a los Bomberos fueron activadas las unidades policiales, al objeto de facilitar la cobertura necesaria en materia de tráfico y de seguridad. Los vecinos de la zona asistían de testigos improvisados de los hechos. Durante toda la madrugada los Bomberos han recibido avisos por este tipo de quemas aunque, sin duda, el episodio de mayor relevancia ha sido el focalizado en esta parte del centro de la ciudad.
Los agentes que estaban operativos pudieron controlar las llamas evitando que se expandieran a más vehículos, retomando así la tranquilidad en un punto residencial que se despierta en medio de este Puente festivo con esta acción vandálica.
Y es que la quema de coches constituye un no parar. Ninguna barriada se salva de este tipo de acciones vinculado a causas de lo más variopintas. Al más puro vandalismo que hay detrás de muchas de estas acciones se añaden otros orígenes como la destrucción de pruebas después de la comisión de robos -como la motocicleta que se quemó esta semana en la barriada del Príncipe- o el ánimo de hacer desaparecer coches abandonados para convertirlos en pura chatarra pretendiendo que su retirada de la vía pública sea más rápida.
La quema de vehículos se ha convertido en un grave problema en Ceuta, con el riesgo que se deriva de estos episodios cuando los mismos tienen lugar en núcleos con muchos vecinos y casas próximas que pueden verse afectados por el humo. A esto se añade lo complicado que resultan unos incendios que pueden terminar en una amplia bola de fuego que afecte a varios coches cuando se trata de aparcamientos colectivos.