La investigación que desarrolló la Guardia Civil de Ceuta con apoyo de OCON-SUR durante año y medio para destapar una red de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas terminó sin tener los efectos deseados. En parte por filtraciones indeseadas que permitieron, entre otras cosas, la fuga de dos de los implicados.
No se dio con droga, pero los guardias civiles que han prestado declaración este jueves -muchos de ellos con años de experiencia en la lucha contra el narcotráfico- mantienen que, fruto de esos seguimientos y escuchas, todo apunta a que se estaban planificando operaciones asociadas a estas prácticas delincuenciales.
Es lo que sospechan en base a gestos, expresiones, modos evidenciados en encuentros… Y así lo han corroborado tanto agentes que realizaron seguimientos como los que efectuaron las transcripciones de escuchas.
Por la forma de hablar, por ejemplo, se apreciaba que estaban preparando una “actividad ilícita de tráfico de drogas”. “Hablaban de forma convenida para no dar datos”, ha explicado uno de los agentes. Lo hacían enlazando unas conversaciones con otras.
Palabras clave, el "voy a dejar al niño" que no era niño
Usan palabras clave para referirse a cosas que no podían citar abiertamente. Tal y como ha detallado un agente, si se sacan de contexto esas conversaciones no se aprecia nada, pero si son relacionadas entre sí, se concluye que van dirigidas al tráfico de drogas.
Con ejemplos se entiende mejor: si uno dice en una conversación “voy a dejar al niño en el centro” puede que no exista siquiera niño que llevar, sino que se estén usando palabras clave. “Mi impresión era otra, por mi experiencia, en la forma en la que les escucho hablar, sé que es otra cosa”, ha concluido uno de los investigadores.
En eso han coincidido varios guardias civiles que integraron los operativos de seguimiento tanto en Ceuta como en la Península, agentes que llevaron a cabo seguimientos a personas, pero también controles de coches o embarcaciones.
Al igual que mantiene la Fiscalía, los procesados, en el fondo, estarían relacionados con el tráfico de hachís, aunque nunca se les pudo interceptar con mercancía.
Las medidas de seguridad que guardaban
Otros detalles apuntados por los agentes es que “adoptaban varias medidas de seguridad como por ejemplo dar varias vueltas con el coche” sin sentido para acudir a un punto concreto, ha apuntado uno de los efectivos del Instituto Armado.
“Eran muy recelosos” y siempre miraban a su alrededor. “Recuerdo una vez” haciendo un seguimiento “por la A7, que uno de los acusados aminoraba y aceleraba la marcha para ver si los coches que estábamos detrás le perseguíamos”, ha detallado uno de los testigos.
Coinciden los profesionales de la Guardia Civil por su experiencia profesional que se estaba ante un entramado que se dedicaba al tráfico de drogas. Esa pieza terminó archivándose en el juzgado, la relativa a ese tráfico, al no haberse hallado nunca mercancía ni pruebas que sostuvieran esa acusación. La clave está en sostener que el blanqueo de capitales, lo que se juzga realmente en este mes, procedía de ese origen ilícito para lo que no es necesario haber decomisado mercancía ilegal alguna.
Los investigados siempre se solían reunir en sitios cerrados, con difícil acceso y con una salida rápida. “Recuerdo una vez en el aparcamiento donde hay restaurantes de comida rápida, en Palmones, cómo se reunieron con otras personas y siempre estaban mirando para atrás y para los lados”, ha explicado uno de los guardias civiles.
Las entrevistas que mantenían siempre eran de forma “reservada” en un espacio que “ellos tuvieran controlado y que sabían que no se podía escuchar”.
Con las manifestaciones por videoconferencia de estos efectivos del Instituto Armado ha terminado la sesión de este jueves correspondiente al macrojuicio por blanqueo cuyas sesiones de vista oral se van a extender hasta el mes de noviembre.
El primer caso de narcotrafico del mundo sin drogas