Los comandos de la Policía de Ifni

• La Guerra de Ifni-Sáhara 1957/58. Al mando del grupo de Policía estaba el entonces comandante Francisco Mena Díaz, gran amigo que residió largos años en Tenerife

Puede que el lector comprenda cómo en aquella campaña, soldados españoles del Grupo de Policía de Ifni ataviados con vestimenta árabe, incluso algunos de ellos eran musulmanes, una vez instruidos se internasen en territorio de Marruecos para realizar golpes de manos, y ello ni es nuevo y ha sido siempre en todos los ejércitos más reciente en la II Guerra Mundial, tanto los Aliados como los Alemanes, dichos comandos instruidos y hablando unos el inglés y otros el alemán, llegaron a introducirse en las líneas enemigas y las boicotearon.

El Grupo de Policía de Ifni

En 1957 al mando de este Grupo estaba el entonces comandante Francisco Mena Diaz (q.e.p.d.), gran amigo mío y que residió largos años en Tenerife, un excelente soldado curtido en dos guerras y gran parte de su carrera la había desarrollado en el antiguo Protectorado de España en Marruecos. Conocía perfectamente el árabe y sus costumbres, y como soldado tenía el "Valor Acreditado" en España y en las Estepas Rusas en la División Azul, donde sufrió en sus carnes las grandezas y las miserias de lo que conlleva la guerra.

Desgraciadamente las soflamas que de vez en cuando lanzan los pacifistas contra los ejércitos es puro populismo sin conocer para nada lo que son las guerras, y si no solo recordar a ilustres intelectuales sobre su opinión de las guerras como este, "La guerra es la continuación de la política por otros medios" (Clausewitz).

El Grupo de Policía de Ifni tenía su acuartelamiento en Sidi Ifni, la 1º Compañía era la encargada de la seguridad de la ciudad, y en los puertos del interior, Sidi Inno, Telata de Isbuia, Tiliuin y Tiugsá. Estos tenían destacamentos al mando de un oficial y en otros casos como Sidi Inno al mando de un cabo 1º Europeo, el cual fue asesinado por un policía musulmán que arrió la bandera marroquí, el cual se llevó el armamento y munición del destacamento.

Desgraciadamente este cabo 1º, Ángel Sánchez Jiménez fue asesinado cuando estaba al mando del Puesto de Ug-gug. Su cadáver fue poco menos que silenciado, ya que tan solo escuetamente en documentos oficiales se reseña que falleció en acto de servicio. Como soldado ingresó en el Regimiento de Infantería "Asturias 31", de guarnición en "El Goloso", componente de la Brigada Acorazada "Guadarrama". Hace más de un año solicité por escrito al general de dicha Brigada que se recordase en dicho acuartelamiento a este Cabo 1º que falleció no de un infarto, por el contrario, defendiendo el honor de España en tierras de Ifni. A día de hoy la respuesta que tengo es de un silencio, y deben saber a quien corresponda que las Reales Ordenanzas citan, "El honrar a los héroes es un deber de gratitud”.

Quien sí se preocupó de honrar la memoria del cabo 1º Ángel Sánchez Jiménez ha sido el general-jefe de la Brigada "Guadarrama", pendiente de localizar algún familiar de este cabo 1º, natural de un pueblo de Ciudad Real, ya que cuando fue asesinado fue evacuado su cadáver en un avión "Junkers" del Ejército del Aire a Las Palmas acompañado de dos cabos del Grupo de Policía.

Un tinerfeño héroe de dos guerras

Graciano Yanes Arocha había nacido en Icod de los Vinos (Tenerife), pero siendo muy pequeño su familia se trasladó a Garachico (Tenerife), por ello Graciano, sin renegar de su lugar de nacimiento se consideraba hijo de Garachico.

Tras iniciar sus estudios elementales cursaba el bachillerato para posteriormente cursar la carrera de magisterio, finalizando la misma con muy brillantes notas.

Al iniciarse el conflicto bélico de 1936 fue movilizado al Ejército y dada su condición de su carrera de magisterio, se incorporaba a la Academia de Alféreces Provisionales para una vez finalizar dicho curso ser promovido al empleo de alférez provisional, a los que les ponían este curioso texto "Alférez Provisional Cadáver efectivo", debido a las numerosas bajas de estos Alféreces.

En 1948 el entonces teniente Graciano Yanes Arocha estaba destinado en el Protectorado de España en Marruecos, en el Grupo de Regulares de "Alhucemas" nº 5, en Larache, Xauen y Alcazarquivir, y en los años que permaneció en dicho protectorado aprendió el árabe, así como sus costumbres y tradiciones hasta el año 1951 que finalizó su permanencia en dichos territorios.

En 1951 es destinado a Sidi Ifni al recién creado Batallón de Infantería de "Santa Cruz de Ifni" 28, incorporándose al IV Tabor de dicho batallón. Posteriormente, en septiembre de 1952 pasa destinado al Grupo de Policía de Ifni, haciéndose cargo de la Sección de Seguridad de dicho grupo. Más tarde sería destinado a los puestos de Id Aissa, Tiugsá y Tag Agra.

Al mando de un comando

Resulta lamentable que tanto en libros como en otras publicaciones sobre la Guerra de Ifni, sobre el Grupo de Policía de Ifni apenas se cita, y su comportamiento fue ejemplar y heroico, como lo avala la Relación de Bajas de la 3ª Sección del Estado Mayor de Capitanía General de Canarias, tuvo 8 muertos, 15 heridos y 12 desaparecidos, la mayor parte deserciones.

El entonces teniente Graciano Yanes Arocha era un hombre de carácter reservado pero sobre todo muy competente, ya que tenía la seguridad interior de Sidi Ifni a su cargo junto a su compañero y paisano, el teniente Silviano. Este carácter reservado del teniente Graciano lo corrobora quien fue subordinado suyo, el soldado-policía Antonio Perez Perez, que así lo recordaba, "Era un oficial al que se le podía considerar el más inadvertido del Grupo de Policía".

El comando que preparó el teniente Graciano Yanes era para introducirse en territorio enemigo bajo su mando y así figura en su Hoja de Servicios "El 29 de Diciembre de 1957, al mando de un grupo de personal europeo e indígenas efectuó un golpe de mano en territorio enemigo, cuyo grupo estaba formado por dicho teniente, un cabo y ocho soldados de Policía".

Del resultado de dicho comando poco se supo, aunque con la profesionalidad de dicho teniente el resultado tuvo que ser más que satisfactorio.

Aquella guerra ignorada pero no oculta, costó 184 muertos, 500 heridos y 54 desaparecidos, y no se merece el trato que algunos ignorantes hayan descrito a la misma con un montón de disparates, falsedades y además con un constante odio al anterior Régimen, aunque afortunadamente así los identificó un intelectual, "El enfermo reconoce su mal, el ignorante no".