Trabajar en un hospital en el que falta personal, no poder negociar con sus gestores, sufrir malas condiciones laborales, aguantar jornadas maratonianas y verse obligados además a tener que “soportar las mentiras” de una de las responsables de la situación, Sara Pupato, la directora general del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), entidad que se encarga de la gestión del Hospital Universitario de Ceuta. Así describrieron ayer su situación los dos sindicatos mayoritarios de la Junta de Personal de INGESA. Ambos criticaron las declaraciones de Pupato, publicadas el pasado domingo en El Faro de Ceuta, y lamentaron lo “difícil” que resulta negociar con la administración.
Preguntada por las críticas sindicales recibidas por falta de personal en el nuevo hospital, la directora de INGESA afirmó que “la política de recursos humanos ha tenido un lugar destacado en las preocupaciones y prioridades establecidas en los últimos años”. Para probarlo, Pupato aseguró que “con ocasión de la apertura del Hospital Universitario” se habían incorporado “115 profesionales, con un 18% de incremento de plantilla”. “Y esto es una realidad contrastable”, concluyó.
A juicio de los sindicatos mayoritarios, esos cálculos son, directamente, una “mentira”.
Para el secretario general del Sindicato de Enfermería en Ceuta (SATSE), Emilio Barrientos, la suma de Pupato es fruto de una manipulación: “Ha incluido en el incremento los trabajadores que se contrataron con la apertura del nuevo hospital y a los que había incorporado cuando estábamos (ubicados) en la Cruz Roja”.
Lo mismo dijo Ángel Lara, secretario general de la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras de Ceuta. El representase del segundo sindicato mayoritario de la Junta de Personal de INGESA criticó que el “cálculo es interesado” y resulta en la práctica una “mentira” que, incluso en caso de darse por cierta, ofrecería un incremento de personal que queda “muy lejos de lo prometido”: “Esos 115 que dice (Sara Pupato) no es ni la mitad de lo que habían anunciado”.
Lo peor, añadieron desde los sindicatos, es que la situación de “falta de personal” que denuncian repercute en la calidad de vida de los empleados del Hospital Universitario. “No se nota en la calidad del servicio”, valoró el secretario general de SATSE. “Pero, ¿cuál es el coste de tener poco personal? Sin duda, la salud de los trabajadores. Se les carga de trabajo. También se nota en la capacidad de reacción. Y la rapidez de la atención se retrasa”.