E s vergonzoso. No sirve ninguna explicación. Que no nos cuenten milongas. No se puede permitir que los niños vayan a un colegio que esté sucio, con los baños sin limpiar, con las distintas aulas sin las mínimas condiciones de salubridad. La cadena no puede romperse siempre por el mismo eslabón para que al final padres, alumnos y el cuerpo docente sea el pagano de un estructura que no funciona, que carece de protocolos activos y urgentes, que evidencia lagunas de las que nadie se hace responsable.
A los padres se nos exige cumplir con las normas que dicta el centro, cumplir con el material que se debe entregar y responsabilizarnos de que nuestros hijos acudan en condiciones a los colegios o institutos en donde sigan curso.
De igual manera es la administración la que debe garantizar que ese centro educativo dispone de unos recursos mínimos y puede disponer de unas infraestructuras adecuadas a todos los niveles, uno de ellos es el de la limpieza, clave para el bienestar y la salud de todos.
Ahora le toca al colegio Ortega y Gasset. Las familias salieron a la calle para protestar por la situación que sufren sus hijos, el director hace todo lo que puede, comunicando donde debe lo que está pasando... pero como siempre, el muro de la administración se hace fuerte y no da soluciones rápidas.
En el caso del ‘Ortega’ no es la primera vez que padecen esta situación. No se cumplen los contratos y los fallos en materia de limpieza que antes eran semanales ahora son diarios. Por parte de la dirección se notifica el incumplimiento pero no hay respuesta ni rápida ni eficiente para evitar que esto continúe.
Tras la denuncia de lo que pasa en este centro empezaron a emitirse comunicados. CCOO por un lado, el PSOE por otro... La clave está en qué pasará hoy, si ese sindicato o ese partido van a hacer algo más que ocupar espacio mediático, si van a ir al colegio a interesarse por lo que pasa y si van a exigir a la administración que actúe ya. Eso se llama acción política y sindical, lo demás es oportunismo o ejercer de cotorras temporales para buscar su proyección en los medios de comunicación.
Las familias del ‘Ortega’ no se merecen esto, pero como tampoco se lo merecen los de otros tantos colegios e institutos que sufren este tipo de situaciones porque los contratos adjudicados no se cumplen como se debe ni tampoco nadie controla con el celo debido que todo se ajuste a lo contratado.