Todavía no ha comenzado oficialmente el verano, y ya estamos recibiendo cuerpos varados de cetáceos y tortugas marinas. Una lógica consecuencia, inevitable, es ofrecer noticias en la prensa local que alerten de estas cuestiones y ayuden a concienciar a las personas sobre el sufrimiento de muchas especies marinas.
La intervención humana en estas muertes es más que evidente, pues cada vez que aparece una tortuga marina hinchada y con marcas de redes, o un delfín con las aletas dorsal y caudal amputadas, apunta directamente a las interacciones pesqueras. Y como se acerca el estío, junto a él también aparecen los turistas, y el incremento de las capturas de pescado para abastecer a una demanda humana que parece no tener límites.
En esta sociedad hedonista y pancista, se consume comida a raudales, y el culto a la buena vida y al confort, es ya una signo de identidad del mundo opulento. Este modo de vivir, trae consigo comportamientos egoístas, que practican la omisión irresponsable con gran facilidad, dejando de lado implicación en los problemas colectivos, y especialmente en la protección de las especies y los hábitats.
Por nuestra parte, continuamos denunciando los mismos problemas crónicos que se reproducen año tras año, y a los que no les ponemos solución efectiva entre todos. Infelizmente, se hace todo lo contrario, pues dejar leyes sin la aplicación debida, ignorar situaciones execrables que atañen a la conservación del patrimonio natural, o autorizar cambios de ubicación de la almadraba con todas las consecuencias negativas para los peces luna y las tortugas marinas, son actuaciones políticas discutibles. Por todo lo expuesto y mucho más, el verano se presenta propicio a la polémica, y todo apunta a que nuestra voz crítica acudirá allá donde se la necesite más de lo que desearíamos.
Hace unas semanas que denunciábamos la infamante situación del lienzo de muralla histórica a la altura de la cala del Desnarigado, sin que se halla hecho nada al respecto. Tampoco hubo reacciones institucionales por parte de la Delegación del Gobierno de Ceuta; no deja de sorprendernos que teniendo una nueva titular, con un claro discurso progresista, tenga aparentemente escaso interés, en entablar diálogo con la sociedad civil.
A la Delegada del Gobierno, hemos solicitado, desde la prensa, ayuda para resolver la situación de los vertidos al mar de la Desaladora y de la Estación depuradora de aguas residuales. No dudamos de la acumulación de trabajo que debe tener la actual representante del Gobierno Central en Ceuta, pero pensamos que una actitud dialogante en las cuestiones ambientales, le podría ayudar a tomar mejores decisiones. Como además, la conocemos personalmente, y tenemos un trato amigable con ella, desde aquí, volvemos a reiterarle nuestra disposición al diálogo, para ayudar a solucionar graves problemas crónicos que sufre nuestra maltratada ciudad.
La Delegación ha permitido un cambio de ubicación de la Almadraba harto inapropiado. Sin duda que provocará una mayor incidencia de muertes accidentales de tortugas marinas por su peligrosa situación y exposición a las corrientes. Hace años, otra Almadraba ubicada por la misma zona provocó numerosos varamientos de tetrápodos marinos, con ello se produjo una gran alarma en la opinión pública, y una apresurada petición del MITECO a nuestra asociación, sobre el número de varamientos y la realidad de la situación generada, un resumen fue publicado en la revista del Museo del Mar de Ceuta, Alidrisia Marina (véase Ocaña, 2015).
Se continúan tomando decisiones apresuradas, en temas que por su implicación ambiental deberían consensuarse, especialmente, con aquellas instituciones que conocen las realidades ambientales de nuestra ciudad.
Si somos buenos para informar directamente al MITECO, y participar en sus programas y proyectos de conservación de la naturaleza marina a nivel nacional, no entendemos porque se ignora sistemáticamente nuestra opinión desde la Plaza de los Reyes. La actual Delegada del Gobierno, conoce nuestro talante colaborador en las tareas de información y asesoramiento a las instituciones.
La nueva ubicación de la Almadraba, le podría acarrear graves quebraderos de cabeza, y sobre-todo, puede provocar un grave problema ambiental con respecto a la conservación de las poblaciones de tetrápodos marinos. Después de la publicación de este artículo, no puede alegar que no lo sabía, dicho queda, así como nuestra disposición al diálogo y la colaboración para la búsqueda de soluciones en beneficio de todos y en especial de la naturaleza.
Este mismo diálogo, se lo ofrecemos en el tema del cable submarino, que fue desoído por los asesores de la Delegación hace más de un año. Nos preguntamos, a que se refiere este gobierno cuando habla de la Transición Ecológica, desde luego es un nombre elocuente e incluso inspirador, pero tenemos la inquietante sensación, que no está políticamente asimilado, ni provocarán cambios reales hacia la mentada transición.
Desde la Delegación no hay gestos ni reacciones, que nos indiquen que hay algún mínimo interés por la cuestión ambiental, ni mucho menos que existe la intención de abrir cauces a la participación ciudadana y poder ser escuchados. Todo ello, a pesar de los graves incumplimientos de la legalidad ambiental que se producen en Ceuta. Mientras todo esto acontece desde la Ciudad Autónoma la fiesta electoralistas continua en auge. Un nuevo anuncio de limpieza del polvo de la playa de la Ribera con drones se anuncia. No satisfechos con soltar semejante proyecto de pesada digestión a la luz del conocimiento científico, también amenazan con una “regeneración de fondos marinos” con arrecifes naturales, al menos es una posible deducción de intenciones.
Si lo primero suena fantástico y electoralista, después del desaguisado de la propia “regeneración” de la playa de La Ribera dragando un fondo inapropiado, lo segundo es innecesario. Y lo es, porque se están regenerando lentamente los arrecifes costeros sepultados años atrás, y porque además ya el propio sistema bentónico de la playa dispone de dos espigones rocosos artificiales, parcialmente colonizados por organismos marinos.
Realmente, el actual consejero de Fomento y Medioambiente, nunca ha tenido a bien recibirnos, ni asistir a ningún acto en el que hayamos participado públicamente. Felizmente, la democracia es un sistema ya consolidado en nuestro país, pero escasamente asimilado interiormente por las mentalidades de gran parte de los españoles, y por ello, se perpetúan modelos de funcionamiento poco aperturistas y escasamente participativos.
De esta manera, persistimos en reclamar democracia avanzada, y por lo tanto participativa. No creemos que sea una buena idea gastar dinero público tirando materiales al mar, para regenerar algo que ya se está regenerando por sí solo, después de los graves atentados que provocaron la “regeneración faraónica de la playa de La Ribera”.
El verano será largo, y no carentes de obsesiones por atender a los votantes potenciales amantes del confort y los servicios urbanos innecesarios, y desatender el cumplimiento de las leyes ambientales y del patrimonio histórico. No los culpamos especialmente, pues la responsabilidad es compartida socialmente, y parece que el problema ambiental más grave que vive Ceuta, y motivo de escándalo para muchos, son las cagadas de las pavanas.
Persiste el empeño en reducir el medioambiente marino a la atención de las playas durante la época de baño, y en decorarlas con banderas azules que acallen las conciencias.
La verdad es que la opinión pública adormecida y embotada de conformismo, hace seguidismo. Muchos por ignorancia, pero los que llevan las riendas de las responsabilidades administrativas, estarán sumergidos en conflictos permanentes con sus conciencias, y sus voces interiores, aunque bien adormecidas, en determinados momentos del día o a lo largo del transcurso de la vida, no pararán de repetir que incumplir la legislación ambiental no es una opción noble, y que manipular a los menos agraciados mentalmente, es un acto deleznable.
Estamos hechos para lo sublime y la trascendencia, y cuando renunciamos a lo mejor de nosotros mismos, y nos alejamos del camino de la virtud y optamos por revolcarnos en los vicios, nos convertimos en seres interiormente horribles, capaces de gestionar banderas azules mientras seguimos sin cumplir la legislación establecida en materia de residuos al mar y en tantas otras cosas.
Por otra parte, la prensa debería cuidarse de los excesos veraniegos, del sensacionalismo, de los juicios prematuros. Existe un programa de varamientos desde hace más de veinte años, y hay una veterinaria encargada de la realización de las necropsias que certificará las causas de la muerte de los cetáceos y las tortugas marinas en su momento. Contar la verdad científica y racional es una obligación tanto de los científicos como de los medios de comunicación, sin dejarse llevar por emociones viscerales.
Los impactos negativos existen, pero de nada sirve extralimitarse, pues no beneficia nunca a la causa de la conservación. Muy al contrario, en esta época veraniega de playeo y de paroxismo de las redes sociales, muchas falsas noticias van a correr como la pólvora. Muchos de los que opinarán y se quejarán radicalmente en las redes, querrán atiborrarse de pescado barato y fresco con la misma vehemencia.