Después del comunicado de Juan Redondo líder de Los verdes sobre las batidas de caza, me gustaría hacer hincapié en quienes también son victimas de la caza. Por supuesto estamos de acuerdo en que el gobierno de nuestra ciudad debe hacer público, cuándo y dónde se realizan las batidas de caza porque de no ser así supone un riesgo para las personas que andan por los montes. Partiendo de esta premisa, que nadie tendrá problemas en entender, y también como argumento para acabar con esta práctica, expongo lo siguiente... ¿Qué pasa con los que verdaderamente están corriendo un riesgo? ¿Quién se preocupa de los que están siendo acechados, perseguidos y asesinados? Si, estoy hablando de los animales que están muriendo y van a morir si no hacemos nada.
La caza es un “deporte” donde se asesinan millones de animales cada año. Por mucha poesía con la que se nos quiera vender, verdaderamente consiste en disparar o arrebatar la vida de animales que quieren seguir viviendo y por supuesto no quieren sufrir como ocurre con todos nosotros.
Los argumentos para defender la caza van desde el respeto y la integración en la naturaleza hasta la necesidad de controlar el número de animales de una determinada población. Vamos a rebatir de forma breve cada uno de estos posibles argumentos.
“Los cazadores respetamos la naturaleza” Respetar la naturaleza consiste en respetar a aquellos que la forman, por tanto respetar y matar son posturas totalmente contradictorias. Podemos divertirnos, disfrutar e integrarnos en ella sin la necesidad de salir al campo para asesinar animales.
“Los animales también se cazan entre ellos” Es cierto que esto ocurre y aunque no siempre, en la mayoría de los casos se trata de una cuestión de supervivencia. Argumentar las acción que cometen otros animales para justificar la nuestra cuando el resultado es negativo para otros, nos compromete a aceptar que en todos los casos deberíamos actuar de igual manera, me explico... ¿Se aceptaría como argumento para la defensa en un juicio por violación “es que también lo hacen otros animales....¡claro que no!
“Los cazadores se encargan de controlar las poblaciones de animales” Tenemos que tener claro que los seres humanos somos los responsables del desequilibrio que hemos creado en la naturaleza, debido precisamente a la caza de depredadores naturales o por la introducción de especies “invasoras”.
Actualmente y en la mayoría de los casos la caza se realiza por diversión, en muchas ocasiones criando animales para soltar y cazar o incluso alimentándolos en ciertas zonas para tenerlos controlados. Así pues, en el caso que fuera necesario una actuación para controlar la población de ciertas especies, creo que en ningún caso la caza de estos, debería ser una opción ya que existen otros métodos alternativos que no suponen muerte y sufrimiento.
Tampoco podemos olvidar en este caso a otros animales que también son victimas de la caza aunque no sean apuntados directamente con una escopeta.
Todos conocemos la suerte que corren los perros utilizados para la caza donde se les trata como herramientas de trabajo.
No voy a extenderme en este tema tan doloroso porque creo que todo el mundo conoce la “suerte” de estos animales.
Por otro lado, el plumbismo, provoca la muerte por intoxicación a las aves que tienen la mala fortuna de ingerir el plomo de los cartuchos que utilizan los cazadores, por no decir el daño ecológico que esto supone.
Desde un punto de vista animalista, vemos a todos los animales como seres individuales, cada uno es parte importante de la naturaleza no solo por la especie a la que pertenece ni el número de individuos que la forman. Al igual que entendemos que nuestra vida es importante independientemente de que seamos 7mil millones de humanos, sabemos que debemos respetar la vida de todos los animales estén en peligro de extinción o no, por la sencilla razón de que sus vidas son igual de importantes para ellos que para nosotros la nuestra.
Por todos ellos, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) pide al gobierno de nuestra ciudad que se tengan en cuenta los intereses de los que son perjudicados por la caza sean animales humanos o no.