Tres meses después, las pruebas de ADN han ratificado la versión que, desde un principio, mantuvo la adolescente de origen subsahariano que el pasado octubre llegó hasta Ceuta en una patera. Desembarcó en la playa de la Potabilizadora acompañada de varios adultos con el único objetivo de poder cruzar a España para reunirse así con su
madre, residente en la península después de haber logrado el pase por la vía de Melilla meses antes.
Durante todo este tiempo, el área de Menores de la Ciudad Autónoma se ha encargado de atender a la menor, cuidarla y favorecer su integración en el centro del ‘Mediterráneo’, esperando el resultado de unos trámites burocráticos que deben seguirse con cada menor inmigrante que llega a la ciudad. El mismo día de su entrada, su madre la reclamó, pero había que cumplir el protocolo exigido por ley para evitar posibles casos de trata o de explotaciones y comercio de menores.
Ahora se ha confirmado, después de la práctica de las pruebas de ADN, que los lazos familiares existen por lo que puede llevarse a cabo la reagrupación de madre e hija.
Se cierra así un episodio que sorprendió a las fuerzas de seguridad, ya que era la primera vez que se topaban con un grupo de inmigrantes en el que, entre todos los varones y adultos, hubiera una menor, de poco más de 13 años. Durante este tiempo se han iniciado los trámites para su documentación.