Tenemos un obispo muy particular, mecido en una hipocresía alimentada con el tiempo, permanente, invariable. Un obispo capaz de despacharse con un mensaje dirigido a estimular la caridad cristiana con el inmigrante, mientras niega ayuda alguna para que propiedades que la Iglesia tiene abandonadas sirvan de acogida a los menores inmigrantes.
Debe ser que la inmigración infantil que encarnan los etiquetados como MENA no queda bien en un discurso encorsetado con motivo de la II Jornada Mundial de los Pobres.
Zornoza, el obispo, llama a los cristianos a ayudar a los inmigrantes, instándoles a compartir con ellos “nuestros bienes y nuestro tiempo”. Qué curioso que hable de bienes cuando el Obispado prefiere mantener cerrada la Residencia Nazaret antes de permitir que los menores puedan disponer de unas instalaciones dignas, por supuesto mejores que vivir en iglús por muy apoyados que estén por Acnur.
Zornoza, el obispo, también pide que “oremos por los difuntos, enterremos a sus muertos”; quizá aún no haya querido enterarse de la soledad que rodea a muchos de los muertos que reciben sepultura en Ceuta, números olvidados a los que mencionar en un mensaje da el pego pero no mueve corazones.
El obispo envía un mensaje que más parece encorsetado en el calendario, que real
Se lo aseguro. Zornoza, el obispo, anima a “dialogar en los foros políticos y sociales”. Y una entonces se pregunta si será capaz de entender qué es el diálogo por cuanto fue incapaz de aplicarlo con la comunidad hindú, ejerciendo de pequeño dictador de la Iglesia impidiendo que un acto natural volviera a desarrollarse porque pretendía sacar otra lectura.
Más allá de los mensajes del Obispado, de las recomendaciones sin sentido (¿es que a un buen cristiano hay que instarle a que lo sea?, ¿es que es necesario pedirle que sea caritativo con el que menos tiene?, ¿a qué cristianos quiere dirigirse con mensajes más propios del impacto mediático del momento que del verdadero sentido religioso?) me quedo con la realidad diaria que se percibe en esta Ceuta visitada por el obispo por obligación del calendario.
Me quedo con los recuerdos de aquellos sacerdotes que sin tener que esperar un mensaje del obispo lo dieron todo por atender al pobre, al desvalido, al inmigrante... siendo machados e insultados por el poder hipócrita de una clase política maltratadora. No sé dónde estaba entonces Zornoza, sé dónde está ahora y sé que sus mensajes suenan tan huecos que enojan a muchos cristianos. Se lo aseguro.
Y esto ya es un pecado de Iglesia cuando ante tantas denuncias a este señor y no hace nada por quitarlo. Que escándalo!!
Desde el Grupo Cristiano de Reflexión y Acción de Cádiz venimos peleando por estas causas y otras no atendidas por el obispo Zornoza. De nada han valido nuestras propuestas de diálogo, por lo que hemos actuado abiertamente, principalmente en el asunto de.los pisos vacíos del Obispado y de los numerosos despidos de trabajadores y trabajadoras de la institución y de Cáritas diocesana. Aquí no ha piedad para nadie.
Le viene muy grande el cargo, es prepotente, altanero, vanidoso,..... y los que le rodean son sus aduladores.