Empezaba a anochecer y el Cónsul de España en la ciudad, Luis Roca Togores, ofreció a Barberán y Collar un banquete de bienvenida en el propio hotel Camagüey, amenizado por la Banda de Música y al que asistieron las autoridades locales y destacados representantes de las instituciones sociales de la ciudad
De manera informal y en un ambiente de familiaridad los aviadores españoles departieron con los asistentes y refirieron algunos detalles de su travesía.
El día siguiente por la mañana visitaron los locales del Club Deportivo Camagüey invitados por la Directiva y también la sede de la emisora CMJK y el local del periódico “El Camagüeyano”.
La Colonia Española les ofreció un banquete de homenaje y por ello a las 21,30 concurrieron a los salones de la institución en la calle Cisneros. Durante el trayecto siguieron recibiendo las muestras de reconocimiento y las ovaciones de numerosos camagüeyanos.
En el pórtico de la sede se interpretaron los himnos nacionales de Cuba y de España, que los pilotos escucharon cuadrados y con sus uniformes azules de la aviación española.
Durante la recepción tomaron la palabra, para felicitarlos por la epopeya realizada, el Presidente de la Colonia Española, el Cónsul de EEUU en Nuevitas, que los invitó a visitar tierra norteamericana y el Cónsul de España.
Se les entregó un decreto firmado por el Alcalde Municipal declarándolos Huéspedes de Honor de la ciudad de Camagüey y por parte de la Colonia Española recibieron unas placas conmemorativas del vuelo, en maderas preciosas y plata.
El capitán Barberán agradeció el recibimiento y la cortesía de la ciudadanía camagüeyana y de las autoridades pero, con modestia y patriotismo, transfirió todos los elogios para España.
El teniente Collar, haciendo gala de su extrovertida personalidad, lucía una flor de rojo intenso en su solapa, además de los agradecimientos no pudo faltar un encendido piropo a la belleza de las mujeres camagüeyanas.
Tras departir con las personas que asistieron al acto, cercanas ya las doce de la madrugada, regresaron al hotel Camaguey donde descansaron hasta la nueve de la mañana.
En unión del sargento Madariaga se desplazaron al aeropuerto para inspeccionar y poner a punto el “Cuatro Vientos”.
A las diez de la mañana visitaron el Cuartel Agramonte con el Gobernador Provincial, el Cónsul de España y el Alcalde Municipal. A las 14,22, del 12 de junio, el “Cuatro Vientos” se elevó y escoltado por cuatro aeroplanos militares abandonó Camagüey rumbo a La Habana.
Quedan fuera del objetivo de este artículo el relato de la estancia en la capital cubana y la trágica desaparición del avión y sus tripulantes en el desplazamiento de La Habana a México, que completan la gloriosa pero desgraciada aventura de nuestros compatriotas Barberán y Collar.
No obstante hay que hacer referencia a la calidad humana y generosa, además de la profesional demostrada, de nuestros compatriotas.
En La Habana recibieron del Nacional City Bank una carta de crédito de 500 dólares e igualmente idéntica cantidad de la cervecería “La Polar”, que donaron al fondo de repatriación de los inmigrantes españoles.
En días posteriores, también en La Habana, recibieron como premio 5.000 dólares, por parte de la compañía cervecera “La Tropical” – en realidad se utilizó la imagen de los pilotos para hacer propaganda de su producto-, que ambos aviadores, haciendo gala de un gran altruismo, donaron para remediar los males de los indigentes cubanos y españoles.
Retomando las muestras de reconocimiento de Camagüey para con los héroes de la travesía debe hacerse constar que, estando ya nuestros pilotos en La Habana, la Cámara Municipal camagüeyana comunicó a nuestro embajador la concesión, en sesión extraordinaria, por unanimidad, para Barberán y Collar, de la distinción de Hijos Adoptivos de la Ciudad de Camaguey.
El 19 de abril de 1.941 se erigió un obelisco, por iniciativa de la Colonia Española y la Cámara de Comercio de Camaguey que fue sufragado por suscripción popular, a la entrada del Casino Campestre, el mayor parque urbano del país.
Una columna prismática, con los nombres de Barberán y Collar, sus efigies bajo una corona de laurel , los escudos de Sevilla y Camagüey y referencias a la salida, llegada y duración del vuelo, así como a su desaparición camino de Ciudad de México, inmortalizan en tan emblemático lugar la gesta de nuestros dos compatriotas.
El 12 de mayo de 1.954, las calles Primera y Tercera del reparto de Pueyo, ahora de las Mercedes, recibieron los nombres de Mariano Barberán y de Agustín Collar, respectivamente como un nuevo homenaje a la hazaña del “Cuatro Vientos”.
En el cincuenta aniversario, en 1.983, se develó una tarja en la terminal del aeropuerto Ignacio Agramonte de la ciudad recordando el histórico vuelo.
En el sesenta aniversario, en 1.993, se colocó una placa en la fachada de la que fue sede de la Colonia Española, en la calle Cisneros haciendo referencia al recibimiento que allí tuvieron los aviadores españoles.
En el 2.008, celebrando el 75 aniversario, se colocó una placa conmemorativa, sobre una base de obra, en la delantera del obelisco del Casino Campestre.
El vuelo del “Cuatro Vientos” es un tema tan reconocido en Cuba que el Ministerio de Comunicaciones y la Federación Filatélica, han emitido con frecuencia numerosas series postales recordando esta efeméride
El histórico vuelo cumplió los objetivos para los que se programó cuales fueron, por un lado, conocer las características del cruce del Atlántico por su parte mas ancha y, por otro, fomentar el acercamiento cultural y afectivo a Latinoamérica y en especial a Cuba.
Verdaderamente se siente un poco de envidia cuando se comprueba que fuera de España se valoran y mantienen nuestros méritos más que lo hacemos nosotros mismos.
Estoy seguro que si preguntamos a un gran porcentaje de nuestros ciudadanos sobre el Cuatro Vientos, a lo más que van a responder es que tendrá algo que ver con un pronóstico meteorológico.
El articulo recoge la estancia en Camagüey y los homenajes recibidos por Barberán y Collar