‘Hades’, ‘ATAM-Macetero’, ‘Doha’. 25 días de presión intensiva con casi 35 detenidos en Ceuta, todos ellos en el transcurso de operaciones ejecutadas en solo tres semanas por la Guardia Civil o la Policía Nacional y enmarcadas en la lucha contra el narcotráfico.
Investigaciones que han recaído en distintos juzgados e incluso órganos judiciales: el Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional y los números 5 y 4 de Ceuta. Se han levantado las alfombras del narcotráfico.
Piezas aparentemente separadas, pero que en el fondo beben de un mismo origen que es el que se mueve en un escenario de compra y venta de hachís, ocultación, preparación de embarques y búsqueda de connivencia entre funcionarios para que no veten el traslado de estupefacientes al otro lado del Estrecho.
Los delitos de tráfico de drogas, organización criminal y cohecho se entrelazan en causas judiciales que si han salido adelante ha sido gracias a la protección de un secreto de sumario que ha impedido cualquier tipo de filtración. Ese es precisamente el cáncer de cualquier acción policial y judicial que se precie, que lo que debe mantenerse en los despachos esté en la calle.
La fiscal jefe Antidroga, Rosa Ana Morán, era muy clara en una reciente entrevista con la agencia Efe. En ella, confesaba su gran preocupación por la penetración de las redes de narcotráfico en estructuras policiales, por lo que supone de quiebra en la confianza de un sistema que queda desestabilizado. También aludía a la necesidad de investigar en algunos casos desde fuera para evitar que los operativos se tuerzan, como ha ocurrido con el gran operativo desarrollado por Asuntos Internos y coordinado todo desde Madrid.
Seguimientos, sospechas e inquietud
Meses de seguimientos y de empleo de métodos más modernos para desbaratar el negocio del narcotráfico dan sus frutos con operativos que, sin llegar a poner patas arriba Ceuta, sí han generado una doble sensación en la ciudad: aprobación por quienes hacen discurrir sus vidas por los cauces de la legalidad, pero inquietud entre quienes asisten, nerviosos, a una acción sin descanso de las fuerzas de seguridad.
Horas después de que la Guardia Civil efectuara un despliegue sin igual en las naves del Tarajal para localizar el narcotúnel, un grupo de sospechosos a los que la Udyco tenía ya marcados desde hacía meses se ponía nervioso al sospechar que podían perder los más de 700 kilos de hachís que ocultaban en unos viejos almacenes situados al lado del polígono, que antaño servían para guardar la mercancía del porteo.
Cuando, de noche, acudieron a ver su mercancía, la Udyco los detuvo. Solo 24 horas después, los agentes practicaban más registros y detenían a un sexto integrante de un grupo relacionado, de acuerdo con las indagaciones de esta unidad policial, con el tráfico de estupefacientes.
Se está ante una pescadilla que se muerde la cola. ‘Hades’, ‘ATAM-Macetero’ y ‘Doha’ no son operaciones opuestas y sin relación entre sí. Muy al contrario, todas ellas se mueven en los mismos círculos e incluso, en las escuchas transcritas de los operativos, se hace constar relaciones entre implicados en uno de los golpes policiales y otros.
Los informadores
Fruto de esas escuchas también se conoce lo peor: cómo los sospechosos saben que están siendo investigados porque, como ellos mismos confiesan, tienen informadores en estructuras policiales.
El blindaje que guardan los grupos es significativo. Las investigaciones se tratan entre equipos muy cerrados y de plena confianza de sus integrantes para, precisamente, evitar eso: que quienes se mueven al margen de la ley sepan antes que nadie que van a por ellos.
En la operación ATAM-Macetero ha sido muy significativo el temor constante de los que estaban siendo investigados a ser detenidos. Sospechaban que estaban siendo vigilados, pero fueron incapaces de saber qué en concreto podía tener contra ellos la Udyco y si realmente los tenía señalados. Ese mismo temor lo expresaba el agente de la Guardia Civil arrestado en esta operación hacia miembros de su propio Cuerpo.
“Contigo no hay nada, garantía de que no tienen nada. Tengo un colega mío y tiene hilo directo con esa gente, te lo juro por dios hermano, ese chaval es como mi hermano, ¿sabes?, a mí no me puede fallar”.
Así se expresaba uno de los que terminaron detenidos en la ‘ATAM-Macetero’ antes de que se asestara ese golpe antidroga, creyendo saberse protegido por informadores que no llegaron a conocer en qué estaban trabajando los grupos que lograron que fructificara uno de los golpes contra la delincuencia más relevante.
Medidas privativas de libertad
Nunca antes se había registrado una acción tan intensa contra el narcotráfico, con tres semanas continuadas de detenciones, registros y seguimientos que además han contado con el respaldo judicial.
La mayoría de esos detenidos está en prisión preventiva. Catorce en la ‘Hades’; 12 de los 13 en la ‘ATAM-Macetero’ y los 6 de la ‘Doha’.
No están además cerradas, la presión policial sobre el narcotráfico continúa como resultado de investigaciones que se iniciaron entre 2023 y 2024, coincidiendo con decomisos de droga en el puerto de Ceuta o en el sur peninsular.
Que tiren del hilo que esas cantidades solo las mueven gente muy importantes, no los pobres camellos .