En plena locura comercial de celebración del Día de la Madre, cabría un debate sobre la posibilidad que tienen hoy en día las mujeres que así lo deseen de desarrollarse como tales.
Tener uno o más hijos y poder criarlos se ha convertido en una meta para muchas mujeres que sueñan con que eso que la clase política y empresarial denomina conciliación sea efectiva. Hoy no lo es y realmente eso de ser madres termina convirtiéndose en un sacrificio, cuando nunca debiera haberse convertido en eso.
Hoy Día de la Madre, esta sociedad que no ayuda a que las mujeres puedan serlo ha optado por transformarlo en una jornada comercial más. Pasamos de los tímidos ramos de flores iniciales a la actual compra de joyería y terminará en algo de mayor calado como esto siga así. Mientras, la mujer sigue enfrentándose a los mismos problemas después del primer domingo de mayo, intentando sortear como puede ese inexistente equilibrio entre el sacar adelante a tus hijos y seguir llevando las riendas del trabajo sin arrastrar múltiples toques de atención.
Hay empresarios que evitan tener empleadas a mujeres en edad fértil... por si acaso. Desgraciadamente hemos caído en ese mismo veto voluntario: hay mujeres que, aunque lo quisieran, evitan ascender en sus puestos de trabajo a sabiendas de que eso provocará que no puedan dedicarse a sus hijos. O peor aún, las hay que terminan sacrificando su deseo de ser madres por no perder un trabajo que también les llena.
Pero de estos asuntos no interesa hablar en este día. Y esto es así porque nosotros mismos hemos optado por colocarle la etiqueta de una celebración más cercana a lo superficial y, por consiguiente, alejada de cualquier tipo de reflexión que abra heridas o provoque sarpullidos.
Cabría hoy mandar una felicitación colectiva a esas guerreras que siguen viéndose sometidas a un sistema que nunca reparó en ellas, aunque incongruentemente haya sido ideado por hombres que nacieron de una mujer que, pariéndolos, se convirtieron en madres. Es todo tan irracional que una no entiende como a estas alturas de la vida sigue habiendo mujeres que sufren por no poder celebrar hoy el día que también quisieran para ellas.