Las claves de la Escuela 2.0

Han nacido prácticamente con un ordenador debajo del brazo. Son niños digitales, que al pensar en un ratón ven un aparato de dos botones y una rueda.

Por eso, parece normal que los métodos de enseñanza de adapten a su conocimiento y su vida cotidiana. “Es una revolución en la didáctica”, asegura Miguel Martínez Esparza, coordinador TIC del CEIP José Acosta. Aunque no todos opinen lo contrario. Por ejemplo, el profesor José Rodríguez Ibáñez, del IES Luis de Camoens, el más cercano a la jubilación de quienes aparecen en este reportaje. ‘Escuela 2.0’ es la denominación de un proyecto del Ministerio de Educación que va a implementar las pizarras digitales en los centros, después de una experiencia piloto en el CEIP Ortega y Gasset. Sin embargo, algunos centros de Ceuta ya las utilizaban y se preocuparon de conseguirlas.

Pioneros

Los propios profesores, que de la noche a la mañana han visto cómo las aulas tradicionales incorporaban una pizarra digital, tienen que enfrentarse a ellas. “En realidad, no se trata más que de un ordenador conectado a un proyector”, explica el profesor Sergio González Moreau, que hace dos años montó una de las primeras pizarras digitales en el IES Luis de Camoens, concretamente en el aula de Dibujo. Este centro fue uno de los primeros en incorporar esta tecnología, en parte gracias al profesor González Moreau, que se confiesa un “convencido” de las nuevas tecnologías. “Tardamos una mañana entera en instalarla”, recuerda. Sobre las ventajas de esta pizarra, destaca una: “No te lo imaginas, lo ves; y eso es muy importante en temas como la geometría”, asegura. Pero no restringe las nuevas tecnologías a estos aparatos. Es profesor de informática, y utiliza Internet para que sus alumnos preparen el proyecto de su asignatura valiéndose de sus facilidades.
En el CEIP Mare Nostrum, el coordinador TIC, Miguel Martínez Esparza, muestra un aula llena de ordenadores y en la que hay un servidor interno en cuya memoria se almacenan los recursos. “Salió una oferta de una empresa que las daba en préstamo y si los profesores generaban contenidos, las regalaba. Así las hemos conseguido”, explica este docente de Educación Infantil, convencido de que este instrumento es necesario.

Mayor atención

Es clase de Infantil del Mare Nostrum enciende la pizarra mágica, que se activa con el ‘dedo mágico’, tal y como lo llaman los pupilos de Yolanda Cabeza Fernández. Empiezan la unidad temática de ‘Las profesiones’, y para ello usan un recurso en Flash, programa que permite gran interactividad. Toca juntar cada profesión con su objeto para completar el dibujo, lo que hacen arrastrando. “¡Se te ha estropeado el dedo mágico, vamos a frotar a ver si funciona!”, espeta Cabeza a su alumna que no acierta a manejar del todo bien la pantalla táctil. Lo hacen, y ahora sí, la actividad termina con éxito.
Un piso más arriba, los alumnos de Primaria de Pilar Fernández muestran su destreza con la geometría. En esta pizarra, en vez de tocar la pantalla, se maneja a través del ratón del ordenador. Todos quieren salir a realizar los ejercicios en cuanto se enciende el proyector. “Les motiva más. Como quieren salir, aprovecho para dejar unas normas bien claras que fomentan otros valores de respeto. Que no hablen, que se comporten bien en clase”, explica. Funciona a la perfección.
Más ‘científico’ es el estudio de Miguel Martínez Esparza. “Lo hemos llegado a comprobar. Los niños de Infantil son capaces de estar concentrados durante hora y media; es una barbaridad, en cualquier actividad convencional lo habitual es que tengas que cambiar al cuarto de hora. Aquí no, porque todos se sienten partícipes de la actividad”, razona.

¿Y cómo utilzarla?

Dos son los mayores problemas a la hora de sacar provecho a las pizarras digitales. “Somos autodidactas, no recibimos formación del Ministerio. Han traído primero las pizarras  pero sin enseñar a los profesores cómo usarlas”, se queja Yolanda Cabeza, que sin embargo sí ha sido una autodidacta de la pizarra digital. Todo ello, invirtiendo muchas horas de su tiempo libre en aprender.
Este es precisamente el mayor riesgo: que algunos docentes las dejen aparcadas al no hallar la forma de usarlas, o que sean algo reticentes. No es lo mismo ser un entusiasta de las nuevas tecnologías que encontrárselo de repente. Esto es lo que le pasó, precisamente, al profesor José Rodríguez: “Estaba en el aula, y por circunstancias no pude hablar nada con el anterior profesor. Así que tuve que aprender. Para algunos temas, como los sistemas de dibujo en perspectiva, es muy útil. para otros, no sirve. Esto es como el vídeo, parecía que iba  a sustituir al profesor, pero se quedó en nada. No creo que sea una revolución”.
Pero, a base de buscar, se encuentran los recursos. Pilar Fernández ha montado un blog con sus alumnos, y destaca uno de sus logros. “Algunos, sobre todo que no tienen ordenador en casa, iban a la Biblioteca Municipal para estudiar en Internet, además de para conectarse al Tuenti y al Messenger”.
Para Yolanda Cabeza, una de las mejores herramientas es Internet: “Vimos Ceuta con el Google Earth. Por ejemplo, para la geografía es mucho mejor. Si les hablo de un lugar en el mundo, lo podemos ver directamente”. O algo tan sencillo como facilitar la rutina diaria. “Los niños, al comienzo del día, ponen si hace sol, o está nublado... Con la pizarra digital es posible hacerlo mucho mejor; según la estación del año, por ejemplo, cambias el paisaje; incluso cada día. Eso no es viable con la pizarra tradicional”, tercia Miguel Martínez. Eso sí, todos coinciden en que la pizarra tradicional no desaparecerá. Bien sea por prevención ante un corte de luz, o porque la nueva no es la panacea.

¿Qué es una pizarra digital?

• Un ordenador: Tan sencillo y tan complejo como eso, no se trata más que de proyectar en una tabla lo que sucede en el ordenador, con la posibilidad, eso sí, de una interactividad mayor, bien sea a través del ratón, del tacto, o de un boli especial.
• Un proyector: Es esencial para que se vea la imagen en la pared. Los antiguos causan más problemas, pues son tradicionales y se puede tapar la pantalla fácilmente
• Tecnología ‘antigua’: Las pizarras digitales se utilizan desde hace años en otros países, pero en España se están empezando a utilizar ahora, y poco a poco debido a varios motivos.

Profesores, solidarios entre ellos para generar recursos
Los profesores se quejan, en su mayoría, de los pocos recursos disponibles. Todo indica que el futuro irá por una especie de eMule entre docentes, que ya existe. Se trata en realidad de un recurso creado por el Ministerio de Educación en el que pueden colgar contenidos con licencia Creative Commons (se permite el libre uso y distribución a cambio de citar al autor), de propia creación. “Pero todavía no hay muchos, desgraciadamente”, afirma Miguel Martínez Esparza. Esta plataforma permite que, por ejemplo, un docente de Ceuta cree una unidad didáctica sobre la geometría y la suba a Internet. Entonces, un compañero suyo de Asturias, al que nunca ha visto, necesita impartir una lección sobre los triángulos, y descarga desde su ordenador el recurso creado aquí.
Esta amenaza a los libros de texto ya ha sido vista por las editoriales, y muchas tienen sus recursos disponibles en la red. Por ejemplo, la empresa que prestó las pizarras digitales al José Acosta lo hizo a condición de que subieran contenidos a su propia red. “Desgraciadamente, esta plataforma de una empresa tiene más recursos disponibles que la del Ministerio de Educación”, comenta Martínez.
Otro problema de las pizarras digitales es el de la menor fiabilidad de las pizarras. Por ejemplo, el José Acosta tiene todos sus recursos educativos almacenados en un servidor. Cuando este falla, Martínez es el encargado de buscar una solución. “Igual puedes tardar una mañana en arreglarlo. Además, no soy informático”.