Defensa pone en marcha en Madrid su proyecto nacional de dar cobijo en la Policía a exmilitares
Sapromil, el mecanismo ideado por Defensa que posibilitará la reorientación laboral del personal castrense que así lo decida adoptando las medidas oportunas que permitan favorecer las salidas profesionales al mercado laboral, comienza a dar sus frutos.
Tal es así que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, anunció ayer que Ayuntamiento realizará próximamente una convocatoria de 203 plazas para agentes de la Policía Municipal. En este proceso selectivo se realizará una prueba de idiomas por la importancia que tiene el turismo para la ciudad. Se valorará superar una prueba de nivel en alguno de los siguientes idiomas: inglés, francés, alemán, italiano y chino.
El veinte por ciento de las plazas se reservará para policías municipales de otros municipios y otro veinte será para personal de tropa y marinería del Ministerio de Defensa con al menos cinco años de servicio.
Este anuncio abre por tanto una vía a los militares que, por uno u otro motivo, abandonan las Fuerzas Armadas y se encuentran ‘sin nada’. Ahora, sin embargo, la salida puede tener premio: ser agente de Policía.
La idea que maneja el Ministerio de Defensa es que esta práctica no quede únicamente en el anuncio de Botella y que, más allá de Madrid, efectivos castrenses de todo el territorio nacional puedan optar, en las ciudades en las que hayan prestado servicio a la patria, a plazas de esta índole, previa superación de todos los requisitos exigidos.
De tal manera, el modo de poder llevar con éxito este mecanismo es de la siguiente forma: proporcionando al personal militar las herramientas necesarias para integrarse en el mercado laboral tras haber adquirido una formación y desarrollado unas capacidades y destrezas; creando una bolsa de trabajo que facilite un flujo continuo entre las FF.AA. y el mercado laboral y otras administraciones del Estado; ofreciendo cursos especializados en orientación laboral que ayuden al personal militar a definir su futura trayectoria profesional; y prolongando la aportación del personal militar a la sociedad mediante una valoración efectiva de sus competencias, capacidades y experiencia. Un mecanismo que pudiera ser de interés para no pocos militares destinados en Ceuta.