La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, visitará hoy Ceuta en la que es su primera visita oficial a la ciudad autónoma. Becerril, que será recibida a las 17.00 horas por el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, tiene previsto firmar en el Libro de Honor de la Ciudad y mantener una reunión en la Sala de la Alcaldía Noble.
No ha trascendido, al menos oficialmente, nada de una visita que en principio iba a realizarse el 20 de abril pero que quedó aplazada hasta hoy.
Becerril llega a Ceuta con muchos ‘frentes’ abiertos en materia migratoria. De todos ellos, especialmente uno: el que protagoniza el colectivo de poco más de 80 sirios que llevan un mes asentados en la plaza de los Reyes. Huidos de la guerra, las familias con abuelas, madres, adolescentes, embarazadas e hijos de corta edad -algunos nacidos en Ceuta- integran un grupo unido que reclama marchar a la península y que rechaza volver al CETI porque el centro no reúne las condiciones para las familias.
A pesar de que la propia Defensora del Pueblo recomendó que los centros de estancia temporal dispusieran en la medida de lo posible de módulos familiares destinados a las familias, en el caso del CETI ceutí no se está cumpliendo, lo que provoca que los padres hayan sacado a sus hijos del centro ya que, denuncian, estaban viendo imágenes y escenas no propias para su edad.
Desde que decidieron bajar en protesta a la plaza de los Reyes y protagonizar esta concentración, los sirios no han recibido visita alguna de la dirección del CETI así que han trasladado sus quejas y malestar a través de los medios de comunicación. Tampoco han podido reunirse con representantes de la Delegación del Gobierno, a quienes remitieron una nota explicando su problema. De hecho con los únicos que han mantenido contacto ha sido con los funcionarios del Área de Menores, encargados de controlar el estado de los niños, de comprobar si están bien y analizar su estado de salud (el martes, por ejemplo, fueron todos vacunados).
Si la problemática del colectivo sirio, integrado por personas que han huido de una guerra y han abandonado su país además de perder a sus familiares, es uno de los asuntos de mayor calado en el ámbito migratorio, también lo es la situación en que se encuentra el CETI, con una ocupación al límite viéndose obligado a transformar aulas comunes en habitaciones para atender las entradas que, de forma cíclica, se van sucediendo.
La última entrada de 45 inmigrantes ocurrida hace un par de semanas, formada por varones, mujeres y niños, obligó a que los trabajadores tuvieran que reordenar de forma urgente el centro.