Decenas de inmigrantes están enterrados sin identificación en el cementerio de Santa Catalina
Paul, Sambo, Brenda... Sus restos descansan por siempre en
Santa Catalina identificados. Otros muchos, más de 70, están enterrados en distintos nichos del cementerio sin nombre, sin identidad. Algo que tampoco se encuentra en el Registro Civil. La leyenda de ‘varón/mujer, negro, sin identificar’ se repite en demasiadas ocasiones, escondiendo tragedias que quedan en la memoria de unos pocos. Tragedias de personas desconocidas que no tuvieron siquiera el descanso para unas familias que nunca supieron de su destino.
Esa es quizá la tragedia paralela de los fenómenos migratorios, la que encarnan esos padres y madres que nunca sabrán donde terminaron esos hijos e hijas que no llamaron al final de su destino. Ceuta, punto clave en la frontera sur de Europa, recoge demasiadas tragedias, demasiados dramas que siguen produciéndose en el Estrecho, en las costas, en las vallas.
Este año se cumplen, precisamente, 29 de la aparición del primer cadáver que fue identificado como un inmigrante
Andalucía Acoge denuncia que “después de casi tres décadas, la tragedia continúa y, según los últimos datos de Salvamento Marítimo, las víctimas mortales de la Frontera Sur de los nueve primeros meses de este año ya triplican a las de todo el pasado año. Desde Andalucía Acoge hemos alertado de forma continua del aumento de muertes en la Frontera Sur y denunciamos que es urgente dejar de lado las excusas y trabajar, sin más demora, sobre vías legales y seguras para que las personas puedan migrar sin peligro”.
Ni un espacio ha copado en los medios de comunicación la última de las tragedias sucedida tras el naufragio de una embarcación que partía de las costas de Tánger cargada de hombres, mujeres y bebés. El drama persiste en un mundo que busca avanzar en derechos y dignidad pero que sigue teniendo este tipo de agujeros vergonzantes.