La asociación que agrupa a los concesionarios del Parque del Mediterráneo y la directora del recinto, Kissy Chandiramani, se citaron ayer en la sede de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) para limar asperezas y poner fin a la supuesta incomunicación que arrastraba la relación entre ambas partes.
Los empresarios, reunidos el martes, habían protestado durante toda la semana tras el suceso del pasado sábado –la caída de un niño de menos de dos años a una piscina vacía que tuvo que ser reanimado y trasladado hasta el Hospital–, que disparó su descontento y había caldeado una situación “insostenible”.
Sentados a la misma mesa, los hosteleros presentaron a Chandiramani su relación de problemas y las soluciones con las que creen que podrían combatirse. El primero, tras el reciente accidente, apuntaba hacia la seguridad en la zonas de baño, a las que los clientes pueden acceder desde los locales, como ocurrió en el caso del pequeño que acabó precipitándose a la piscina. “El primer punto que llevábamos era el de intentar esclarecer el accidente de hace unos días. No se ponen de acuerdo sobre cómo ocurrió, pero al menos sí asumen que sucedió”, comentaba ayer el presidente de la asociación, Francisco Manuel Blanco. Para evitar que se reedite, la dirección del Parque del Mediterráneo se ha comprometido a instalar en los accesos a las piscinas, desde hoy mismo, triángulos de plástico que alerten del riesgo de caídas y accidentes, similares a los que advierten de que el firme es resbaladizo, por ejemplo, en las grandes superficies comerciales. También se estudiará el coste de vallar todo el contorno de las piscinas cuando, como ahora, estén vacías fuera de la temporada de baño.
En el cierre de los servicios públicos no hay mucho avance. Los empresarios lograron arrancar ayer a la dirección del Parque el compromiso de que se abrirán cuando así lo soliciten los hosteleros, que siguen sin entender “por qué se ha cambiado” la forma de proceder “de la noche a la mañana”. Sí se ha dado un paso adelante en el objetivo de potenciar las actividades del recinto para atraer clientes más allá de la temporada alta de verano.
Blanco celebraba ayer que Chandiramani se ofreciera a ser su “interlocutora” directa, y no el personal del recinto como ocurría hasta ahora. De ahí que el colectivo apueste por concederle “un voto de confianza y apoyo” hasta comprobar si las nuevas medidas fructifican.