La problemática del abandono de vehículos la sufre no sólo la ciudad en la vía pública. Los garajes también se han convertido en un particular cementerio de vehículos abandonados a los que, incluso, se les retira las piezas dentro de sus instalaciones. Amgevicesa padece esta situación en los aparcamientos que están bajo su control. Sus responsables apuntan a que se han vivido tiempos peores. Ahora tienen más controlada la ocupación y de forma más ágil organizan traslados al depósito de Benzú. Cotejan además los datos de los vehículos que ‘duermen’ en estos aparcamientos con las fuerzas de seguridad para que tengan información puntual de estos vehículos ante la sospecha de que pudieran estar vinculados con prácticas delictivas. ¿Pero y las superficies comerciales? Lo tienen más complicado. El abandono de vehículos se produce con mayor asiduidad y aunque se disponga de cámaras de seguridad, el control que se da no es efectivo para luchar contra esta práctica. El problema es que pierden plazas de aparcamiento y que además tienen que encargarse de la retirada de estos vehículos. Se da la circunstancia de que se produce la retirada de las piezas en los propios aparcamientos, dándose imágenes de vehículos a los que poco a poco se les ha ido retirando todas las piezas hasta dejar sólo el esqueleto. Los mecánicos andantes hacen aquí su negocio y los garajes se convierten en chatarrerías sin control. Se ha dado la situación de buena parte de algunas plantas han llegado a estar ocupadas por vehículos abandonados sin que los usuarios de estas empresas puedan disfrutarlos.