La ONG Luna Blanca trabaja durante todo el año para ofrecer alimentos a las personas y las familias más vulnerables de Ceuta. Además, durante el mes del Ramadán, intensifica su trabajo y habilita una carpa en la que los más necesitados pueden romper el ayuno en compañía.
FaroTV ha visitado las instalaciones de esta asociación y sus cocinas, ubicadas en los bajos de la mezquita de Sidi Embarek, para conocer cómo es su día día durante el mes sagrado de ayuno y el trabajo solidario que realizan.
Mustafa Abdelkader, presidente de la entidad, asegura que la labor que hacen es “muy necesaria puesto que los beneficiarios son colectivos desfavorecidos y vulnerables” y más aún “en este mes especial para la comunidad musulmana, pues no hay que olvidar que existen colectivos vulnerables en la periferia”.
Por ello, como todos los años, “las cocinas de Luna Blanca en el mes de Ramadán se aceleran mucho. No podemos decir que doblamos, sino multiplicamos por 10, incluso, el trabajo y el esfuerzo que llevamos a cabo”.
Según explica Abdelkader, “el trabajo consiste en hacer frente o atender las necesidades de alimentación de estos colectivos”. De este modo, para la ruptura del ayuno durante el mes de Ramadán les ofrecen “el plato típico, que es la harera, junto con dátiles y leche. Después acompañamos con una cena, un menú que varía semanalmente, y también un postre”.
En relación a los colectivos que atienden, hay que destacar que se dividen en tres. “El primer grupo son las familias necesitadas y residentes en Ceuta y tenemos alrededor de 270 y 300 que acuden en el mes Ramadán. Estas familias se traen sus fiambreras a nuestras dependencias y se llevan harera, cena, pan, dátiles y leche” de forma diaria a partir de las tres y media de la tarde, detalla el presidente.
Luego hay otro colectivo, aunque no es muy numeroso, “que son las personas que se han quedado atrapadas y otras personas vulnerables como gente joven con algún tipo de adicción. A ellos se les atiende de forma individual”.
El tercer grupo son las atenciones en la carpa. Tal y como explica Mustafa Abdelkader, “después del anuncio de que se puede romper el ayuno por parte del imam, atendemos a este colectivo compuesto por gente que se ha quedado atrapada, algunos trabajadores que están solos y prefieren romper al ayuno con nosotros para sentir la tradición de lo que es el mes de Ramadán en compañía de otros musulmanes y algunos menores que han cumplido la mayoría de edad y esperan la renovación de su tarjeta de residencia. Este grupo está formado por 80-90 personas diariamente”.
Respecto al año pasado, ha habido una diferencia en el número de usuarios que reciben ayuda, ya que considera que 2022 fue “especial” y se encontraron “desbordados de gente que había entrado y se había quedado atrapada en Ceuta”. Aún así, han notado que este año ha aumentado “el número de familias residentes” a las que prestan ayuda como consecuencia de la crisis económica.
Preparar la comida para un volumen tan elevado de personas requiere muchas horas de trabajo y esfuerzo tanto de trabajadores como de voluntarios. Tanto es así, que “en la cocina hay cinco trabajadores gracias al convenio que tenemos con la Ciudad. Luego contamos con voluntarios, algunos de ellos vienen para organizar el reparto y poder atender el volumen de personas, que son de 1.500 a 1.800 a diario”, sostiene Abdelkader.
Esto tampoco sería posible sin las ayuda de los colaboradores, a quienes el presidente quiere trasladar su agradecimiento. “Este mes el volumen se multiplica y nos castiga bastante el tema presupuestario”, por eso “quiero agradecer a todos los colaboradores, porque sin su esfuerzo y aportación la labor de Luna Blanca no estaría a la altura actual”.
Para que los menús diarios estén preparados a tiempo, los fogones están encendidos durante toda la noche. Así lo traslada Nihad Amar, una de las cocineras, quien nos enseñó también el plato que estaban elaborando ese día: macarrones con carne picada y verduras.
“Conlleva mucho tiempo. Lo que es la preelaboración la hacemos durante el día y luego hay compañeros que trabajan durante la noche”. Ellos se encargan ya de “cocinar el menú y por la mañanas cuando entramos otro turno lo terminamos hasta la hora del reparto”, explica.
Una vez terminado el reparto de comidas para las personas que se los llevan a sus hogares, toca preparar la carpa para que todos los que llegan hasta ahí para romper el ayuno se sientan como en casa.
Como bien ha desgranado previamente el presidente de la asociación, una vez que el imam anuncia la ruptura del ayuno, alrededor de las 21:00 horas, decenas de personas se acercan hasta la carpa habilitada en los bajos de Sidi Embarek para tomar la harera en compañía de otros musulmanes y después cenar.
Mientras, en las cocinas de Luna Blanca empieza una nueva noche de trabajo para preparar el menú que ofrecerán a los más necesitados al día siguiente.
‘Arrópa-me: un niño/a...una sonrisa’
Esta campaña pretende que ningún menor se quede sin estrenar ropa el día del Iftar
Además de la labor tan importante que llevan de ayuda alimentaria a los colectivos más vulnerables, Luna Blanca también ha puesto en marcha este año la campaña solidaria ‘Arrópa-me: un niño/a...una sonrisa”.
Se trata de una bonita iniciativa con la que pretenden “poder vestir a los niños el día del Iftar, que es el día de la Pascua después del Ramadán”, explica hablado Halima Ahmed, educadora social y portavoz de la ONG.
Y es que, según manifiesta, “tenemos la costumbre de que los niños ese día estrenen ropa nueva y su ilusión es ese día salir a la calle con ropa nueva”. Sin embargo, “nos encontramos con personas a las que prestamos ayudas, que son familias vulnerables que si no tienen para comer, menos van a tener para poder comprarle ropa nueva para ese día”, lamenta. De este modo, como los más pequeños “no entienden de necesidades y problemas económicos, queremos que no se sientan menos que otros niños”.
Para colaborar con esta campaña, las personas interesadas “únicamente debe dirigirse a una tienda infantil de su gusto y calcular cuanto sale un conjunto completo de un niño de entre 8 meses a 12 años. Compras una tarjeta o un vale regalo y nosotros nos encargamos de comprar la ropa. Además, si son mayores, les damos directamente el vale porque les hará más ilusión ir personalmente a la tienda y probarse la ropa que ellos quieran dentro de esa cantidad estipulada”, manifiesta.
Con tan solo 9 días de Ramadán, la campaña ha tenido una espectacular acogida y prácticamente están todos los niños “apadrinados”. Aún así, “animo a todo el mundo a que participen en esta campaña. Ceuta siempre ha sido una ciudad muy solidaria”, concluye Halima.
Visita de las niñas de la Asociación Engloba
Durante la tarde cocinaron tayín y después rompieron el ayuno
El viernes también fue un día especial para Luna Blanca. Sus cocinas recibieron la visita de 16 niñas de la Asociación Engloba, en colaboración con la asociación y también con Cruz Blanca, tal y como manifestó Nabila Benzina, educadora social de Engloba. Esta actividad se lleva a cabo cada año como un taller culinario. En esta ocasión, durante la tarde, las niñas prepararon tayín, un plato típico también durante Ramadán, y luego compartieron juntas la ruptura del ayuno, acompañadas por miembros del equipo educativo y voluntarias de las tres entidades.